REGLAS DE ORO PARA LA VIDA COTIDIANA. POR OMRAAM MIKHAEL AIVANHOV

CURSOS DE LUZ

REGLAS DE ORO PARA LA VIDA COTIDIANA



Por Omraam Mikhael Aivanhov

Solucionad los problemas mediante el amor y no mediante la fuerza

En sus relaciones con los demás, las personas tienden siempre a resolver los problemas mediante la fuerza, y de esta forma lo complican y envenenan todo, pues con esta actitud provocan a su naturaleza inferior, es decir, provocan en los demás el deseo de contradecirles, de hacerles frente, e incluso de exterminarles. Mientras los humanos no elijan la fuerza espiritual, la fuerza luminosa, la fuerza del amor divino, sino la fuerza bruta, no resolverán nada. La única solución está en expresar bondad, amor, humildad . Naturalmente, no todo se arreglará inmediatamente, pues si os portáis con bondad y humildad, los demás, que están muy mal educados, considerarán que sois débiles, que sois estúpidos y se aprovecharán de ello para pisotearos.

Pero tened paciencia. . . Algún tiempo después se darán cuenta de que vuestra actitud no está dictada por la debilidad, sino al contrario por una gran fuerza moral, espiritual ; entonces empezarán a mostrarse más humildes, más respetuosos y todo se solucionará. Por lo tanto,intentad desde hoy resolver vuestros problemas con vuestros padres, vuestros amigos, vuestros enemigos, manifestando amor y bondad. Actuando así desencadenaréis una ley que les obligará un día u otro a responder de la misma forma.

Respondiendo a la cólera con cólera, alodio con odio, a la violencia con violencia, se aplica una vieja filosofía que no da buenos resultados. Porque con la bondad nos oponemos a la maldad, con el amor desechamos el odio, con la dulzura combatimos la ira. Tenemos que comprender de una vez por todas la siguiente ley: que únicamente el bien puede luchar contra el mal. Pues el bien es fuerte, el bien es inmortal, mientras que el mal es débil. Podemos compararlo a una piedra lanzada al aire: cuanto más tiempo pasa, menos fuerza tiene para elevarse. Mientras que el bien es como una piedra que se lanza de lo alto de una torre: con el tiempo su movimiento se acelera. Ahí está el secreto del bien: es débil al comienzo, pero todopoderoso al final. El mal, al contrario, es todopoderoso al principio, pero va debilitándose. ¡Tenemos que darnos cuenta de esto!

Aprended a ir más allá de la ley de la justicia

¿Alguien os ha perjudicado? Esto no os da derecho a vengaros de él. Diréis: «¡ Pero si sólo es para restablecer la justicia! » No; esta forma de comprender la justicia es el origen de todas las desgracias. En nombre de la justicia, cualquiera cree que puede dar una lección a éstos, castigar a aquellos. . .

iDejad a la justicia tranquila! « y entonces, ¿qué hacer? » Recurrir a un principio que va más allá de la justicia, un principio de amor, de bondad, de generosidad. Hace dos mil años que Jesús aportó esta nueva Enseñanza, y sin embargo los cristianos continúan aplicando la ley de Moisés: « Ojo por ojo, diente por diente». No han comprendido todavía que para volverse verdaderamente grande, verdaderamente libre, no hay que aplicar la ley de la justicia, no hay que desear vengarse. La venganza es un viejo método prehistórico que no aporta ninguna solución: al contrario, complica las cosas y aumenta las deudas kármicas.

Habéis hecho el bien a alguien, le habéis ayudado, mantenido, y al día siguiente descubrís que no merecía lo que habéis hecho por él. Pues bien, aceptad esta situación, no intentéis vengaros, castigarlo, ¡ y no vayáis tampoco contando esta historia a todo el mundo! ¿Cuándo vais a decidiros por fin a ser nobles, generosos? Hay que cerrar un poco los ojos, borrar y perdonar, pues así os engrandeceréis, así os fortaleceréis. E incluso sabed que lo que perdisteis, os será devuelto más tarde centuplicado. Por el contrario, si intentáis vengaros, provocaréis determinadas fuerzas negativas que un día vendrán de nuevo sobre vosotros y os aplastarán .Mientras tanto, si queréis dar verdaderamente una lección a vuestro enemigo, no os ocupéis de él, empezad un trabajo gigantesco sobre vosotros mismos: rezad, meditad, aprended, ejercitaos hasta el día que poseáis verdadera sabiduría y verdaderos poderes. y si alguna vez volvéis a encontrároslo, sentirá vuestra luz, vuestra fuerza, se quedará estupefacto y comprenderá que, mientras vosotros trabajabais para volveros más sabios, más generosos, más dueños de vosotros mismos, él se envilecía; y eso le avergonzará.

La única cosa importante es la de mejoraros vosotros mismos, ocupándoos de todo aquello que sea constructivo, puro, divino. Naturalmente hay que tener para esto mucho amor, mucha paciencia, mucha luz, pero no conozco un método más eficaz. y puesto que existe una ley según la cual cada uno debe pagar por el mal que ha hecho, todos aquellos que os han perjudicado se verán obligados un día u otro a venir a buscaros para reparar sus errores. Es posible que, sintiendo intuitivamente que son antiguos enemigos, queráis apartarlos.

No conseguiréis nada, continuarán dando vueltas a vuestro alrededor y os pedirán que aceptéis sus servicios. Porque ésta es la ley: todos los que os han hecho mal y a quienes no habéis respondido con el mal se verán obligados (lo quieran o no, su opinión no cuenta) a volver un día con el fin de reparar los perjuicios que os han causado.

Sed capaces de gestos desinteresados ¡ Cuánto tiempo y cuánta energía gastáis para que respeten lo que creéis que son vuestros derechos, vuestras posesiones! ¿Por qué os agarráis sin cesar a vuestros intereses? i Haced un gesto desinteresado, Dios mío, y entonces seréis libres! De momento, cuando hagáis este gesto, no os sentiréis demasiado felices, sino que sufriréis, os sentiréis oprimidos. Pero si llegáis a hacerlo, descubriréis nuevas regiones, nuevas luces, y no habrá nadie más orgulloso y más feliz que vosotros. Porque habréis realizado algo muy difícil: vencer la naturaleza inferior que siempre os aconseja que os peleéis para conservar vuestras ventajas materiales .Confiad en la sabiduría, en el amor del Cielo, pues no os abandonará; desde el momento en que hagáis algo que os una a él, velará por vosotros. No perdáis nunca la fe en el poder del mundo invisible: sostiene a todos aquellos que trabajan según sus leyes. Si seguís los malos consejos de vuestra naturaleza inferior, no conseguiréis nunca verdaderamente vuestros fines: en un momento u otro el mundo invisible os pondrá obstáculos. Pero si tenéis en cuenta al Cielo y respetáis sus leyes, no seréis abandonados jamás. Incluso si el mundo entero os abandona, vosotros seréis sostenidos, alentados, iluminados.

Utilizad vuestra simpatía para recobrar el ánimo y vuestra antipatía para Fortaleceros

La simpatía y la antipatía son dos movimientos naturales que los sabios conocen perfectamente. Sin embargo, la diferencia que existe entre el sabio y el hombre ordinario está en que el sabio domina sus antipatías y no se deja llevar a ciegas por sus simpatías. Sabe que tanto unas como otras provienen de experiencias vividas en otras vidas con los seres que encuentran en ésta, y que por tanto, no pueden informarle con imparcialidad sobre estos seres.

Procura entonces ser bondadoso con los antipáticos y reconocer los errores y las lagunas de los que le son simpáticos. Vosotros tampoco debéis dejaros llevar sin reflexionar por vuestras simpatías y antipatías, sino aprender a utilizarlas. Cuando alguien os resulte simpático, pensad en él para alegraros y recobrar el ánimo. Sí, aquél que os resulta simpático actúa favorablemente en vosotros y podéis aprovechar la buena disposición en la que os sitúa. Diréis : «¿y con alguien antipático? » Pues bien, también en ese caso hay algo que hacer. Decíos: « y Ahora nos toca a los dos superar esto! » y en lugar de evitarlo, de enviarle malos pensamientos, os ejercitáis para soportarlo.

Haciendo estos esfuerzos sois vosotros quienes ganáis, pues conseguís vencer vuestra naturaleza inferior que está siempre dispuesta a arrastraros a la lucha, al error, al equívoco. Desde el momento en que salís de ahí, entráis en un mundo de belleza y de luz, y pronto constatáis que todo cambia, pues todos aquellos a los que antes mirabais con frialdad y hostilidad, sienten que vuestra mirada ha cambiado y empiezan a amaros .Sí , siempre se nos presentan ocasiones para fortalecernos. ¿Por qué no utilizarlas? Os quedáis con vuestros sentimientos de simpatía o de antipatía, y no hacéis nada. Pues bien, precisamente deberíais hacer algo sabiendo que se trata de impulsos que podéis utilizar para vuestra evolución.

La utilidad de los enemigos

En lugar de quejaros, tratad de comprender por qué razón algunas personas provocan acontecimientos desagradables en vuestra existencia. Quizás esas personas han sido enviadas precisamente por el mundo invisible para daros lecciones, para haceros comprender ciertas verdades, para obligaros a mejorar… Entonces, ¿por qué no utilizar estas ocasiones? En lugar de rumiar ideas de venganza, en lugar de rebelaros pensando que el Cielo ya debería haber exterminado a vuestro enemigo… e incluso acabar vengándonos de otros que son inocentes, como ocurre frecuentemente en la vida, aprovechad esta ocasión para trabajar sobre vosotros mismos. Pues aunque alguien se comporte mal con vosotros, debéis aprender a comportaros bien con él y la primera cosa que hay que hacer para conseguir eso, es buscar las lecciones que podéis sacar de estas circunstancias desagradables. Lo peor para el hombre es vivir con sentimientos negativos con respecto a los demás. Pues, debéis saberlo, las corrientes de nuestra vida psíquica, antes de alcanzar a los demás, empiezan por atravesarnos a nosotros mismos. Si estamos animados por sentimientos de bondad, seremos los primeros en aprovechar esta bondad, y si somos malintencionados, nos envenenamos nosotros mismos. Decís: «Estoy furioso contra éste o aquél, y va a ver quién soy yo!» Bien, lo comprendo, pero seréis vosotros los primeros intoxicados por vuestra ira.

Transformad el mal

Todo lo negativo que recibís de los demás – críticas, manifestaciones de odio – debéis intentar transformarlo. Son como guijarros que hay que tratar de transformar en piedras preciosas. Ésta es la verdadera alquimia. Puesto que la tierra es capaz de hacerlo, ¿por qué no lo haremos nosotros? Lo esencial es pensar en ello. Un ser humano posee todas las fuerzas y todos los poderes: incluso posee dentro de sí la piedra filosofal que transforma todos los metales en oro. Mientras no tengáis este punto de mira os sentiréis desgraciados, abrumados, y la menor palabra negativa que os digan os derrumbará.

Los verdaderos enemigos están en nosotros

¡ Cuántas personas conservan dentro de sí un espíritu rebelde! Rebeldía contra tal situación que encuentran insoportable o contra tal persona que les parece deshonesta o injusta. . . Pero, ¿realmente es útil esta rebelión? Si queréis sublevaros verdaderamente , en vosotros mismos podréis descubrir cómo realizar un buen trabajo. Sí, respecto a todas vuestras debilidades, todas vuestras inclinaciones inferiores, ¿no pensáis que debéis indignaros por ellas y que merece la pena combatirlas? Si la rebelión existe en el universo, es porque tiene un papel que jugar. No podéis suprimirla, por consiguiente tenéis que comprender el papel que puede jugar y ponerla también al servicio de vuestro elevado ideal. . . Entonces, sabremos dónde, cuándo, cómo y hacia qué o hacia quién rebelarse. . . Hay que rebelarse, pero sólo contra todas las entidades inferiores que se han instalado en el hombre en forma de debilidades y que le engañan, le roen. ¡Cuántos de entre vosotros son desgraciados porque son conscientes de sus defectos y de sus debilidades! Sí, pero no se han rebelado suficientemente contra estos defectos para decidir desembarazarse definitivamente de ellos. Entonces, dejad de rebelaros cada día contra vuestra mujer, vuestro marido, vuestro patrón, el gobierno, etc. , y rebelaos contra vosotros mismos, porque los verdaderos enemigos están en vosotros, bien camuflados y siempre ocupados en tenderos trampas bajo la forma de tentaciones, de codicia, de deseos incontrolados. y vosotros, sin daros cuenta, los acariciáis, los mimáis, los alimentáis. Pues bien, de ahora en adelante debéis rebelaros contra esos enemigos.

Despertad el bien en los demás Muy pocas personas sospechan los daños irreparables producidos por esa manía que tienen de mirar el lado negativo de los seres y de las cosas. Muchas amistades, muchas relaciones se rompen debido a esta tendencia en buscar los defectos de los demás, de no mirar más que lo que es negativo, criticable e incluso complacerse en rebuscar en la vida de las personas para descubrir en ellas detalles comprometedores.

El sabio trata de ver los dos lados a la vez: el bueno y el malo. No está ciego, no se deja engañar, pero considera que la parte esencial de los seres, su esencia, es el bien. Fijando nuestra atención en el bien, atraemos sus fuerzas y lo hacemos crecer en nosotros mismos y en los demás. Por eso todo el mundo se siente atraído hacia un ser parecido, sienten que junto a él se despiertan y crecen los gérmenes de su naturaleza divina.

Vivid con amor

El amor es el que proporciona las mayores posibilidades de éxito, el amor es el que vuelve a las personas más capaces, más lúcidas, más penetrantes, el que prepara las condiciones para que se den las manifestaciones más armoniosas, más constructivas. Pero, ¿quién se preocupa del amor? El amor sexual, sí, interesa a todo el mundo, pero el amor impersonal, espiritual, lo dejamos siempre en el último lugar .Algunos dirán: « Pero usted no vive en el mundo!

¿No ve cómo son las personas? ¡No podemos amarlas! » Sabed que ninguno de vosotros ha vivido lo que yo he vivido: si hay alguien que conozca las terribles condiciones de la existencia, ése soy yo. Pero incluso en esas condiciones, en las que no tenemos ningunas ganas de amar y tenemos  razones suficientes para cerrar nuestro corazón a los seres humanos, aún entonces, tenemos que amar . Si no, ¿de qué sirve la Ciencia iniciática, de qué sirve esta filosofía divina? El que hayan algunas cabezas a las que no podemos soportar no debe privarnos de la mayor bendición: el amor .Así pues, amad, amad al mundo entero, amad a todas las criaturas. . . Este amor armonizará todo en vosotros. Observaos en vuestras diferentes actividades y sentiréis lo tenso, lo crispado que está vuestro ser, vuestro rostro y en especial vuestras manos. Comprobaréis que durante este tiempo vuestras energías se gastan inútilmente. Esto ocurre porque no sabéis trabajar con amor. Entonces deteneos, relajaos completamente, de forma que vuestro cerebro esté distendido, dejad de hacerlo funcionar algunos minutos, para sentir que únicamente fluye el amor a través vuestro. . .

El mayor secreto, el método más eficaz, es amar. Cuando salgáis por la mañana de vuestra casa, pensad en saludar a todos los seres del mundo entero. Decidles: « Os amo, os amo. . . y salís hacia el trabajo. Todo el día os sentiréis felices, dilatados y vuestras relaciones con los demás serán más fáciles, porque habréis enviado vuestro amor a todas las criaturas del universo ; y de todos los rincones del espacio este amor retornará después hacia vosotros.  ¡Hay tantas cosas que pueden hacerse para que la vida sea digna de ser vivida!

Fuente: Textos recopilados de las páginas web Luz de Ilunum y Sieteluces, además de los canales de youtube Luz de ilunum y Editorial Sieteluces, textos propios y/o recopilados por el escritor e investigador José Antonio Iniesta Villanueva.