El próximo sábado, 17 de octubre, a las 18:30 horas, Andalucía Televisión (ATV) estrena el documental «África es mujer», serie de tres capítulos de 30 minutos cada uno producida por Periodistas Solidarios-Asociación de la Prensa de Sevilla, y participada por Canal Sur. Esta serie narra la vida cotidiana de las mujeres de la región de Bafatá, la zona más deprimida de Guinea-Bissau, país que está entre los diez más pobres del mundo. Sin embargo, la extrema pobreza no impide que su población luche para mejorar sus condiciones de vida, sea acogedora y muestre una esperanzadora y respetuosa convivencia entre el diverso mosaico de etnias y religiones.
Periodistas Solidarios-APS destina los fondos recaudados con la producción de documentales a los proyectos de desarrollo en educación, salud y agricultura que desde 2012 mantiene en Guinea-Bissau. En concreto en la aldea de Candemba-Uri, Periodistas Solidarios ha hecho dos escuelas y un centro de salud equipado con ambulancia; ha impulsado una cooperativa, construido pozos y una granja y roturado nuevos campos de cultivo, entre otra actividades. Además ha creado Radio Mulher, una emisora gestionada por mujeres, en la que también ha contado con la colaboración de Canal Sur.
Para la producción de la serie «África es mujer» se ha contado con la colaboración altruista de la actriz Ana Fernández, el actor Pedro Casablanc y la presentadora de Canal Sur Radio Charo Pérez, que han puesto voz a las narraciones de cada uno de los tres capítulos. Con guión y dirección del periodista José Bejarano y dirección de fotografía a cargo del fotoperiodista Paco Cazalla, el documental está rodado en 4-K y cuenta con espectaculares imágenes del bello paisaje ecuatorial a vista de dron.
Antes de «África es mujer», Periodistas Solidarios-APS produjo el documental «Laovo», dirigido por Francisco Palacios, e igualmente participado por Canal Sur, y que contó con la colaboración del actor Antonio de la Torre.
ATV emitirá este sábado de manera ininterrumpida los tres capítulos de la miniserie, comenzando por «Aine» a las 18:30 horas, seguido de «El sueño de Mariama», a las 19:00 horas, y «El dios Geba» a las 19:00 horas.
El primer episodio, «Aine», empieza cuando Aine Djalo, una de las mujeres de Candemba-Uri, se desahoga ante su madre diciéndole que se ha cansado de esperar a Hama, el marido emigrado a Europa 14 años atrás, del que no tiene más que noticias indirectas y del que no recibe ningún dinero para criar a los cuatro hijos que tiene. Como otras mujeres de la aldea, ella ha tenido que sacar adelante a sus hijos sola y contra la incomprensión de casi todos los hombres de Candemba-Uri. Mujer musulmana en una pequeña aldea de África, Aine es independiente, de fuerte personalidad y capaz de defender su libertad para tener un amante que llene la ausencia del marido, con el que sin embargo aún se levanta soñando muchas mañanas.
Si en el capítulo primero Aine dice que “las mujeres somos capaces de llevar África sobre nuestras cabezas”, en el segundo «Mariama» despliega su capacidad de seducción para empujar a las vecinas de Candemba-Uri a la revolución que supone romper con el injusto intercambio comercial del cajú (anacardo), su única fuente de ingresos, por arroz, su principal alimento. Y es que la precaria economía de Candemba-Uri sólo permite a sus habitantes practicar el comercio del trueque. Cambian el cajú por arroz para todo el año, pero en condiciones de usura: se ven obligados a entregar tres sacos de cajú por cada saco de arroz que reciben por adelantado a cuenta de la siguiente cosecha.
«El dios Geba» muestra cómo, pese a que Guinea-Bissau es un país donde predominan las etnias fula y mandinga, de religión musulmana, las mujeres se expresan con un sorprendente desparpajo. Posiblemente sea el clima tropical lo que confiere a estas musulmanas una peculiar soltura que está muy lejos del tópico del recato. El ritmo de sus bailes, el colorido de sus vestidos, la alegría que las hace reír a carcajadas… El clima tropical, ejemplificado aquí por el río Geba, impone su ley. En un mundo crispado por el enfrentamiento religioso, Guinea-Bissau destaca por la convivencia de los musulmanes fulas o mandingas con los católicos balantas o pepel. Los musulmanes acuden a las celebraciones católicas y viceversa. Se celebra por igual la Navidad y el Ramadán, el día de Todos los Santos y la Fiesta del Cordero, todo ello mezclado con el baile del cankurán y los ritos animistas que todas las etnias heredaron de sus antepasados.
Fuente: PRENSA RTVA
