CURSOS DE LUZ
365 FLORES DEL CORAZÓN
OCTUBRE – ENTREGA (del 16 al 31)
Por Sri Chinmoy
16 de octubre
Cuando la Voluntad de Dios es mi voluntad, no tengo que abandonar nada, ya que Él está en todo y con todo.
¿Cómo podemos conquistar las formas de tentación? Sólo podemos conquistarlas entregándonos, no a ellas sino a la Luz divina, a la Voluntad divina. ¿Cómo podemos hacerlo? Podemos hacerlo procurando sentir conscientemente durante la meditación que nosotros somos el instrumento y otro es el instrumentista. ¿Quién es ese otro? Es el Piloto Interno. Si sentimos que nosotros somos los hacedores, las fuerzas no divinas se burlarán de nosotros. Vendrán y nos harán orgullosos, vanidosos, no divinos, impuros e inseguros. Por eso, hemos de rezarle al Supremo durante nuestra meditación y decirle: “Oh Señor, yo soy Tu instrumento. Estoy sumamente agradecido de que hayas hecho de mí un instrumento consciente. Por favor, utilízame a Tu propia Manera.”
Mi vida externa
nunca triunfará
y mi vida interna
nunca avanzará,
a menos que invente
un camino-entrega totalmente nuevo.
17 de octubre
Realizaremos a Dios de la manera más fácil y rápida si la entrega es nuestra vía de aproximación a la realización de Dios.
Hay dos tipos de entrega. Un tipo de entrega es la que se hace bajo presión. Esta es la sumisión de un esclavo a su amo. Él sabe que si no sirve a su amo, si no atiende constantemente los requerimientos del amo, será castigado. Esta entrega se basa en el miedo. Pero la entrega divina es todo lo contrario. En este caso entregamos nuestra ignorancia, incapacidad e imperfección al Piloto Interno que es todo Luz, todo Iluminación, todo Perfección. Cuando entramos en la vida espiritual, llegamos a comprender que al entregar nuestra ignorancia, estamos entregando precisamente nuestra realidad más baja a nuestra Realidad más elevada. Esta entrega está basada en el amor y en la unicidad.
¿Qué ha salvado e iluminado mi vida?
No mi vida de posesión,
sino mi alegre respirar de entrega
a la Voluntad de mi Señor.
18 de octubre
La oración es expresada de la mejor manera en mi vida cotidiana cuando mi oración ha devenido en una entrega espontánea y abnegada a la Voluntad de Dios.
Cuando rezamos y meditamos, descubrimos en nosotros un tipo de entrega divina que nos hace sentir que Dios y nosotros somos esencialmente uno. Él es nuestro Padre eterno; Él es nuestro aspecto más iluminado, nuestra Fuente, hacia la cual estamos ahora escalando y en la cual estamos entrando. Por eso, al entregarnos no perdemos nada; al contrario, volvemos a la Fuente y devenimos en lo que éramos originalmente. Lo finito entra consciente y felizmente en lo Infinito. Cada uno de nosotros es ahora como una gota diminuta. Una pequeña gota, al entrar en el océano, pierde su individualidad y se vuelve una con la expansión infinita del océano.
Entrégate a tu vida superior.
Tu vida inferior será bendecida
con una hermosa Sonrisa de Dios
y tu vida superior será bendecida
con un nuevo Mensaje de Dios.
19 de octubre
La entrega absoluta al Divino es la única fuerza que puede ayudar al aspirante a luchar con todos los problemas internos y externos en la vida.
No entregamos nuestra identidad; entregamos únicamente nuestra individualidad limitada, terrenal, la individualidad que nos ata, la que dice «yo» y «mío» en lugar de «nosotros». Y lo que hacemos es desarrollar nuestra identidad consciente con Dios y con la Voluntad de Dios, para lograr la unicidad inseparable con Él. En ese momento no nos preocupa perder nuestra débil individualidad humana, ya que ganamos en su lugar la infinita inmensidad de Dios.
Todo ha de hacerse
sobre la base de la entrega.
Cualquier cosa que podamos hacer
sin entrega
permanecerá totalmente insignificante.
20 de octubre
La oración suprema dice: “Señor, dame, si esa es Tu Voluntad; tómame, si esa es Tu Voluntad. Yo sólo tengo un mensaje para Ti: Soy Tuyo totalmente, soy Tuyo solamente”.
Un verdadero buscador, en virtud de su sincera aspiración, dice: “Oh Dios, si sientes que yo debería tener la Visión de Ti, si sientes que quieres colmarte en mí y a través de mí, si sientes que puedes utilizarme como instrumento Tuyo, estoy a Tu servicio. Si quieres que me ponga ante Ti, vendré y me pondré. Si quieres Tú ponerte ante mí, estaré igualmente feliz. Si no quieres nada de eso, sino que quieres a otro ante Tí, incluso así estaré feliz.” Esto es lo que llamamos entrega. Esta es la entrega suprema.
Al igual que tu corazón,
puedes ser feliz
sólo cuando le preguntas a Dios
cómo se pueden hacer las cosas
a Su propia Manera.
21 de octubre
La oración es expresada de la mejor manera en mi vida cotidiana cuando mi oración ha devenido en una entrega espontánea y abnegada a la Voluntad de Dios.
Un aspirante ha de conocer su objetivo. Si su objetivo es la realización de Dios, puede comenzar con esta idea en la mente. Pero el Objetivo último es la entrega incondicional a la Voluntad de Dios. Cuando Dios ve que Su hijo, Su devotísimo hijo, se ha entregado sin condiciones –no por un segundo, ni por un día o un año, sino por una vida entera, por todas las encarnaciones venideras, por toda la Eternidad– sólo entonces Dios abraza a Su hijo queridísimo, Su hijo dulcísimo, Su hijo devotísimo. Y cuando este abrazo ocurre, el hombre se transforma en Dios mismo.
Entrega tu sentido común:
que sólo eres un ser humano.
Entrega tu meta terrenal:
el nombre y la fama.
Recibe inmediatamente lo que Dios tiene para ti:
la Corona de Inmortalidad de Su Eternidad.
22 de octubre
Una renunciación perfecta y una entrega completa de uno mismo, son el anverso y el reverso de una moneda celestial.
¿Cómo podemos saber cuándo algo es la Voluntad de Dios? Cuando algo es la Voluntad de Dios, sentiremos una especie de alegría o satisfacción interna antes de comenzar a actuar. Y también sentiremos alegría mientras actuamos. Finalmente, tanto si la acción es fructífera como si no, nos sentiremos igualmente felices. En la vida ordinaria, sólo somos felices cuando vemos aparecer el éxito. Sólo cuando vemos la victoria al final del viaje somos felices y dichosos. Pero si podemos tener el mismo tipo de felicidad, alegría y satisfacción cuando ganamos que cuando fracasamos, y si podemos ofrecer alegremente el resultado de nuestras acciones a los Pies del Supremo, sólo entonces podemos saber que hemos hecho la Voluntad de Dios. De lo contrario, cuando hay éxito sentimos que lo que hicimos era la Voluntad de Dios, y cuando hay fracaso decimos que lo que hemos hecho era la voluntad de una fuerza hostil. O bien, cuando triunfamos decimos que es por nuestro propio esfuerzo personal, por nuestra voluntad, y cuando fracasamos decimos que es porque a Dios no le interesa el resultado.
Estás destinado a conocer la Voluntad de Dios
si dejas que Dios
llegue a ser real para ti.
23 de octubre
Sólo cuando Le has entregado a Dios todo lo que tienes y todo lo que eres, puedes sentir que Dios es responsable de todas tus actividades.
Podemos culpar a Dios a nuestro antojo. Podemos malinterpretarle a nuestro antojo. Cuando fallamos, podemos culpar a Dios, y cuando triunfamos, podemos intentar llevarnos nosotros la gloria. Pero si somos buscadores sinceros y queremos auténtica felicidad permanente, haremos las cosas que sintamos que son buenas y correctas, y ofreceremos los resultados al Supremo. Éxito y fracaso son dos experiencias. Hemos de unificar esas dos experiencias y, al final de nuestros esfuerzos, cualquier experiencia que tengamos, hemos de ofrecerla al Supremo con tremenda alegría. Si podemos poner el resultado a los Pies de nuestro Amado Supremo fervorosamente, alegremente, sin reservas y sin condiciones, entonces tendremos, sin falta, verdadera paz mental. En ese momento, la paz mental vendrá y llamará a la puerta de nuestra vida. No tendremos que esperarla; la paz mental nos estará esperando.
¿Qué es la luz de entrega
sino darle a Dios
tu totalidad terrenal
y tu totalidad Celestial?
24 de octubre
Mi pasado fue destruido por completo el día en que empleé mis pensamientos de entrega para ayudarme a alcanzar a mi Dios.
Devenimos en la oveja de Dios cuando nos ofrecemos sin condiciones a la Voluntad de Dios, y cuando Dios, constantemente y sin condiciones, nos hace sentir que no sólo somos Sus instrumentos elegidos sino también sus amigos eternos. Para realizarle, para colmarle y para manifestarle en la tierra: para eso vinimos al mundo. Cuando entramos en el mundo, Dios nos ofreció Su Promesa interna de revelar nuestra Realidad y manifestar nuestra Divinidad. Y cuando volvamos al Cielo, Dios nos dirá que hemos desempeñado nuestro papel, que hemos colmado Su Promesa aquí en la tierra.
Un buscador espiritual
no tiene que viajar
por muchos caminos.
Tan sólo tiene que correr
por un camino:
el camino de la entrega.
25 de octubre
Tu aspiración a la realización de Dios y tu entrega a la Voluntad de Dios aniquila todo tu miedo nacido y por nacer.
Cuando la Voluntad de Dios se convierte en la nuestra, cuando Le ofrecemos a Dios no sólo las posesiones y los logros de la vida externa, sino también la conciencia, la aspiración y la realización del mundo interno, nos convertimos en el león de Dios. Cuando no aspiramos, Dios en nosotros es un león dormido. Cuando aspiramos, rezamos y meditamos, Dios en nosotros se convierte en un león rugiente. Este león rugiente devora nuestra abundante oscuridad e ignorancia.
Para anunciarlo pronto:
mi ser vital se ha entregado
alegre e incondicionalmente
al Corazón todo-amoroso
y al Ojo todo-iluminador de Dios.
26 de octubre
El momento más glorioso de mi vida-milagro: he empezado a amar a Dios, mi Amado Supremo, a Su propia Manera.
El camino absolutamente mejor para progresar es rezar constantemente al Supremo para que Se colme a Sí mismo a través de ti a Su propia Manera. No hay ningún error en rezar al Supremo por la paz, la luz, el deleite o cualquier otra cosa realmente buena. Pero si quieres ir más allá de esto, rezarás de este modo: “Por favor, cólmate en mí y a través de mí a Tu propia Manera”. Esta es absolutamente la mejor forma de progresar. Pero si no puedes hacer esto siempre, haz entonces la segunda cosa mejor, que es rezar por la paz, la luz, el deleite y las demás cualidades divinas que te llevarán finalmente hasta Él y te permitirán complacerle a Su propia Manera.
Mi camino no es
el de seguir al mundo.
Mi camino no es
el de conducir al mundo.
Mi camino es
el de andar junto a Dios.
27 de octubre
La entrega incondicional únicamente viene cuando la mente ha llegado a ser completamente una con el alma.
¿Quién dice que no conoces la Voluntad del Supremo? ¿Hay alguien que no conozca la Voluntad del Supremo? No. Si permaneces en el corazón, sabrás en cada momento la Voluntad de Dios. Pero si permaneces en la mente, nunca, nunca podrás conocer la Voluntad del Supremo. La victoria o la derrota en la vida, la aceptación o el rechazo de la vida, no son la última Realidad a los Ojos del Supremo. Él se ríe de nuestra aceptación o rechazo de las cosas, de nuestras victorias y derrotas; pero nos sonríe triunfalmente cuando Su Voluntad se convierte en la nuestra. No tenemos que llegar a ser grandes en el mundo externo para probarle al mundo o a Él que somos dignos instrumentos de Dios. Él nunca se preocupa por nuestra condición terrenal. Él sólo mira una cosa: nuestra unicidad constante con Su Voluntad.
Dios me ama.
Él ama aún más mi corazón indefenso.
Y lo que Él ama más es mi vida de entrega.
28 de octubre
El alma en mí es para el uso constante de Dios. El cuerpo en mí es para el uso constante de Dios. Mi verdadera vida es para el uso constante de Dios.
Cuando un aspirante está entregado totalmente a la Voluntad de Dios, obtendrá alegría en abundancia. Sentirá que su corazón es todo alegría y vivirá en constante alegría. No será capaz de explicarlo o de darle un significado. Al levantarse, por la mañana temprano, tendrá una sensación o sentimiento muy dulce. Si toca la pared, obtendrá alegría; si toca el espejo, obtendrá alegría. Su propia alegría entrará en todo lo que él ve. A veces podrá ver que una sólida pared está llena de alegría, que un árbol está lleno de alegría. Si pasa un taxi, verá una intensa alegría en el conductor, incluso en el coche mismo. Su alegría interna estará en cada persona, en cada objeto; lo impregnará todo.
Tu entrega-aceptación
de la Voluntad de Dios
ha creado una esperanza nueva
para el mundo entero.
29 de octubre
La entrega interna transforma la vida en un progreso infinito. Le da a la vida la fervorosa seguridad de que vive en Dios y sólo en Dios.
Cuando caminamos por el sendero de la espiritualidad, intentamos escuchar en cada momento los dictados de nuestro ser interno. Cuanto más escuchamos a nuestro ser interno, mayor es nuestra alegría y más elevada nuestra plenitud. Y entonces, cuando nuestro plazo termina, cuando hemos de entrar en el otro mundo para un breve descanso, también nos entregamos. ¿A quién? Al Piloto interno, el Señor Supremo. Al término de nuestro viaje entregamos nuestro aliento mismo al Supremo. Entonces, obtenemos otra vez alegría, alegría perfecta, alegría pura.
Me entrego al Supremo
no porque siento que estoy desamparado
sino porque siento que
Su Deleite-Unicidad es algo
que he estado anhelando siempre
en mi propia vida.
30 de octubre
Hemos de establecer nuestra unicidad consciente con Dios. Entonces no hay entrega. Tan sólo es un mutuo dar y recibir.
Hay millones y millones de personas en la tierra que no son conscientes de ser instrumentos de Dios. Debido a que hemos aceptado la vida espiritual, somos plenamente conscientes de que nosotros somos los instrumentos y Dios es el Intérprete. Si podemos mantener este tipo de sentimiento no habrá tentación. Mientras queramos ser nosotros los hacedores, las fuerzas negativas vendrán a atacarnos y a devorarnos. Pero si nos volvemos absolutamente indefensos y sentimos: “Yo soy el instrumento,oh Dios. Tú haces, Tú me utilizas”, entonces toda tentación vendrá y atacará a nuestro Piloto interno, Dios, y Él no se verá afectado en lo más mínimo.
Quién experimenta
las sonrisas de entrega de su vida
como una realidad permanente
es sin duda el instrumento favorito
de su Amado Supremo.
31 de octubre
Cuando un aspirante priva amargamente de alimento a su mente cuestionadora y alimenta suntuosamente su entrega, Dios dice: “Voy, ya ha llegado el momento”.
El amor humano ata; el amor divino expande. La devoción humana es nuestro apego inconsciente; la devoción divina es nuestro conocimiento consciente de nuestra realidad última. La entrega humana es la entrega de un esclavo a su amo; la entrega divina es la entrega de lo finito a lo Infinito. Esta entrega es consciente, llena de alma e incondicional, y permite al ser humano descubrir su Origen, Dios.
Por la mañana
deseo ser perfeccionado
por medio de mi fe floreciente.
Al atardecer
deseo ser perfeccionado
por medio de mi vida entregada.
Fuente: Textos recopilados de las páginas web Luz de Ilunum y Sieteluces, además de los canales de youtube Luz de ilunum y Editorial Sieteluces, textos propios y/o recopilados por el escritor e investigador José Antonio Iniesta Villanueva.