EL «NIÑO DE PIEDRA»

El ‘Niño de Piedra’, una roca que está en Ciudad Bolívar, es sitio de peregrinación.



Recostada en un hueco, en el parque central del barrio, está la roca a la que las madres le piden un buen camino que guíe a sus hijos. En el barrio Vista Hermosa está el monumento al que se le confieren milagros con los jóvenes. Las mujeres lo que más le piden al Niño de Piedra es que sus hijos ‘no metan vicio’. Esta barriada de 20 casas, anclada en la loma donde los sectores de Capri y el Lucero se encuentran, exhibe una roca a la que algunos le confieren milagros y otros la posibilidad de ganarse unos pesos.Alrededor de la piedra -de cuatro metros de largo por uno de ancho y que tiene la forma de un hombre con las manos en el vientre-, se teje una historia de fe que ya es parte de la memoria oral y escrita de esta localidad. Hoy, en el Día de la Madre, espera la visita de sus fieles.

La maldición de Magdalena

La leyenda nació un Jueves Santo, a comienzos del 40. Magdalena, una humilde lugareña, se tardó en llevarle el almuerzo a su hijo, que trabajaba como pastor. Este se rebeló e insultó a su progenitora. «Tienes un corazón de piedra», respondió la madre herida. A la mañana siguiente, el pequeño amaneció convertido en roca y rodeado por sus ovejas.

El Día de la Madre y Semana Santa son las fechas del año en que más visitas recibe este monumento, que también es conocido como la ‘piedra del muerto’, apelativo que no gusta entre la gente de la zona, pues consideran que les pueden confundir a su niño con el de la famosa piedra del muerto cercana a San Gil, en Santander.

«No faltan los extranjeros a los que les llega la historia y se pegan la subidita», dicen residentes. De hecho, Hernando Bedoya, funcionario de la Alcaldía, asegura que hace pocos días grabaron una nota para la televisión española, y los vecinos dicen que una vez pusieron un cuaderno para que el visitante firmara, pero se lo robaron.»Niño de Piedra, que mi hijo se aleje de las malas compañías y no meta vicio», «que mi bebé nazca bien», «que mi hijo vuelva sano y salvo del cuartel…» son, entre otras, las súplicas que las madres que visitan al ser de piedra le hacen en un muro de ladrillo, y que escriben con esfero o marcador. No faltan las peticiones de trabajo y las posesiones de amor: «que no me deje fulano de tal».Cruces y más cruces, de todos los tamaños, reposan sobre la roca. Están hechas con palos de madera que, amarrados con cualquier hilacha, forman la figura.La superficie del niño es áspera y la gente, sobre todo las mujeres, la acarician con dulzura y respeto a la vez.

A 300 la historia

A Clara Palacios este niño nunca le ha concedido un milagro, pero dice que «cuando un hombre comprometido tiene otra hembra le da la pálida si se para al pie de la piedra».A esta mujer, dueña de una carcajada monumental, una enfermedad le quitó media pantorrilla derecha y es una experta relacionista pública de la leyenda. La historia por escrito, que se confunde entre los comestibles que vende en su tienda, cuesta 300 pesos la copia.La rotonda donde habita la roca está en la calle 68 Bis Sur con carrera 18H Bis, en el corazón de Vista Hermosa, un barrio con casas de dos y hasta tres pisos, ambientado por vallenatos que salen de entre cualquier calle destapada y polvorienta. Hasta allí se llega subiendo por la avenida al Llano.

El Divino Niño es su guarda

Las mellizas Gloria y Margarita Reina, habitantes del sector, le achacan a los milagros del Niño de Piedra una ayudita de una escultura del Divino Niño que custodia el monumento, desde mediados de los 80, cuando la Defensa Civil montó la réplica en cerámica.

Ellas recomiendan a las madres que hoy visitarán este lugar llevar una cruz para el hijo de la leyenda sureña y una rosa para el Divino Niño.

JOHN WILLIAM MONTAÑO G. – REDACCIÓN EL TIEMPO ZONA

http://www.eltiempo.com/colombia/bogota/el-nino-de-piedra-una-roca-que-esta-en-ciudad-bolivar-es-sitio-de-peregrinacion_5175627-1

Fuente: Textos recopilados de las páginas web Luz de Ilunum y Sieteluces, además de los canales de youtube Luz de ilunum y Editorial Sieteluces, textos propios y/o recopilados por el escritor e investigador José Antonio Iniesta Villanueva.