QUERETARO, QRO (MEXICO)
1810 – 1910 – 2010
Lolita Vargas
Llega la tarde, una grata temperatura en el ambiente invita a estar al aire libre, el sol está a punto de ocultarse en el horizonte, el cielo luce espectaculares colores. Pinceladas únicas y maravillosas del Dador de la Vida, nos trasportan por instantes al paraíso, el rojo, el naranja, el amarillo y el verde, los tonos azules, violeta y rosado, nos substraen de la realidad cotidiana y nos introducen en un universo en donde todo es perfecto. Esos son los atardeceres de esta tierra, de nuestro Santiago de Querétaro.
Querétaro Arteaga, territorio con pasado indómito, en donde el Chichimeca nos mostró su rostro guerrero, su coraje y dignidad, finalmente entregada al bien de la colectividad.
Querétaro es también poseedor de una amplia herencia Novo Hispana, de tradiciones criollas que se conservan hasta el presente y de esa conjunción surge un mestizaje, que otorga un cierto distintivo en el orgullo de ser mexicano.
Su protagonismo innato es evidente en los diversos episodios trascendentes de la Historia Patria, de alma barroca, rostro neoclásico, carácter tradicionalista, a su señorial encanto se suma la presencia de su gente, que se proyecta al mundo con fuertes convicciones, generosa y a la vez celosa, protectora de este valioso tesoro que es Querétaro.
En el nombre de Querétaro se entrelazan conceptos de una gran fuerza espiritual pues su nombre actual procede de su nombre indígena, los cuales fueron Cretaro del Purépecha, Tlachco del Náhuatl, Andamaxei del Otomí y Xico del Chichimeca, todos significan lo mismo «en el juego de pelota».
El juego de pelota fue un ritual sagrado, sobre la cancha que simboliza el cielo, el movimiento de la pelota recrea el movimiento de los astros, la dinámica celeste que da origen al tiempo. A la vez, que a través de ese juego se manifiesta la unión de los opuestos, que es necesaria para mantener el equilibrio de aquello que llamamos vida. Para nuestros ancestros indígenas, el juego de pelota estaba relacionado con la Vía Láctea, en donde de acuerdo a su concepto, se gestan las flores de destino de distinta naturaleza.
Así también, aquellos venidos de España, en la importante fecha de fundación de lo que ahora es esta ciudad, el 25 de julio de 1531, celebran la fiesta de Santiago de Compostela, que también representa a la Vía Láctea o camino de las estrellas.
Hubo convergencia en la percepción de lo ahí visto, la flor de destino que se gesto ese 25 de julio, permitió, que en un mismo espacio tiempo, dos bandos opositores Chichimecas y Españoles, percibieran exactamente lo mismo: A la Divinidad obrando a través de un fenómeno celeste, el de una Cruz, el Nahui Ollín Teotl, Santiago Apóstol, Quetzalcoatl. Esta percepción en una batalla, en medio de clamores, tambores y clarines, en el fragor de pasiones encendidas, atrapo la atención y la fe de los bandos en conflicto y permitió que del fondo de sus corazones brotara espontáneamente la frase «EL ES DIOS», la cual desde ese lejano 1531 es el saludo oficial de los miembros de La Tradición Conchera.
De la anterior explicación derivamos fácilmente, que Indígenas y Españoles estaban percibiendo símbolos divinos, diferentes en apariencia, pero iguales en su concepto intimo, por lo que en el nombre de Santiago de Querétaro, se entreteje el pensamiento de ambos, en total armonía y sin conflicto. En un instante los opuestos se unificaron, a través de la percepción de un símbolo sagrado, que sigue teniendo vigencia hasta el presente: La Santa Cruz de los Milagros del cerro del Sangremal, lo que desde mi parecer es francamente maravilloso.
La inteligencia y versatilidad artística del indio Chichimeca la podemos palpar visiblemente en la hermosa obra de la Misiones de la Sierra Gorda, ahí en las iglesias de Jalpan, Conca, Landa, Tancoyol y Tilaco, en esas cinco joyas arquitectónicas, está plasmada su gran habilidad, combinada con la paciencia, tesón y gran labor benefactora de Fray Junípero Serra. Después de ver las Misiones me pregunto ¿cómo es posible que estos Chichimecas hayan sido considerados salvajes, bárbaros, necios, cerrados a la razón?, hechos son amores y no buenas razones, reza un antiguo refrán y ahí están los hechos, evidencia innegable de bravura transformada en creatividad, en arte, en ideas que han perdurado a través de los siglos, para disfrute de todos aquellos que contemplan su belleza.
La mano de obra indígena, también la podemos apreciar en las magnificas construcciones barrocas, que abundan en nuestra ciudad, así podemos observar una vez más su gran ingenio, trasladando con exquisita belleza y total disimulo, los símbolos de veneración del Antiguo Anahuac, así vemos a Ángeles vestidos a la usanza indígena, entre flores y remates los atributos de Quetzalcoatl y muchos elementos mas que debemos considerar una victoria, que se traduce en la supervivencia de su legado, la herencia de los ancestros, que nos ha sido entregada en uno de los aspectos más valiosos del género humano: EL ARTE.
Completa la configuración de Santiago de Querétaro, como pueblo de indios, la Expedición por Cédula Real de este nombramiento el 23 de octubre de 1537, así también es nombrado Gobernador Vitalicio Fernando de Tapia y es dada la formal posesión de esta tierra a varios indios nobles todos ellos titulados como caballeros conquistadores y fundadores de Querétaro, en el año de 1540.
La configuración de Querétaro, en sus inicios, es descrita minuciosamente en la llamada Relación de Querétaro, documento fechado en 1582, ahí se cita que «el pueblo está muy galanamente fundado en forma de un juego de ajedrez, según el trazo dado por Juan Sánchez de Alanís, con muy grandes y espaciosas calles puestas en buen concierto y orden». Esta descripción corresponde a la típica estructura colonial, que todavía podemos disfrutar en el centro de nuestra ciudad.
El tiempo sigue su curso y la Villa de Querétaro recibe el titulo de Muy Noble Y Leal Ciudad De Santiago de Querétaro, el 25 de enero de 1656, casi un siglo después se inician obras de gran envergadura, como la construcción del acueducto, mediante 74 arcos de cantera, que abastecían la caja de agua de la Plazuela de la Cruz, esta obra, como muchas otras tuvo como benefactor a Don Antonio de Urrutia y Arana, Marques de la Villa Del Villar del Águila, algunos dicen que esta obra es producto del amor, otras que de la necesidad, lo importante es que se hizo y sin pretenderlo con esto, su benefactor, dio origen a uno de los símbolos de esta ciudad capital.
Nuestra hermosa ciudad, dos veces ha sido la Capital de la Republica Mexicana, la primera en 1848 siendo Presidente Manuel de la Peña y Peña y la segunda en 1916 cuando Venustiano Carranza ocupo la ciudad.
Cuantos acontecimientos y personajes importantes para la historia Nacional ha visto pasar Santiago de Querétaro, que incluso han trascendido con su obra las fronteras actuales del País, es así, remontándonos nuevamente al siglo XVII, que sabemos de un hombre de gran generosidad Don Juan Caballero y Ocio, que financio de su peculio, parcial o totalmente, una buena parte de las grandes edificaciones llevadas a cabo en la segunda mitad del siglo XVII, daré algunos ejemplos de su vasta obra: El Templo y Convento de San Antonio; El Templo y Convento del Carmen; El Colegio de San Ignacio de Loyola, El Templo de Santiago y El Templo de Nuestra Señora de Guadalupe, inaugurado el 12 de mayo de 1680. Culmina exitosamente la obra de Don Juan Caballero y Ocio, al poner el nombre de Querétaro en la conquista de Las Californias, al financiar las expediciones de los Jesuitas Kino y Salvatierra, a esas tierras.
La ciudad ha sido atractiva para los intelectuales y los amantes de la patria de espíritu libertario. Así no hemos olvidado los importantes acontecimientos del 1810, hasta el presente seguimos recordando a los héroes que nos dieron patria y libertad, muy especialmente en nuestro Santiago de Querétaro a Doña Josefa Ortiz de Domínguez, dando su nombre a muchos de nuestros importantes centros culturales y deportivos.
Otro acontecimiento relevante que marco nuestra historia, fue la participación del Dr. Félix Osores, en la asamblea constituyente del país a fines de 1823. Querétaro estaba a punto de no figurar como miembro de la Republica Federal, le debemos a los argumentos dados por Félix Osores, a su gran elocuencia y poder de convicción, el que haya sido admitido Querétaro, como Estado miembro de La Republica Mexicana.
Las huellas de La Reforma, podemos encontrarlas en diferentes espacios, como lo son el Cerro de las Campanas, donde se cierra el triste capitulo Imperialista de Maximiliano Habsburgo y destaca la figura de Don Benito Juárez, gran restaurador de la Republica.
Para concluir nos ubicamos mentalmente en la etapa del Porfiriato, imaginemos a las elegantes damas y caballeros que se deleitaban en la ya bella y culta ciudad de Santiago de Querétaro, asistiendo al Teatro Iturbide a presenciar importantes eventos culturales y precisamente es ahí mismo, en el ahora llamado Teatro de la Republica, que la revolución realizo su triunfo más trascendente, el 5 de febrero de 1917 se proclama la nueva Constitución de la Republica, cuyo espíritu emanado con fuerza sin igual desde ese entonces, vigoriza los ideales de la Patria: La Libertad, La Igualdad, La Democracia, La Justicia Social y La Soberanía Nacional.
Como no amar esta tierra en la que se han gestado los acontecimientos que han cambiado el destino de nuestra nación, como no sentir gratitud porque la vida nos permite en el presente disfrutar ampliamente de su belleza natural, artística, arquitectónica y de su gente, felicitémonos a nosotros mismos de vivir en este sitio y de permitirnos descubrir a cada DIA los maravillosos secretos que este Estado y esta Ciudad contienen.
Los años 1810, 1910 han marcado la historia de esta tierra.
Feliz 2010 les deseo desde Santiago de Querétaro (México):
Con Amor Inphinito: Lolita Vargas Malinalticitl
http://malinalticitl.spaces.live.com/ lolita_vargas@hotmail.com
www.elcaminanteolmeca.com
www.yollocalli.com.mx
www.banderadelapaz.org
Fuente: Textos recopilados de las páginas web Luz de Ilunum y Sieteluces, además de los canales de youtube Luz de ilunum y Editorial Sieteluces, textos propios y/o recopilados por el escritor e investigador José Antonio Iniesta Villanueva.