Ave Fénix
Poemas de la esperanza contra el coronavirus
LXVI
La memoria dormida despierta hasta con una sonrisa
18 de mayo de 2020
En cada uno de nosotros la vida se enciende,
somos un tejido cuyos hilos dorados
vienen de una madeja interminable,
una red de Indra en el espacio y el tiempo,
viajeros como somos de los reinos interminables
que están al otro lado de cualquier parte.
La memoria dormida despierta hasta con una sonrisa,
con el brillo de las pupilas que se iluminan
y una canción que de pronto remueve el alma.
Somos peregrinos de nosotros mismos,
errantes de la tierra prometida que ahora recordamos
dibujada en un plano antiguo con tinta invisible.
El dolor ha quebrado tantas cosas
que habrá que volver a crearlas de la nada,
dibujarlas con un dedo en el aire y llamarlas por su nombre,
crear el sortilegio para que resurjan de la esperanza,
con el aliento supremo del “quiero y además puedo”,
puro acto de magia que es el de la voluntad sin miedo.
Que se abran las puertas del nuevo mundo recreado
con ese entusiasmo que vuela hoy sobre los bares,
círculos iniciáticos de los tiempos modernos
en los que se abrazan con la mirada y se dan besos de aire
los supervivientes del holocausto que nunca imaginaron.
Así es la existencia de sencilla y compleja,
en la que la vida y la muerte juegan al escondite
y como si fuéramos niños saltamos por encima de la rayuela.
Entre cantos de sirena y certezas sobrehumanas
siempre queda una línea imprecisa para la sorpresa.
Fuente: Textos recopilados de las páginas web Luz de Ilunum y Sieteluces, además de los canales de youtube Luz de ilunum y Editorial Sieteluces, textos propios y/o recopilados por el escritor e investigador José Antonio Iniesta Villanueva.
