ARTÍCULOS DE SIETELUCES.COM: UNA LEYENDA VIVA

Tiempos de paz, tiempos de gloria, hermandad más allá del tiempo y del espacio con mi hermano de luz Óscar Tinajero Escobedo, guardián del fuego, portador de la bandera de la paz, viajero de todas las rutas habidas y por haber del mundo entero, semilla estelar y leyenda viva del viaje del espíritu, del Sincronario de 13 Lunas, de los ahaukines mayas, símbolo de tantas culturas que ha arropado en su corazón para hacer de todas ellas una llama ardiente del amor que ha llevado por todos los confines del planeta.



No conozco a nadie que haya emprendido tantos viajes maravillosos, a los más remotos lugares del mundo, con tanta inocencia de niño y al mismo tiempo con menos dinero en el bolsillo, y aun así ha sido capaz de llevar la bandera de la paz por toda la geografía planetaria, una brújula galáctica, el fuego sagrado y un puñado de sueños para repartir a todo aquel con el que se encontraba.

Es amor incandescente, un auténtico mensajero de la paz y una luz que no se apaga jamás en sus ojos.

Nos conocimos en nuestra tierra ancestral de México, él por su nacimiento, yo por mi invisible hilo de luz que me conecta con el antiguo Anáhuac, compartimos una gran aventura en Perú y Bolivia y luego nos encontramos en el norte de España, en San Sebastián, y en Hellín, la tierra de los prodigios. Distintos encuentros en diferentes lugares del mundo y siempre el mismo anhelo de darnos un abrazo. Este caminante de la tierra y del cielo es una de las personas más extraordinarias que he conocido en el conjunto de mi existencia, un auténtico maestro espiritual por su sencillez y generosidad, por su nobleza y nula necesidad de todo aquello que sujeta, mortifica y esclaviza a la condición humana. Es un ser humano, pero es gaviota, como Juan Salvador, y es colibrí, el huitzil, con un corazón gigantesco en relación al resto del cuerpo, el necesario para bombear sangre y volar sin tregua ni medida entre las flores más bellas.

Una vida entera necesitaría para reflejar una parte ínfima de lo que es este gigante del espíritu, pero el reloj de arena de una vida va perdiendo continuamente sus arenosos granos, y por eso es más que suficiente un suspiro del viento maya, del glifo Ik, para recordar a este maravilloso ser en una noche mágica, honrando a todos los elementales de la naturaleza en el bosque mágico del Jardín de las Pléyades, un lugar que parece mítico, que forma parte de uno de mis más grandes sueños, pero que existe físicamente como demostración empírica de que nada, o casi nada, es imposible…

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Fuente: Textos recopilados de las páginas web Luz de Ilunum y Sieteluces, además de los canales de youtube Luz de ilunum y Editorial Sieteluces, textos propios y/o recopilados por el escritor e investigador José Antonio Iniesta Villanueva.