Ave Fénix
Poemas de la esperanza contra el coronavirus
XXXVIII
2 de mayo de 2020
Que nadie intente matar mi espíritu invisible
José Antonio Iniesta
Qué extraño mundo el de los que se sienten superiores,
seguros a la hora de destrozar sueños puros
que no les pertenecen.
Es rara esa mirada de los que miran con odio
y levantan alambradas con púas de acero
en los horizontes que no son de nadie.
Me siento incapaz de dormir en un lecho de acero,
atrapado por esa tiranía de lo efímero.
¿No vieron la paz en la mirada de un jilguero,
que no busca riqueza y carece de dinero?
¿Acaso no prestaron atención al diente de león,
tan frágil en su aspecto de plumón en vuelo
y tan duradero, pues el legado de su semilla es eterno?
¿A qué cuento matar la risa con balas de desaliento
si nada de lo que poseemos nos lo llevaremos al Cielo?
En este ruido espeso de máquinas de muerte,
que también trae en su genoma el coronavirus,
sigo escuchando con los ojos cerrados al ruiseñor
y veo su vuelo de luz hilvanado entre los árboles.
Que nadie intente matar mi espíritu invisible
con ese canto de sirenas de las vanidades,
esa feria mortal con payasos de cara triste,
la caja de Pandora que no promete más que podredumbre.
Hace mucho tiempo que transito caminos olvidados,
ruinas de templos donde se huele todavía a incienso
y ya no hay sombra ni ceniza que me cautive.
Dejad de susurrarme al oído vuestro absurdo hechizo,
pertenezco al destino que dibujo con una pluma de ave,
a un verso grabado en una hoja de roble que arrastra el río,
a los suspiros con los que compongo la música de mis sentidos.
Fuente: Textos recopilados de las páginas web Luz de Ilunum y Sieteluces, además de los canales de youtube Luz de ilunum y Editorial Sieteluces, textos propios y/o recopilados por el escritor e investigador José Antonio Iniesta Villanueva.
