FE, DEL LIBRO DE LA VIDA VERDADERA

FE

Del “Libro de la Vida Verdadera”



PROFECÍAS Y OTROS TEMAS

01-011.76 Tened fe del tamaño del grano de la mostaza y veréis realizarse grandes prodigios. Hoy os digo como en el Segundo Tiempo: Ordenad a una montaña que cambie de lugar y seréis obedecidos; mandad que la furia de los elementos cese, y lo veréis realizado, decid en mi nombre a un enfermo que sane y él se verá libre de la enfermedad. Mas cuando sea concedido un prodigio, no seáis indiferentes, percibid en vuestro espíritu las obras divinas y sabed valorizarlas.

03-058.64 Escuchad discípulos: En el Segundo Tiempo, cierto día navegaba Jesús en una barca acompañado de sus discípulos; las aguas eran tranquilas y aquellos hombres se extasiaban con la palabra del Maestro. Mas Jesús se quedó dormido a tiempo que las aguas comenzaron a encresparse amenazando tempestad. Durante unos instantes la barca fue juguete de las olas y el temor embargó a aquellos corazones, al grado de que despertaron con voz angustiada al Maestro diciéndole: ¡Señor, sálvanos que perecemos! A lo que Jesús, mirándoles dulcemente extendió su mano hacia las aguas, que al instante fueron tranquilas y volviéndose hacia sus discípulos, les reprochó su duda diciéndoles así: ¡Ah hombres de poca fe!

06-143.17 Vivid alerta, pueblo amado, imitad a las vírgenes de la parábola entregada a mis discípulos en el Segundo Tiempo, estad como ellas, con vuestra lámpara encendida, para que la fe y la esperanza siempre la tengáis en Mí. En vosotros está el santuario que Yo he venido a preparar con gran amor en este Tercer Tiempo. Sois los depositarios de mi palabra y cada espíritu y corazón lo he convertido en una fuente de amor, de virtud, de bálsamo, que como aguas cristalinas serán derramadas entre la humanidad.

06-172.47 Una nueva fe nació en vuestro corazón, una nueva luz que os daba el conocimiento de que el hombre puede comunicarse directamente con Dios. Mas, no era eso todo, faltaba que llegaseis a comprender que no es necesaria la mente humana para que el Padre os hablara y entonces supisteis que esta comunicación divina a través del portavoz, sería pasajera, porque vendría más tarde el tiempo de la comunicación de Espíritu a espíritu, cuando ya los hombres hubieran apartado de su culto, de sus creencias y prácticas hasta el último rastro de materialismo, de fanatismo e ignorancia y todo fuere en ellos espiritualidad.

07-205.29 Cuántas veces estáis enfermos sólo porque así lo pensáis, porque a cada paso creéis que os sigue la fatalidad u os acecha el dolor; entonces atraéis con la mente a las tinieblas, de las cuales rodeáis vuestra vida material y vuestra jornada espiritual; mas aquí me tenéis para encender de nuevo la fe en la vida, en la verdad, en lo eterno, en la paz perfecta y también para enseñaros a atraer la luz hacia vosotros.

11-313.48. Quienes hoy han dudado y no han tenido fe plena, como debe ser la fe del discípulo hacia el Maestro, esos quedarán estacionados en su camino, alimentándose del rito monótono y rutinario, creado por ellos mismos. En cambio, quienes ahora me han creído, necesariamente tendrán que seguir creyendo en Mí, aún después de que haya concluído la manifestación de mi palabra. Ellos serán obedientes a mis mandatos y harán lo posible por interpretar justamente mis enseñanzas. Ellos tendrán un ideal: el de la espiritualidad, y tendrán una luz que les acompañará siempre: la fe.

11-314.04. En otros ese pensamiento es de tristeza y de amargura por las vicisitudes que han encontrado en el sendero. Mas con la unión de esos pensamientos formáis un acto de fe, que es el homenaje y respeto para mi Divinidad.

11-314.41. Hoy no alcanzáis a comprender la fortaleza de vuestro espíritu, porque aún sois débiles en la fe, pero esa fe la fortaleceré con grandes pruebas; y la confianza que tengáis en Mí, también debéis tenerla en vosotros, puesto que los dones que lleváis Yo os los he entregado.

11-317.05. ¿Cómo puede la humanidad juzgar mis obras y penetrar en mis íntimos juicios? Mas Yo le he dado libre albedrío, voluntad propia, y en virtud de esos dones le he sometido a prueba. Los que han creído, han vencido en la prueba, han fortalecido su fe, se han elevado a las regiones del espíritu, alimentándose con la esencia de mis revelaciones.

11-318.06. En el principio de vuestra evolución, derramé gracias y beneficios materializados, palpables ante vosotros, mas cuando vuestro conocimiento y fe se encendieron como una luz en vuestro espíritu, dejé de daros estas pruebas materiales. Hoy vuestra fe de discípulos debe ser conforme con mi voluntad, para vencer todos los obstáculos y las adversidades. Me preguntáis: Maestro, ¿Que es la fe? Y el Maestro os dice: La fe es la mirada espiritual que ve más allá del corazón y de la mente. La fe es la mirada que contempla y descubre la verdad. Por eso las manifestaciones que muchas veces no alcanzáis a comprender, las contempla vuestra fe y os hace firmes en ellas.

11-318.10. Para alcanzar esa elevación se necesita de un esfuerzo perseverante, de una voluntad inquebrantable, de una fe absoluta. Sólo así podréis alcanzarla gloria del espíritu.

11-319.04. Los que tienen gran fe en Mí, humildemente preparan su espíritu para recibir en él todo cuanto Yo entrego en este tiempo; pero todavía hay discípulos que abren grandemente los ojos de su espíritu, tratando de descubrir en el Más Allá la verdad de mi presencia.

11-319.28. Así como vosotros vais a creer en Mí, quiero que también tengáis fe los unos en los otros; que no surja entre vosotros ningún testimonio falso; que no brote de vuestros labios la mentira para haceros grandes o notorios entre el pueblo o entre la humanidad. ¡Ay de aquel que mintiere, ay de aquel que dijera: vi al Maestro, sin haberlo visto! ¡Ay de aquel que dijere: He recibido este mensaje del Señor, sin haberlo recibido! Porque entonces mi inspiración le será negada y solamente la recuperará mediante la purificación de sus manchas. No toméis mi nombre en vano. no toméis mi Obra para mentir, ni toméis mi Espíritu o mi Obra para escudar con ello vuestro engaño.

11-319.29. Quiero que vosotros solamente digáis la verdad, que si nunca recibieseis de Mí una inspiración o una manifestación, seáis conformes y no mintáis, porque así nadie os señalará; mas os digo: ¿Quién puede ser aquel que no reciba de Mí? ¿Quién puede ser aquel que no goce de mi inspiración, que no reciba mis mandatos y sienta mis manifestaciones? No me detendré ante vuestras faltas. Yo estaré siempre delante de vosotros, os dejaré convertidos en profetas, pero en profetas de verdad, no en los falsos que se levanten en los caminos haciendo alarde de profecía.

11-319.39. Vosotros preparaos para que seáis apóstoles de la fe, para que seáis los discípulos fervientes, los que no solamente con palabras testifiquéis sino con hechos también, y así vuestros ejemplos vencerán la dureza de los hombres. Manifestaré prodigios y daré pruebas que en verdad iluminen la incredulidad de aquellos que ante vosotros se presenten.

11-320.66. El mismo ladrón Dimas, de quien todos hubiesen dicho que poseía un corazón lleno de tinieblas, incapaz de descubrir un átomo de mi verdad, supo conocer mi Divinidad, precisamente allí donde otros dejaron de reconocerla: En la cruz. El supo mirar mi luz, él logró descubrir mi amor, él vio la humildad de Jesús y la ceguedad del mundo, y porque había sufrido mucho en la Tierra y había sido juzgado y había conocido el cadalso, me comprendió y se dijo en su corazón: «Bien está que yo muera en una cruz, como ladrón y malhechor, pero ¿Por qué ofrecéis al Maestro este cáliz, a este hombre del que sólo bienes habéis recibido?» Y al ver la paciencia y la humildad con que el justo Jesús agonizaba, no pudo contenerse y exclamó: «Señor, cuando estés en tu Reino, acuérdate de mí»…

11-320.67. Sí, amado Dimas, tú fuiste conmigo en el Paraíso de la luz y de la paz espiritual, a donde llevé a tu espíritu, en premio a su fe. ¿Quién hubiese dicho a los que dudaban que en Jesús, moribundo y sangrante, habitase un Dios, que en el ladrón que agonizaba a su diestra se ocultase un espíritu de luz? El tiempo pasó y cuando la calma renació, muchos de aquellos que me negaron y escarnecieron fueron penetrando en la luz de mi verdad, por lo que su arrepentimiento fue grande y su amor para seguirme fue inquebrantable.

11-322.28. Los hombres que han apurado en la vida un cáliz tras otro de amargura, me dicen: «Señor, ¿Por qué no hay quienes nos expliquen el porqué de nuestro dolor, para que se encienda en nosotros una fe que nos ayude a sostener el peso de nuestra cruz?».

11-326.24. ¿Quién hubiese creído en aquel tiempo que en la Roma pagana, pecadora y sensual, ciudad donde la vida era una constante orgía de vicios y placeres, de pecados y crímenes, había de encenderse antes que en ningún otro pueblo, la fe en la palabra de amor a Cristo? Y sin embargo, así fue.

11-326.25. Tuvo primero que pecar mucho Roma y que llegar al cansancio y al hastío para encontrarse a punto de recibir en su corazón la semilla de mi palabra, mas cuando ella llegó, aquellos corazones fatigados de placer y destrozados por el desengaño y el dolor, se abrieron al contacto de la esencia de mi mensaje, como se abren las corolas marchitas de las flores, cuando la brisa desciende a acariciarlas.

11-326.26. El corazón latió con fuerza y el espíritu de aquel pueblo se estremeció. Sus pecados le fueron perdonados en gracia a su fe y a su valor para responder a mi llamado.

11-326.27. Valor y sacrificio necesitó aquel pueblo para poder hacer valer su fe y su amor a la verdad que había llegado a iluminar su corazón, mas supieron ser fuertes hombres y mujeres, así fuesen ancianos, jóvenes o niños.

11-326.30. Entre vosotros y el valle espiritual, hay un velo que no permite a nadie profanar la pureza de aquel santuario y sólo le es concedido traspasar aquellos umbrales a quien llega hasta ellos revestido de respeto y de humildad, de pureza y noble ideal, de amor y verdadera fe.

11-326.31. Os digo verdadera fe, porque hay fe aparente inspirada en algo imaginario, en algo que por ser falso desaparece y se apaga en cuanto se conoce la verdad.

11-326.42. Cuando lleguéis a este conocimiento, vuestra fe será verdadera, puesto que la habréis cimentado en la verdad.

11-329.37. El Pueblo, al congregarse en el interior de estos recintos, lo ha hecho siempre sin temor al mundo, siempre pleno de confianza en mi presencia y en mi protección, y Yo le he probado que su fe ha estado cifrada en la verdad.

Fuente: Textos recopilados de las páginas web Luz de Ilunum y Sieteluces, además de los canales de youtube Luz de ilunum y Editorial Sieteluces, textos propios y/o recopilados por el escritor e investigador José Antonio Iniesta Villanueva.