ARTÍCULOS SIETELUCES: EN UN MUNDO DE MUERTOS VIVIENTES

El multiverso de la imaginación XI



En un mundo de muertos vivientes

José Antonio Iniesta

Hace frío cuando llega el gélido viento del norte que hiela los huesos y las señales de que llegan los muertos vivientes. Y todo esto sin que pongamos en riego nuestra vida con una buena pelliza que nos cubra en el reino de Invernalia, sumidos en una casi interminable serie de capítulos de “Juego de tronos”.

El frío glaciar que nos deja como témpanos se siente cuando al fondo de una pantalla aparece el que miente descaradamente, porque lo lleva escrito en los ojos, en la frente, tiembla con pulsaciones de perfidia en los labios y hasta deja su muesca de avaricia en los dientes, aunque parezca que el mandatario, el guardián de los durmientes, el que cree que ha venido a apacentar las ovejas en vez de conceder el mejor de los futuros a los ciudadanos, es el rey del mambo que todo lo sabe, sintiéndose al mismo tiempo un digno representante del pueblo.

Los muertos vivientes aparecen por todas partes, en todas las pantallas de todos los países, prometen cualquier cosa entonando cantos de sirena que nunca cumplen, pues digan lo que digan siempre quedan veinte tomos de retórica para negar lo que en su día dijeron, o sostener que el tiempo lo cambia todo, que en aras de un futuro mejor para cualquiera es necesario clavarle un puñal en el corazón por enésima vez a los votantes.

No hay que llegar hasta el blanco horizonte de Invernalia para sentir que los caminantes están llegando, el horror de los horrores de los que mueven los hilos del mundo sin que casi nadie se dé cuenta de que manejan a los hombres y mujeres de este planeta como los muñecos que mueve a su antojo el titiritero que, curiosamente, siempre se esconde en la sombra.

Antes engañaban con subterfugios, rizaban el rizo para que no se les entendiera, eran maestros de la letra pequeña, nos entrampaban con promesas que nunca cumplían, pero ahora lo hacen con burdo descaro, diría que con sarcasmo, se les ríen los huesos sabiendo que nos tienen acorralados, pues si no dan el mazazo por la derecha nos lo dan por la izquierda, y viceversa. Al fin y al cabo, parece que cohabitan en el mismo nido del engaño. “Hoy por ti, mañana por mí”, aunque, en el fastuoso decorado de este circo de la mente y los sentidos, el que siempre acaba siendo destrozado es el que contempla el espectáculo.

Frío del bueno llegando por todas partes, pues los vividores y saqueadores de los erarios públicos, los que venden el alma a cambio de apoyos para seguir gobernando, los que por nada del mundo quieren abandonar los escaños, habiendo tan buenos sueldos, se turnan y cambian de disfraz como lo hacen de color los camaleones para seguir parasitando la sangre de los sirvientes de un plan establecido desde que el mundo es mundo. Para que los que habitan en la cúpula del árbol arrojen la miseria inmunda de sus vanidades sobre los que resisten el huracán de los cambios de ciclo agarrándose a un tronco que ya parece que no lo pueden sostener ni sus propias raíces.

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Fuente: Textos recopilados de las páginas web Luz de Ilunum y Sieteluces, además de los canales de youtube Luz de ilunum y Editorial Sieteluces, textos propios y/o recopilados por el escritor e investigador José Antonio Iniesta Villanueva.