LA CURACIÓN DEL CÁNCER DEL DOCTOR HAMER (CUARTA PARTE)

LA CURACIÓN DEL CÁNCER DEL DOCTOR HAMER



11. Neurohistopatología del infarto.

No pretendo estar en condiciones de responder a todas las preguntas relativas a los fenómenos cerebrales, en el curso del infarto de miocardio, pero, en conjunto, creo saber qué ocurre y de qué manera. Previamente conviene destacar que no existen tumores cerebrales ni metástasis cerebrales. Son errores dogmáticos aceptados y transmitidos sin reflexión debido a que «el catedrático lo dijo». Nadie se preocupó de saber si estaba probado o no. En realidad estos Focos de Hamer que se distinguen, que divergen del dibujo cerebral ordinario, constituyen siempre el mismo fenómeno, el mismo proceso si se descubren en fases diferentes, varían en función del grado y la evolución de la enfermedad.

A veces, el Foco de Hamer puede aparecer muy oscuro, es decir fuertemente edematizado, de manera que antes se hablaba de infarto o de zona hipodensa y de disminución de la densidad tisular. Después si se le administraban sustancias de contraste, nos asombrábamos de que esta misma zona tomase entonces una coloración intensa y adquiriese de repente una densidad superior a la del tejido circundante, cuando antes era inferior. Esto indica sencillamente que se trata de un proceso metabólico activo o caliente. A menudo este Foco de Hamer se rodea de un dobladillo cicatricial bien definido, lo que la medicina oficial diagnostica, hasta ahora, como tumor o metástasis cerebral. Es necesario saber que no puede haber tumor cerebral por el hecho de que las células cerebrales no pueden dividirse, incluso bajo las condiciones de una pretendida metástasis cerebral, que no existe. La única cosa que puede proliferar es una sustancia glial anodina del tejido conjuntivo cerebral, lo mismo que en el cuerpo es completamente normal, que en el lugar de las lesiones se forme más tejido conjuntivo y que por último esas lesiones cicatricen, de igual manera, es completamente normal, que el mismo proceso tenga lugar en el cerebro. Además nadie ha visto crecer esas pretendidas metástasis cerebrales. Por el contrario, el edema perifocal puede en todo momento aumentar en el sentido de hincharse, de tumefactarse.

El tumor cerebral, la pretendida metástasis cerebral es una tumefacción edematosa de las células cerebrales, nada más. En un estado ulterior, una vez que este edema está prácticamente reabsorbido, se produce frecuentemente una cicatrización marginal por células gliales. Las múltiples formas diversas de los focos de Hamer no son en realidad más que un solo y mismo Foco de Hamer, observado, cada vez en un estado diferente de la evolución.

Es necesario insistir aún sobre el hecho de que, aunque las células cerebrales están tumefactas, permanecen sin embargo siempre reconocibles como células, como eran antes y como son, de nuevo, tras la regresión de la tumefacción.

Así pues las células cerebrales evolucionan en función del conflicto. El proceso de una ruptura de campo arranca por un Síndrome Dirk Hamer: el desencadenamiento brutal de un conflicto de territorio, que después de su solución pasa a la fase edematosa durante la curación de esta ruptura de campo electrofisiológico, y que al final de la fase de regeneración, de reparación tisular, si ha habido antes una evolución de conflicto grave, pasa a la fase final de cicatrización glial.

No es necesario insistir sobre el hecho de que esta tumefacción cerebral puede revestir peligro, aunque en realidad señala una evolución favorable en la dirección adecuada.

Puede ser además -y parece que éste es el caso del infarto- que el cerebro, tumefactándose, atraviesa una fase crítica de origen mecánico que nos va a ocupar a continuación.

12. El mecanismo de edematización.

El infarto agudo de miocardio, como lo conciben los profanos y la mayor parte de los médicos, es la fase crítica del edema cerebral a nivel del lóbulo temporal derecho. Para mí el infarto comienza por el DHS, por el golpe brutal de un conflicto, bajo la forma de un impacto psíquico y sólo acaba cuando el edema es totalmente reabsorbido en el lóbulo temporal derecho y en la zona lateral del cerebelo derecho. En un gran número de casos el infarto reviste la forma dramática que conocemos, pero puede ser que más a menudo se desarrolle de forma menos dramática y pase desapercibido, a menos que sea descubierto posteriormente.

El 50% de los pacientes sobreviven al infarto de miocardio en el estadío agudo, es decir que se puede suponer actualmente que en el 50% de los casos, el conflicto ha durado más de ocho-nueve meses y ha tenido un resultado fatal, una vez el conflicto se resolvió.

El restante 50% de los pacientes han tenido un conflicto cuya duración estaba comprendida entre cuatro y ocho meses. Un número bien alto de pacientes, la mayor parte, tienen una duración de conflicto inferior a cuatro o a tres meses. Es en estos casos en los que no hay normalmente síntomas dramáticos, aunque en principio pasa exactamente lo mismo, salvo que el edema en el lóbulo temporal derecho no tiene la misma magnitud.

En caso de manifestación de síntomas cerebrales son generalmente tomados por síntomas de gripe o por dolor de cabeza de génesis imprecisa, y tratados de manera inapropiada por comprimidos contra el dolor de cabeza.

¿Qué es pues exactamente el infarto agudo?.

Ya he estado tentado al principio de explicar cuáles son las particularidades anatómicas que juegan un papel en el caso de un edema del lóbulo temporal derecho: éste está muy bien protegido contra eventuales heridas, está alojado, por así decirlo en una cuba, en una bañera, en la fosa media derecha del cráneo que está limitado por paredes óseas de ambos lados, por delante, por detrás y por debajo.

Cuando hay edematización, la parte del lóbulo que está tumefacta no puede dilatarse más que en dirección cefálica. El inconveniente de este sistema mecánico es que el hueso no se puede distender. Si la tumefacción interviene en la zona lateral inferior, el lóbulo temporal puede soportar durante algún tiempo una fuerte presión, que sólo aflojará cuando el lóbulo entero se desplace en dirección fronto-parietal.

Pienso que el infarto agudo se debe a que el lóbulo temporal derecho -sobre todo su parte inferior- está arrinconado entre las paredes óseas de la fosa media derecha del cráneo, a saber, el cuerpo del esfenoides, las alas mayores del esfenoides, parte de la escama mastoidea del temporal y la superficie anterior del peñasco. Lo que tiene de singular y confirma por otra parte mi visión, es que la presión en dirección medial continúa acentuándose durante las semanas posteriores al infarto agudo de miocardio. Así aunque la tumefacción que origina esta presión prosigue y aumenta, los síntomas agudos, característicos del infarto de miocardio ya no se manifestarán más. Eso sólo puede explicarse si el infarto agudo es un edema agudo con limitación local y con causa mecánica, ejerciendo una presión cerebral local bien circunscrita, que bloquea el centro del ritmo cardiaco y conlleva así la parada del corazón.

¡Vemos qué perspectivas se abren a la medicina de reanimación y a la neurocirugía!. El lóbulo temporal derecho es de fácil acceso, de manera que en unos minutos se podría abrir la calota y provocar una descomprensión lateral y el desbloqueo del centro del ritmo cardiaco.

13. El infarto del ventrículo derecho.

Nuestros manuales nos han enseñado que un infarto de miocardio del ventrículo derecho es tan raro que podemos ignorarlo (pasarlo por alto). Hasta ahora este hecho, bastante asombroso, era admitido, de una vez para siempre, sin que jamás se haya podido explicar.

La explicación la proporciona la historia de la evolución. Embriológicamente, el corazón está constituido por dos tubos musculares enteramente distintos, que en el curso de la evolución, han sido unidos el uno al otro para conjugar la función de bomba que ejercían antes, de forma individual. En el momento de la evolución correspondiente al advenimiento del cerebro propiamente dicho, el sistema coronario, resultado por vía evolutiva de los arcos branquiales y el sistema de conducción del corazón, están acoplados y enlazados alrededor de esos tubos: se han colocado el uno al lado del otro y se han unido para constituir esa unidad orgánica que hoy llamamos corazón.

Evidentemente esta evolución debía permitir al organismo realizar más rápidamente altos rendimientos, por eso el impulso rítmico, la conducción del corazón fue comunicada al cerebro propiamente dicho, que estaba en vías de desarrollo y más especialmente al lóbulo temporal derecho, que corresponde al ventrículo izquierdo del corazón.

Nuestro sistema muscular y óseo está igualmente concebido de manera que permita estos super-rendimientos, que aseguran al organismo un mayor campo de acción y mejores condiciones en su lucha por la existencia.

Así como sabemos, la musculatura cardiaca es mitad lisa mitad estriada.

¿Por qué es tan raro que seamos testigos de un infarto de miocardio en el corazón derecho?. Es un hecho que el ventrículo derecho está menos musculado que el izquierdo: la sangre que envía al pulmón por la arteria pulmonar no necesita una presión tan fuerte como la requerida para la circulación mayor.

Pero, en principio, el tejido muscular es prácticamente el mismo, la conducción del corazón tiene un funcionamiento análogo, lo mismo que el riego sanguíneo para las arterias coronarias.

Tengamos presente que el infarto de miocardio del ventrículo izquierdo sólo ocurre en los hombres y en mujeres maduras, pero no en mujeres en edad de procreación. Y recordemos además que el conflicto de territorio, que en los hombres es un conflicto sexual, corresponde en las mujeres al conflicto sexual, origen del cáncer del cuello de útero. Os diré de paso, que desde hace meses busco comprender la significación del Foco de Hamer en ciertos hombres maduros en la parte lateral del cerebelo izquierdo.

En el instituto central de radiología de la Universidad de Viena, asistí recientemente como testigo a un examen práctico a una paciente, casi sexagenaria, que se había desplomado en la calle, a raíz de un desvanecimiento sufrido y cuya cabeza había golpeado el suelo del lado derecho, lo que había provocado un hematoma subdural del lado derecho. La paciente había sido operada en seguida. Sin embargo nadie había buscado la causa de este desvanecimiento. En el escáner de esta paciente descubrí un foco edematoso muy fresco en el lóbulo temporal izquierdo, que nadie podía explicar, más una tumefacción extensa en el lóbulo temporal derecho. La paciente estaba somnolienta de manera que no pude hacer una anamnesis del conflicto, pero ella se encontraba en plena vagotonía con riego sanguíneo en todas las válvulas abiertas (periferia). Pensaba que la paciente debía encontrarse en un estado consecutivo a la solución de un conflicto sexual con cáncer de cuello de útero y que había podido ser víctima de un calambre con descarga cortical o de una ausencia. Pero, hoy en día, tiendo a creer que el cáncer de cuello de útero está siempre más o menos asociado con un infarto del ventrículo derecho.

Por consiguiente, el ventrículo derecho sería por así decirlo el ventrículo femenino, su centro ordenador se situaría en el lóbulo temporal izquierdo y tendría por conflicto, el conflicto sexual femenino.

Vamos pues a asociar el infarto del ventrículo derecho, un cáncer de cuello de útero, así como paralelamente una ruptura de campo, un Foco de Hamer en el cerebelo izquierdo.

Evidentemente me apresuro a consultar mis viejos dosieres y en ver escáners antiguos para ver si esta hipótesis se confirma. He encontrado claramente lo que buscaba. Antes mi atención había sido hasta tal punto acaparada por el descubrimiento del foco en el lóbulo temporal izquierdo, que no había reparado en los focos del cerebelo izquierdo. Por tanto el ventrículo derecho, casi paralelamente a la mama derecha de la mujer, corresponde a la zona lateral del cerebelo izquierdo y al lóbulo temporal izquierdo, como al cuello de útero que proviene de él.

El hombre, que no tiene ni vagina ni cuello de útero, no puede tener carcinoma periférico con desarrollo paralelo al infarto, lo mismo que no está sujeto al carcinoma de mama izquierda, que corresponde en realidad al infarto de miocardio en el hombre, ya que las glándulas mamarias sólo tienen un desarrollo rudimentario.

Parecería que las hormonas masculinas protegen al hombre de un infarto del ventrículo derecho consecutivo a un conflicto sexual de frustración, mientras que las hormonas femeninas protegen a la mujer de un infarto de ventrículo izquierdo consecutivo a un conflicto de territorio, que ella no puede tener durante sus años de maduración sexual, en el tiempo que dura la ovulación.

No hay nada más apasionante, lógico y racional que la biología, y, que la medicina, mientras sea parte de nuestro cosmos.

Así se explicaría por qué no vemos, o casi no vemos, infartos de ventrículo derecho. Se desarrollan a la sombra del cáncer de cuello de útero de la mujer. El hombre sólo está sujeto a ello en edad avanzada, y entonces, sin correlación cancerosa.

14. Trastornos visuales en la fase de curación.

Calificados generalmente como senopía por los oftalmólogos, son en realidad trastornos cerebrales de tipo pasajero debidos al edema del Foco de Hamer.

Un amigo mío de 48 años ha sufrido un grave Síndrome Dirk Hamer, con conflicto de territorio, cuando su banco le informó, de repente, que iba a poner su chalet a subasta y bloquear, de un día para otro, su cuenta bancaria, así que ya no podía efectuar ni reintegros ni transferencias. Había trabajado toda su vida en esa casita con su mujer y sus dos hijos mayores.

De un día para otro, perdió el sueño y pensaba en todas las combinaciones posibles para escapar de las garras de su voraz banco. Sufría constantemente de angina de pecho, transpiraciones nocturnas, perdió en unos meses 15 kg. y fue presa de un pánico total. Buscó vender, él mismo, su casa, pero no lo consiguió.

Al cabo de cuatro meses y medio de tormento, el banco aceptó una congelación de la deuda. El chalet estaba provisionalmente a salvo, el «territorio» seguro.

A partir de ese día, comenzó de nuevo a dormir, recuperó el apetito, tuvo las palmas de las manos calientes, reencontró su equilibrio normal y cogió rápidamente peso. Las estenocardias no volvieron a aparecer.

Tres semanas más tarde, en el curso de esta maravillosa fase de calma eufórica, se despertó en el transcurso de la noche con violentos dolores retroesternales, sólo podía estar sentado o de pie, la posición de tumbado le suponía una ansiedad precordial y dificultades respiratorias. Todo esto ocurrió a mitad de la noche, en el curso del sueño más profundo. Estaba lívido, pensaba que iba a morir de un instante a otro, transpiraba abundantemente, tenía dolor de cabeza, náuseas y vértigo. El ECG reveló un infarto de la pared posterior del corazón.

A partir de ese momento, le fue necesario llevar gafas para leer porque veía doble y borroso. Tampoco podía ver claramente a distancia. Este estado duró aproximadamente nueve meses. Después me dijo: «Sabes, ya no necesito las gafas, veo de nuevo tan claramente como antes».

Muchos pacientes con infarto de miocardio y también con cáncer tienen el mismo síntoma, que los oculistas atribuyen, sin razón a un repentino envejecimiento de la lente ocular. En la mayor parte de los casos se recupera la vista de nuevo cuando el Foco de Hamer desaparece en el cerebro. A menudo ocurre que el paciente ya se ha habituado a sus gafas y se olvida de verificarlas y adaptarlas, pero en realidad, podría haber recobrado su agudeza visual desde que el Foco de Hamer disminuyera.

Hay dos explicaciones posibles para este fenómeno:

Podría ser que la vía óptica o el nervio óptico sufrieran una distorsión por el edema, eventualmente, también el centro óptico, ¡lo que es muy posible sobre todo a raíz del infarto de miocardio!.
Puede que haya perturbación de los nervios motores oculares o de sus núcleos.

Pero, en cualquier caso, se trata de un síntoma cerebral y eso no tiene nada que ver con una insuficiencia de la lente ocular.

15. La depresión.

La depresión endógena es la expresión de un conflicto de territorio incompleto en las mujeres en climaterio.

Sólo el hombre puede tener un infarto de ventrículo izquierdo, así como un Foco de Hamer en el lóbulo temporal derecho, consecutivo a un conflicto de territorio durante la fase de procreación. Pero las mujeres pueden estar sujetas a este tipo de conflicto después de la menopausia o de la castración.

¿Qué ocurre en el periodo intermedio entre estas dos edades, durante la menopausia, en el curso de la cual las mujeres tienen todavía una función ovárica considerable, pero no la suficiente para una ovulación?.

Un cierto numero de casos me ha enseñado que estas mujeres pueden estar sujetas a un conflicto de territorio incompleto, cuyo desarrollo es tan benigno que raramente manifestaran un infarto agudo de miocardio, aunque la tumefacción en el lóbulo temporal derecho sea bastante considerable.

Durante la fase activa del conflicto, las mujeres pueden entonces atravesar una fase de depresión con angina de pecho y durante la curación pueden tener un episodio de «depresión descompresiva». La depresión será por tanto una «decepción maníaca», en el sentido de un conflicto de territorio. En el hombre, se representa el proceso de igual manera: si su conflicto de territorio tiene lugar mientras produce suficientes hormonas sexuales, es más fuerte que si lo hubiera sufrido con edad más avanzada. En este último caso, el conflicto de territorio, tal como él lo siente subjetivamente, -y eso es lo único que cuenta- es una decepción mayor que desemboca finalmente en una manía cascarrabias.

En general, puede que el esquema de Ernst Krestschmer, para quien la depresión tiene la particularidad de la constitución ciclotímica, también denominada maniaco-depresiva, por el hecho de que tiene una alternancia a la manía, sólo consiste en el fondo, en establecer una comparación entre el tipo maniacodepresivo ciclotímico y el tipo femenino, mientras que el tipo atlético y el carácter leptosómico-tenso se equipararía con el tipo masculino.

Los hombres pícnicos están más próximos al tipo femenino -hasta casi la identificación- que los hombres atléticos, generalmente muy masculinos, o que los hombres con hábito leptosómico, igualmente masculino a su manera (tensa).

El hábito pícnico, más bien femenino-maternal, es sin ninguna duda, típico y conviene más a la embarazada y a la educación de la progenitora. Los hombres pícnicos que tienen las mismas características reaccionan mucho menos en la defensa del territorio que los hombres con el hábito atlético.

Ya se elevaron anteriormente voces para sugerir que se administre, de forma experimental, a los hombre predispuestos al infarto, hormonas sexuales femeninas a título preventivo. Por razones bien comprensibles -riesgo de pérdida de identidad- ese proyecto jamás ha sido puesto en práctica a gran escala. Según lo que he podido constatar, ese tratamiento conllevaría el riesgo natural de provocar depresiones.

16. Infarto y cáncer de mediastino.

Tuve la ocasión de observar, en toda una serie de pacientes, la presencia simultánea de un infarto de miocardio (pared posterior) y un carcinoma de ganglios linfáticos en mediastino, un carcinoma mediastínico microcelular, llamado a menudo con razón carcinoma bronquial.

Si miramos el área correlativa de dos acontecimientos a nivel cerebral, Focos de Hamer, nos sorprendemos al constatar que los focos están muy próximos o incluso imbricados. En este caso los Focos de Hamer se presentan generalmente en posición paraventricular lateral y el correlativo cerebral de infarto, en posición todavía más lateral, en el lóbulo temporal. Los dos fenómenos son contiguos en el plano orgánico (pared posterior de corazón-ventrículo izquierdo, mediastino) y el cerebral. A menudo ocurre que los focos se imbrican y se confunden en un solo gran foco.

Este fenómeno es de una lógica tan fascinante, plausible y evidente que no deja ya la menor duda sobre el hecho de que el infarto, o más bien la ulceración cancerosa de las coronarias y el carcinoma de los ganglios linfáticos mediastínicos constituyen, en el fondo, fenómenos de la misma naturaleza. Así como el carcinoma de ganglios linfáticos axilares y el cáncer de mama son fenómenos similares, ya que se manifiestan sobre el mismo órgano.

Sólo la exploración del cerebro puede darnos la clave de los enigmas de nuestro organismo. ¡Los tumores y pretendidas «metástasis» en cerebro, que parecían totalmente desordenadas y no respondían a ningún sistema, se convierten en centros muy bien organizados y diligentes de nuestro ordenador cerebral!.

Esclerosis en placas.

Me han preguntado a menudo en qué se convierten los Focos de Hamer que podemos ver en el cerebro en el curso de la curación de enfermedades cancerosas, una vez que ésta ha finalizado. No me era posible aportar a estas preguntas una respuesta satisfactoria porque los síntomas están lejos de ser idénticos. Unas veces, esos Focos de Hamer desaparecen en apariencia o en realidad, otras, quedan bajo la forma de restos cicatriciales. Es posible que todos los Focos de Hamer  queden bajo esta forma cicatricial pero no sean visibles en el escáner, aunque muchos sí, en RNM (Resonancia Nuclear Magnética).

Estos restos cicatriciales son lo que hemos llamado hasta ahora esclerosis en placas: una cicatriz glial del tejido conjuntivo cerebral que en realidad debería llamarse gliosis múltiple o resto cicatricial-glial-múltiple de Focos de Hamer. Hemos llegado, por cirugía estereotáxica (sacando una muestra de tejido de esas cicatrices Focos de Hamer) a establecer el diagnóstico histológico (Profesor V., director del instituto neuropatológico de la Universidad de Fribourg/Brisg.: gliosis, esclerosis en placas, no tumor, no metástasis).

Para los que todavía no han oído hablar de la «Ley de Hierro del Cáncer» este «descubrimiento» es sensacional. ¡Parece absolutamente increíble que la esclerosis en placas pueda ser la consecuencia o el resto de un «tumor cerebral» curado, más aún, el resto de un conflicto psíquico con una ruptura de campo en el cerebro y cáncer a nivel orgánico!

Para los que conocen el Síndrome Dirk Hamer, la Ley de Hierro del Cáncer y los Focos de Hamer, es al contrario, una conclusión que se impone. Y por el hecho de que los focos y por tanto las cicatrices son múltiples, se producen en numerosos lugares, las deficiencias nerviosas cerebrales son así mismo múltiples. ¡Es decir, que hasta ahora nadie podía discernir un sistema coherente en esta confusión total!.

Recapitulemos brevemente:

La Ley de Hierro del Cáncer dice que todo cáncer orgánico está provocado por un Síndrome Dirk Hamer que pone en marcha un conflicto extremadamente grave, dramático, impacto psíquico vivido en soledad, una ruptura de campo, localizada en un área específica del cerebro.

En razón de la imperfección de nuestros aparatos actuales, es difícil visualizar esta ruptura de campo durante la fase activa del cáncer, en general sólo se puede discernir después de la solución de conflicto, durante la fase de solución del conflicto, bajo la forma de un Foco de Hamer metabólico del cerebro. Durante la fase de curación, este foco se hincha, se tumefacta por edematización intra y perifocal, para deshincharse seguidamente, al final de la fase de curación. A menudo sucede que el tejido parece desgarrarse, antes de curarse por cicatrización glial, llamada esclerosis en placas. El foco MS o la cicatriz Foco de Hamer consiste pues en tejido glial cicatricial degenerante, modificado: el tejido conjuntivo del cerebro, gliosis. Sólo hay dos tipos de células en el cerebro: las células cerebrales y las gliales. Las células cerebrales son células nerviosas, ya no se dividen, ni siquiera en el Foco de Hamer (que se llama tumor cerebral).

Por el hecho de que estas células cerebrales nunca proliferan, sino que se modifican temporalmente, provisionalmente y a raíz de la ruptura de campo y durante la fase de curación. Mientras que en esta fase de curación, las células gliales (tejido conjuntivo) se multiplican, podemos considerar la gliosis múltiple (hasta ahora esclerosis en placas) esclerosis múltiple, MS) como una ruptura de campo curada, desde el punto de vista de las células nerviosos cerebrales en la cual la cicatriz glial está insertada como un cuerpo extraño. Mientras que el Foco de Hamer reciente comprende siempre, como lo han confirmado innumerables diagnósticos histológicos:

Células nerviosas cerebrales, temporalmente modificadas pero no proliferantes,
Células gliales recientes, proliferantes
y un edema (intra y perifocal),

la cicatriz Foco de Hamer o el foco MS sólo se compone de una vieja sustancia glial degenerante, la Gliosis.

De ahí viene el diagnóstico histológico: no tumor, no metástasis.

Resultados clínicos y de laboratorio.

Los síntomas de las MS, de las cicatrices Focos de Hamer son múltiples y diversos. Hasta ahora, nadie ha podido descubrir en ellos un sistema. Los focos de gliosis que corresponde a restos de los focos de Hamer curados, hacen el efecto de cuerpos extraños en el cerebro. La localización de estos focos de gliosis determina las deficiencias del sistema nervioso central tales como cefaleas, nistagmus, parálisis de todo tipo y grado de gravedad, calambres, migrañas, etc.

Hablamos de presión cuando los fenómenos se acentúan o se añaden nuevos. Las causas pueden ser diversas:

Se puede producir una alteración del foco MS provocado por un evento cerebro-órgano, independiente del foco MS.
Una recidiva del conflicto, seguido de una fase de solución del mismo (fase de curación) puede dar lugar a una nueva edematización del foco MS.
En el transcurso de un proceso normal de envejecimiento, como la esclerosis del cerebro, por ejemplo los fenómenos de deficiencia se pueden acentuar.

De acuerdo con los fenómenos clínicos de deficiencia del sistema nervioso central, con parálisis periféricas, etc., observamos múltiples alteraciones discretas del líquido cefalorraquídeo, que están condicionadas también por la localización de los focos MS. Sería presuntuoso afirmar que estamos en condiciones de discernir perfectamente las relaciones causa-efecto hasta en los menores detalles.

Los neurocirujanos de la Universidad de Fribourg/Brisgau, con los cuales he discutido estos resultados, han reconocido que este sistema es perfectamente concebible, negando que sea la única hipótesis plausible. En cualquier caso, no veían mayor objeción.

Este punto de vista es correcto mientras no se tome como base de las relaciones causa-efecto, definidas por la Ley de Hierro del Cáncer, así como la función de los Focos de Hamer en el cerebro. Pero si se les toma como base, entonces la esclerosis en placas es, como ya habíamos mencionado al principio, una consecuencia lógica, casi necesaria, de los Focos de Hamer. También eso han debido reconocerlo los colegas sin rodeos.

Resumiendo:

Los Focos de Hamer se componen de células nerviosas cerebrales, no proliferantes, temporalmente modificadas, así como células gliales proliferantes y de edemas intra y perifocales.
Por contra, los focos MS o cicatrices Focos de Hamer, sólo comprenden viejas células gliales, o sea gliosis.

Como consecuencia, durante el proceso de curación de los Focos de Hamer, las células nerviosas cerebrales temporalmente modificadas por la ruptura de campo en el momento del Síndrome Dirk Hamer, pueden ser reparadas en gran medida.

LA CURACIÓN DEL CÁNCER DEL DOCTOR HAMER
LA CURACIÓN DEL CÁNCER DEL DOCTOR HAMER (SEGUNDA PARTE)
LA CURACIÓN DEL CÁNCER DEL DOCTOR HAMER (TERCERA PARTE)
LA CURACIÓN DEL CÁNCER DEL DOCTOR HAMER (CUARTA PARTE)

Fuente: Textos recopilados de las páginas web Luz de Ilunum y Sieteluces, además de los canales de youtube Luz de ilunum y Editorial Sieteluces, textos propios y/o recopilados por el escritor e investigador José Antonio Iniesta Villanueva.