LOS ESPLENDORES DE TIPHÉRET EL SOL. POR OMRAAM MIKHAEL AIVANHOV

CURSOS DE LUZ



LOS ESPLENDORES DE TIPHÉRET

EL SOL

Por Omraam Mikhael Aivanhov

Los hombres viven como si se encontrasen en una caverna  iluminada solamente por una velita: ven justo lo suficiente para salir del paso, y ni siquiera saben dónde están. Pero, cuando el sol llega con su luz, de repente se dan cuenta de que estaban rodeados de tesoros, de riquezas, de esplendores, pero, como no los veían, nunca habían tratado de acercarse a ellos. Es como aquél que está sumergido en el agua hasta el cuello y que grita: “¡Tengo sed! ¡Tengo sed!”… Toda su vida grita “tengo sed”; tiene agua y no es consciente de ello. Cuando el sol penetre en vuestra alma, en vuestro espíritu, podréis ver todas las riquezas que poseéis.

La presencia del sol os aporta la luz, pero también el calor. Toda la vida, los hombres tiritan, tiritan: “Tengo frío, nadie me ama, necesito amistad, afecto”, y todos buscan un poco de calor en las mujeres o en los hombres. Qué queréis, ¡para calentarse se arriman unos a otros! Pero el verdadero calor no se encuentra en esta clase de acercamientos, porque, en cuanto cesan un poquito, de nuevo vuelve el frío y tiritan como antes.

No, mis queridos hermanos y hermanas, las cosas no son así. Para poseer el verdadero calor, ¡debemos introducir el sol dentro de nosotros! Hará tanto calor que sudaréis y hasta os veréis obligados a desnudaros enteramente. Evidentemente, esto es algo simbólico, significa que conoceréis la verdad. Sabéis bien que se dice: “Ver la verdad desnuda”. Actualmente, los hombres son como los esquimales, están tan congelados que se arropan con espesos abrigos de pieles de donde les sale apenas la nariz. ¿Cómo queréis que se conozcan, que vean su belleza y se manifiesten su amor?

Hace demasiado frío, no hay sol, es decir, amor. Cuando venga el sol, calentará y vivificará tanto a los seres, ¡que se verán obligados a desnudarse, simbólicamente hablando! Verán su rostro, su belleza, su esplendor. Estarán liberados. Porque la liberación es eso: ser vivificado.

Alegraos de tener semejantes condiciones y de poder venir cada mañana a la salida del sol para saciar vuestra sed, calentaros, aligeraros, liberaros. Sí, en mi opinión, el Surya-yoga supera a todos los demás yogas, porque os permite practicarlos todos juntos aquí, a la salida del sol, y sentís el efecto favorable del calor, de la luz, de la pureza del aire. Y aunque no hayáis obtenido resultados con los demás yogas, que son difíciles, os queda al menos una cosa: que el sol os ha calentado, os ha acariciado e incluso os ha dado unas pepitas de oro. Aunque no hayáis tenido resultados, el sol os ha magnetizado, os ha curado, os ha colmado con todos los bienes. Rezáis, meditáis, respiráis, y, al mismo tiempo, ¡sois ayudados por el sol!

Capítulo II

Cómo captar los elementos etéricos contenidos en el sol Al mirar al sol, nuestra alma toma la forma del sol El sol es el origen de todos los planetas, que han salido de él; por eso podemos decir que todo lo que existe aquí, en la tierra, los elementos químicos, las sustancias minerales o vegetales, existe ya en estado sutil, etérico, en el sol. La cuestión es, pues, ahora, saber cómo captar estos elementos, en particular cuando queremos remediar las enfermedades, las deficiencias. Sí, porque es preciso que el hombre se habitúe a tomar lo que le falta en las regiones sutiles. Cuando siempre buscamos remedios abajo, en el plano físico, sin hacer ningún esfuerzo para elevarnos, no ganamos nada en el plano espiritual: nos volvemos perezosos, nos apoltronamos, porque lo tenemos todo al alcance de la mano; ni siquiera nos desplazamos, llamamos por teléfono o mandamos a alguien a la farmacia… Es mucho más provechoso hacer el esfuerzo de remover todo nuestro ser para ir a buscar estos elementos, estas quintaesencias, arriba, en el plano etérico.

La medicina oficial no conoce aún estos elementos etéricos, que son a la vez más sutiles y más eficaces que todos los que ella ha descubierto hasta ahora. La medicina piensa actualmente que las glándulas endocrinas, con sus secreciones, son las que gobiernan todo el organismo. No, no son las glándulas endocrinas las que juegan el papel esencial: son otros factores, en el plano astral y en el plano mental, los que gobiernan, desencadenan y dirigen el funcionamiento de las glándulas endocrinas.

Porque, para que una glándula endocrina secrete demasiado, o demasiado poco, y produzca anomalías en el organismo, sin duda debe de haber una causa. ¿Y dónde se encuentra esta causa? La Ciencia iniciática responde: en el campo de los pensamientos y de los sentimientos.

Yo no estoy de acuerdo con la medicina materialista que cree que la salud del ser humano depende exclusivamente de la cantidad de vitaminas o de hormonas que absorbe. En realidad, existen en los planos astral y mental otros factores más poderosos que excitan o perturban el organismo, y es ahí donde hay que armonizarlo todo y ponerlo todo a punto, en vez de ocuparse únicamente del cuerpo y de buscar siempre las causas de las enfermedades en el plano físico. Estas dos regiones, astral y mental, en donde se forman los pensamientos y los sentimientos, todavía no han sido exploradas ni dominadas, y desde ellas son proyectados los elementos nocivos que van a perturbar después los otros aparatos: las glándulas endocrinas, el sistema nervioso, el simpático, los ganglios… Hay que ir a buscar, pues, mucho más arriba las causas de las enfermedades y sus remedios. Poco a poco, la ciencia los descubrirá.

Hace unas decenas de años, los médicos decían: “Si tomáis cada día tanto de prótidos, tanto de lípidos, tanto de glúcidos y tanto de sales minerales, tendréis tantas calorías que os darán tantas energías”. Y todo el mundo creía que eso bastaba para tener buena salud, hasta el día en que la medicina se puso a hablar de unos elementos más sutiles e imponderables: las vitaminas. Entonces, ¡todo el mundo se atiborró de vitaminas! Pero un Iniciado, en cambio, no tiene necesidad de ocuparse de calorías ni de vitaminas: en sus trabajos espirituales logra elevarse hasta muy arriba para captar otros elementos todavía más sutiles y necesarios que se encargan de ordenar y de poner todo a punto en su organismo, incluso la asimilación de las vitaminas mismas. Por otra parte, el descubrimiento de las glándulas endocrinas y el misterio de su funcionamiento prueba que le quedan aún a la medicina otros campos más sutiles que explorar.

Por eso nosotros insistimos tanto en la calidad de los pensamientos y de los sentimientos: porque los pensamientos y los sentimientos son unas fuerzas que ponen en marcha ciertos centros sutiles, los cuales actúan, a su vez, sobre las glándulas endocrinas, sobre el sistema nervioso, y, después, sobre todos los demás sistemas, y de ello se deriva tal estado de equilibrio o de desequilibrio, de orden o de desorden. Hay, actualmente, algunos investigadores que trabajan en esta dirección, pero no son escuchados. Sin embargo, pronto la medicina se verá obligada a admitir oficialmente sus conclusiones, y sólo se estudiarán estos factores sutiles que son el pensamiento y el sentimiento: se crearán nuevas ramas de estudios, con laboratorios y técnicas especiales, y todos reconocerán que la Ciencia esotérica tenía bases sólidas y verídicas. Mientras tanto, se burlan de ella.

Fuente: Textos recopilados de las páginas web Luz de Ilunum y Sieteluces, además de los canales de youtube Luz de ilunum y Editorial Sieteluces, textos propios y/o recopilados por el escritor e investigador José Antonio Iniesta Villanueva.