LA CURACIÓN DEL CÁNCER DEL DOCTOR HAMER (SEGUNDA PARTE)

LA CURACIÓN DEL CÁNCER DEL DOCTOR HAMER



Después de 10 atentados a los cuales he sobrevivido y habiendo tenido que mirar, tan a menudo, de frente a la muerte conozco el «ars moriendi». Incluso si me enviaseis 100 Vanderby de entre vuestros correligionarios de la B’nai B’rith para asesinarme, esto no sería suficiente para hacer desaparecer este crimen de la tierra. Más bien al contrario. Porque entonces nadie podrá ya perdonar la masacre de la cuarta parte de la población no judía.

Sr. Denoun, le valoré al conocerle como una persona inteligente y razonable. No me dé ahora una respuesta estúpida o una evasiva. Soy teólogo y conozco el Talmud. Pero frente a este megacrimen que acaba de ser descubierto, al lado del cual todos los crímenes de la segunda guerra mundial parecen un juego de niños, Vd. debería tener el coraje de levantar el veto a la divulgación del descubrimiento de la Nueva Medicina para los no judíos impuesto por vuestros colegas los grandes rabinos de la B’nai B’rith.

Porque si Vd. y sus colegas los grandes rabinos no detienen de inmediato el boicot a esta divulgación para los no judíos, y no intentan reparar lo que todavía es reparable, piensen que una gran catástrofe puede cernirse sobre su comunidad religiosa.

Espero que los grandes rabinos tengan la inteligencia suficiente para comprender que esta es su última oportunidad, ya que surgirá en el mundo entero una amargura gigantesca contra los judíos sionistas y un odio abismal podría caer sobre Vds. y mantenerse por siglos, pues incluso ahora siguen Vds. recibiendo grandes compensaciones económicas utilizando su papel de víctimas.

En espera de su respuesta por correo, le ruego acepte mis más sinceros saludos.

Dr. en Medicina-Dr. en Teología

Ryke Geerd HAMER

P. S: Querría aclararle que yo soy todo lo contrario a un racista o a un fanático religioso como Vds. los talmudistas. Si los chinos o esquimales cometieran crímenes tampoco estaría de acuerdo. Esto es igualmente válido para la comunidad judía que son de origen Khazar-Mongol en el 95%. ¡Un crimen siempre seguirá siendo un crimen!

La nueva Medicina

«Renunciar a la materia muerta, a los citostáticos, a las radiaciones y al bisturí, a los marcadores tumorales, a los receptores, a las muestras, a los edificios esterilizados, a la medicina nuclear, en pocas palabras, apartarse de los grandes centros e instalaciones de exterminación de tumores y de pacientes conduciría a una quiebra, si no total por lo menos parcial, de ramas enteras de la industria .Y no serían tan solo las industrias farmacéutica y médica las que correrían esta suerte…»

 Dr. Harry Watt, Munich

Como homenaje y solidarizandome con la heroica lucha del Doctor Hamer, a continuación expondré sus descubrimientos, para que nosotros los goim, aunque sea de «oído» sepamos de que se trata.

La ley del hierro del cáncer

Se lama de «hierro» porque es una ley inalterable, como toda ley es reproducible y verificable, es una ley biológica. Hasta el momento de su inhabilitación la ley fue comprobada en 11.000 personas.

Todo cáncer se inicia por un Síndrome Dirk Hamer, es decir, por un choque extremadamente brutal, un conflicto agudo y dramático vivido en el aislamiento, y percibido por el paciente como el más grave que jamás haya vivido.
Es el grado subjetivo de conflicto, la forma en que el paciente lo ha experimentado en el momento del Síndrome Dirk Hamer, su matiz, lo que determina:
el Foco de Hamer, es decir, la zona específica del cerebro que bajo la influencia del choque psíquico, sufre una ruptura de campo y da las directrices anárquicas a las células del órgano dependientes de esta zona.
la localización del cáncer en el organismo.
Hay una correlación exacta entre la evolución del conflicto y la del cáncer, en su doble nivel cerebral y orgánico.
Si el conflicto se complica con nuevos conflictos secundarios (por ejemplo, la angustia de saber que se tiene un cáncer), una nueva zona del cerebro puede resultar afectada, y un nuevo tumor aparecerá en el órgano correspondiente (lo que en medicina clásica se denomina metástasis).

5. Una vez que el conflicto desaparece, la zona cerebral afectada deja de dar órdenes anárquicas. Reanuda su trabajo sobre el campo tal como lo realizaba anteriormente. Las células cesan en su anárquica proliferación. Se detiene el cáncer.

Tras la suspensión del conflicto, la zona perturbada del cerebro tarda un cierto tiempo en recuperarse. Para sanar, se rodea de un edema intra y perifocal

6. final del conflicto, el cerebro ordena igualmente la regeneración del órgano enfermo. El tumor se repara (edema peritumoral, ascitis, derrame pleural, pericárdico), se enquista, se modifica en función de su localización, sea a través de una contracción cicatricial (senos, abdomen), sea por reconstitución (recalcificación de las lesiones osteolíticas), sea por expulsión (cavidad bucal, recto, vagina, etc.)

7. Este período de reparación transcurre con fatiga, dolores y edemas, síntomas estos que pueden suavizarse según la terapia preconizada por el Doctor Hamer.

8. Una vez finalizada esta fase de curación, que se desarrolla sincrónicamente a triple nivel psico-cerebro-orgánico, la tumefacción local debida a la edematización cerebral desaparece y nuestro organismo recupera la salud

9. existe ya un gran número de enfermedades que pueden deducirse de la Ley de Hierro: esclerosis de placas, Parkinson, poliartritis, diabetes, eczema, asma, zóster, úlcera, depresión nerviosa, enfermedad mental, la leucemia se conforma exactamente a esta ley: tiene por origen un grave conflicto de desvalorización de sí mismo

LOs Focos de Hamer y terapeútica

(Por el doctor Harry Watt)

Las modificaciones acontecidas en las áreas cerebrales son denominadas con el término Focos de Hamer, y son observables en el cerebro. Durante la fase activa del conflicto se observa un estado vasoespástico que, una vez resuelto el conflicto, deja lugar a un edema intra o perifocal. Llegado el caso éste puede representar un peligro mortal (cuando se da, por ejemplo, en el tronco cerebral). Sin embargo, y por sí mismo, este edema que la medicina académica interpreta erróneamente como una metástasis cerebral anuncia únicamente la fase de curación.

Es el código erróneo que emite el área cerebral afectada durante la fase vasoespástica lo que induce a la proliferación tumoral en el órgano-diana. Este crecimiento se produce tan solo durante la fase vaso-espástica de la actividad conflictual. Una vez esta fase ha concluido, es decir, cuando el conflicto ha quedado resuelto, la proliferación se interrumpe y, en función de los tipos específicos de tejidos histológicos, se produce un enquistamiento, una restitución cicatricial o una reducción bacteriana.

La rigurosa correlación existente entre perturbación de la esfera comportamental, la función cerebral (Focos de Hamer) y la enfermedad orgánica, concuerda precisamente con el origen embrionario de los órganos, o más concretamente, con los componentes orgánicos por un lado, y por otro con las partes del cerebro que se han ido desarrollando sucesivamente en las diferentes etapas de la evolución. Es así como los Focos de Hamer, que se corresponden con los tumores malignos de los tejidos de origen endodérmico, se localizan en el tronco cerebral, en tanto que los de los tejidos de origen mesodérmico se localizan, bien en el cerebelo, bien en la médula cerebral, y los casos que se producen en los tejidos de origen ectodérmico se encuentran localizados en el córtex cerebral.

Actualmente, la Ley de Hierro del Cáncer se enuncia como sigue:

Primer criterio: toda enfermedad de cáncer se inicia con un S.D.H. (Síndrome Dirk Hamer), es decir, con un choque conflictual extremadamente brutal, dramático y vivido en soledad que, en el momento en que se produce el Síndrome Dirk Hamer provoca en el cerebro un Foco de Hamer, y también en ese mismo instante, el arranque de un cáncer en el órgano.
Segundo criterio: en el momento en que se produce el Síndrome Dirk Hamer, el tipo de conflicto determina a la vez la localización cerebral del foco de Hamer y la localización del tumor canceroso en el órgano.
Tercer criterio: a partir del Síndrome Dirk Hamer, existe una correlación entre la evolución del conflicto, la modificación del Foco de Hamer en el cerebro y la modificación del tumor canceroso en el órgano.

El Sistema Ontogenético de los Tumores se anuncia así:

Primero: A las tres capas embrionarias les corresponden tipos específicos de tejidos histológicos parecidos, sí no idénticos. Sin embargo, la capa embrionaria media o mesodermo, se subdivide en un mesodermo antiguo (o mesodermo cerebeloso), y un mesodermo nuevo (o mesodermo cerebral). El mesodermo cerebeloso tiene un comportamiento análogo al del endodermo del tronco cerebral, en tanto que el mesodermo del cerebro se comporta como el ectodermo cerebral.

Segundo: Cuando un Síndrome Dirk Hamer provoca un Foco de Hamer, las esferas orgánicas correspondientes a este foco de Hamer presentan una reacción específica, en función de la capa embrionaria de la que se derivan:

Endodermo

Foco de Hamer en el Tronco cerebral.
Carcinoma adenomatoso (tumor: proliferación de tejido).

Mesodermo

Foco de Hamer en el Cerebelo.
Carcinoma compacto (tumor: proliferación de tejido).
Foco de Hamer en la Médula cerebral.
Carcinoma necrótico (tumor: desaparición de tejido).

Ectodermo

Foco de Hamer en el Cerebro.
Carcinoma ulcerativo epitelial (tumor: desaparición de tejido).

Tercero: La fase de curación consecutiva a la solución del conflicto difiere mucho según sea la capa embrionaria.:

Endodermo: se detiene el crecimiento celular, se produce un enquistamiento o una reducción bacteriana, por ejemplo, por medio de los bacilos de la tuberculosis.
Mesodermo:
Mesodermo cerebeloso: se detiene el crecimiento, se produce un enquistamiento o reducción bacteriana tal como en el endodermo. Por ejemplo, en el carcinoma mamario.
Mesodermo cerebral: se produce una restitución, con tumefacción y crecimiento abundante como en un sarcoma o, tras una osteolisis, un exuberante callo como el osteosarcoma. La proliferación abundante es absolutamente inofensiva y cesa espontáneamente al final de la fase normal de curación.
Ectodermo: tendencia a la expulsión de la necrosis ulcerosa con restitución o restitución cicatricial.

La terapéutica.

En la terapéutica del cáncer, el Doctor Hamer distingue tres niveles:

En el plano psíquico, una terapéutica inspirada en el sentido común. Se observará en principio que el paciente sufre con un conflicto del que hasta entonces no ha podido hablar. Algunos conflictos vienen determinados por el entorno, por lo que sería necesario empezar tratando el ambiente o como mínimo, los más allegados, cosa a menudo imposible. En fin, lo que resulta determinante es lo que produce el conflicto, importando poco que, visto de forma objetiva, nos parezca grave o insignificante. Desde el momento en que para el paciente reviste capital importancia, es esencial que se lo tenga en cuenta, de donde vemos la necesidad de comprender a fondo el punto de vista subjetivo del paciente. En efecto, desvelar el conflicto es el punto crucial de la terapéutica, ¡para esto no existen esquemas, modelos o planos preconcebidos!
A nivel cerebral, conviene seguir atentamente la evolución, y poner a punto una terapéutica de las complicaciones cerebrales.

Los edemas cerebrales consecutivos a la conflictolisis pueden ocasionar serias complicaciones. Sin embargo, éstas pueden ser controladas con la cortisona, etc., aun a riesgo de prolongar la fase de curación. Por ejemplo, si enfocamos evitar una tumefacción amenazadora que puede producir consecuencias graves, es indispensable efectuar un escáner cerebral que informe acerca de la evolución general de la enfermedad. Es especialmente recomendable efectuar un escáner cerebral como punto de partida, que irá sirviendo luego como base de comparación, y permitirá eventualmente descubrir nuevos focos posteriores.

A nivel orgánico, la terapéutica de complicaciones orgánicas trata únicamente las secuelas producidas por cánceres desactivados, es decir, inofensivos, que puedan ocasionar molestias mecánicas (pequeña cirugía), o bien, remedia complicaciones aparecidas durante la fase de curación. Por ejemplo, el drenaje de la ascitis o del líquido del pericardio. En cuanto a la curación del cáncer, es totalmente inútil ponerse a recortar o a eliminar órganos.

El infarto, enfermedad del alma.

Doctor Ryke Geerd Hamer.

Conferencia impartida en la Universidad de Viena el 6 de diciembre de 1984.

Posteriormente el Doctor Hamer ha descubierto la 5ª ley biológica y seis reglas biológicas que modifican parcialmente algunos de los conceptos que se manejan en este texto.

Resumen de las cinco leyes biológicas.

Ley de Hierro del Cáncer (3 criterios: Síndrome Dirk Hamer, coloración, evolución del conflicto en tres niveles).
Ley del carácter bifásico de las enfermedades con solución de conflicto.
Ley del sistema ontogénico de tumores y enfermedades equivalentes.
Ley del sistema ontogénico-dependiente de los microbios.
Ley de la comprensión de las llamadas enfermedades como procesos con sentido biológico, especialmente programados por la naturaleza.

Las seis reglas biológicas son: (podrán llegar a ser leyes o no, según si se presentaran ocasionalmente excepciones).

Regla biológica de la crisis epiléptica o epileptoide en todo proceso de curación, (especialmente en recidiva de conflicto de corta duración).
Lateralidad (diestro o zurdo) y su significado en cuanto a la localización de los Foco de Hamer en el cerebro y sus correspondientes síntomas orgánicos.
Regla biológica de la «constelación depresiva» («empate» hormonal y conflicto activo de territorio, temor o contrariedad de territorio), o la «constelación maníaca» («empate» hormonal y conflicto activo femenino de frustración sexual, identidad o de miedo-susto).
Regla de la aparición simultánea de los Focos de Hamer en la fase activa de conflicto en cerebelo y cerebro propiamente dicho.
Regla de manifestación de constelación esquizofrénica a través de 2 conflictos activos de los Focos de Hamer regidos por el córtex.
Regularidades biológicas del proceso de curación en órganos regidos por la sustancia blanca, por ejemplo en la fase de curación del cáncer de huesos (leucemia).

El Dr. Hamer ha denominado al impacto que pone en marcha el conflicto biológico, que es el origen de todo cáncer, con el término Síndrome Dirk Hamer por el nombre de su hijo Dirk, cuya muerte trágica en 1978 fue el origen de su propio cáncer y de los estudios llevados a cabo en las clínicas universitarias alemanas, que le han permitido verificar el origen de millones de cánceres.

Los descubrimientos científicos a los que alude este texto, se encuentran entre otros en los siguientes títulos.

Krebs, Krankheit der Seele.

Vermächtnis einer Neuen Medizin.

Kurzfassung der Neuen Medizin.

Celler Dokumentation.

El infarto, enfermedad del alma.

La medicina moderna intensifica el estudio del cuerpo humano para estar mejor preparada para curarlo cuando cae enfermo. Voy a mostrar cómo este proceso, desde su inicio era incompleto. Con la euforia del descubrimiento de cadenas mecánicas y bioquímicas se había descuidado el psiquismo y el cerebro. De igual forma, nuestros antepasados rechazaron largo tiempo admitir el lugar central del Sol, por razones dogmáticas, pensando equivocadamente que los planetas describían trayectorias en espiral alrededor de la Tierra, lo cual no sólo no tenía sentido, sino que además complicaba los cálculos astronómicos. Desde que Galileo redescubrió que el Sol era el astro central de nuestro sistema planetario, las trayectorias de los planetas volvieron a ser órbitas muy simples alrededor del Sol.

Los médicos de siglos o milenios pasados, de los que los actuales médicos, los continuadores, hacen poco caso, fundaban su diagnóstico y su terapia generalmente sobre el contexto psíquico. Evidentemente no estaban en condiciones de apoyar sus conocimientos en los descubrimientos de las ciencias modernas sobre el plano anatómico, físico y bioquímico. Su experiencia era, sobre todo fruto de un proceso psicointuitivo, considerado hoy en día «insignificante». Estos dos planteamientos son ambos incompletos, ya que dejan más o menos de lado al cerebro, pero, después de todo, es aún la interpretación psicointuitiva la que responde mejor a la realidad. Hoy vemos las consecuencias de una medicina dogmática limitada, centrada únicamente sobre el organismo.

Es necesario incluir el conjunto del terreno orgánico, si no, no hay modo de llegar a una sinopsis sistemática y reproducible. No hay, hablando con propiedad, distinción rigurosa entre el psiquismo, el cuerpo y el cerebro. De hecho es una tríada constantemente sincronizada:

Psique-Cerebro-Órgano.

Todos los procesos y fenómenos psíquicos están unidos y coordinados por el cerebro, que de alguna manera es el gran ordenador de nuestro organismo.

La psique es el programador y el cuerpo y la psique constituyen el conjunto de órgano-objeto. En caso de óptima programación, el cuerpo y la psique se mantienen en un estado de armonía -la armonía clásica griega- y en caso de programación errónea, el cuerpo, al igual que la psique, están afectados, el primero bajo forma de enfermedad, el segundo en cierto modo con feedback, por ejemplo en forma de depresión, pánico, mal humor, etc. Además la programación no es en un sólo sentido. Si la psique programa el cerebro y el organismo, ocurre también que el cuerpo, como consecuencia de sus heridas, fracturas, etc., está en condiciones de inducir una programación automática del cerebro y de la psique.

Para comprender bien los mecanismos que va a hacer hincapié esta exposición, necesitaremos tener en mente constantemente esta interacción entre la psique, cerebro y cuerpo, en la que el cerebro es el gran ordenador, que ha tardado millones de años en evolucionar.

Génesis de la enfermedad del cáncer.

La enfermedad del cáncer es una enfermedad particularmente dramática y grave, tanto para nuestra psique como para nuestro cerebro y nuestro cuerpo. Se adapta siempre a la Ley de Hierro del Cáncer, que se enuncia como sigue:

Todo cáncer se desencadena por un Síndrome Dirk-Hamer (DHS), con ocasión de:
el mayor conflicto que uno jamás haya conocido,
un conflicto agudo, dramático, un impacto violento,
la persona se encuentra siempre en un estado de aislamiento.
Es la naturaleza del conflicto la que determina la localización del cáncer en el organismo, así como la localización de la ruptura de campo, el cortocircuito, que se produce a nivel del cerebro el «Foco de Hamer».
La evolución del conflicto corresponde exactamente a la evolución del cáncer en el organismo. Al mismo tiempo corresponde a la evolución del Foco de Hamer en el cerebro.

La topografía del cerebro.

El mapa topográfico del cerebro, que redacté por primera vez entre agosto-septiembre de 1983, indica para cada área cerebral, el órgano correspondiente en el cuerpo y muestra la naturaleza del contenido del conflicto correspondiente a cada órgano.

Así por ejemplo el hígado corresponde a un área bien determinada del tronco cerebral y el contenido de conflicto que origina el cáncer de hígado es una viva contrariedad, a menudo de origen familiar. Una vez reunidas las condiciones del Síndrome Dirk Hamer, es decir, si esa contrariedad ha sido dada como un «golpe a palo seco», si es un conflicto dramático, una crisis aguda vivida en aislamiento, el paciente está aquejado en ese preciso lugar del tronco cerebral que desencadena a su vez un cáncer de hígado. A nivel psíquico, el paciente, siente pánico, está obsesionado día y noche por su contrariedad, pierde rápidamente peso, hasta que el conflicto se resuelva.

Solución del conflicto.

Desde que el conflicto psíquico está resuelto, la zona correspondiente del cerebro -el tronco cerebral en el ejemplo precedente- comienza a repararse, es decir a curar con un proceso de inflamación. En ese mismo instante, el cáncer se detiene, en el órgano afectado, aquí el hígado. Se produce también reparación más o menos integral, con formación de edema o enquistamiento. Desde que el conflicto se resuelve en el plano psíquico, hay inversión del sistema de inervación motriz autónomo, el paciente pasa de la simpaticotonía a la vagotonía, recobra el sueño, vuelve a coger peso, se siente bien, aunque un poco cansado, debido a la vagotonía.

Descubrimiento de las causas del infarto.

Nuestros mapas topográficos del cerebro están aún incompletos, sobre todo en los detalles, presentan todavía zonas en blanco, como esos mapamundi de finales del siglo XVI. Estudiando el mapa del cerebro que lentamente tomaba forma como un mosaico, no llegaba a correlacionar el lóbulo temporal derecho. Mientras que entre las mujeres habíamos podido localizar en lóbulo temporal izquierdo la correspondencia cerebral del cáncer de cuello de útero, estaba siempre a la búsqueda de un carcinoma que tuviera siempre su origen en el lóbulo temporal derecho. Mis investigaciones resultaron vanas durante mucho tiempo. A finales de septiembre de 1983, conseguí descubrir lo que buscaba. La radiografía de cráneo de un paciente revelaba un «tumor» cerebral en el lóbulo temporal derecho. Ahora bien, este paciente había hecho un grave infarto en la pared anterior poco después que su hijo, hospitalizado varios meses a consecuencia de un accidente de moto, volvió curado a casa. El infarto había ocurrido después de la solución del conflicto. Verificada la hipótesis de una relación causa-efecto en una veintena de casos, puse al infarto en la lista de enfermedades cancerosas, en las que había identificado el área cerebral y la reflejé sobe la carta topográfica del cerebro en el lóbulo temporal derecho.

El Foco de Hamer en el cerebelo derecho.

Había constatado ya para un cierto número de carcinomas la aparición simultánea de una ruptura de campo, de un Foco de Hamer, en varias partes del cerebro y lo había puesto en mi lista, conforme a mis descubrimientos -lista de febrero de 1984-. La mayoría de las veces se trataba de un Foco de Hamer en el cerebro propiamente dicho, combinado con otro foco en el tronco cerebral o en cerebelo. Esto era para mí un enigma, pero no había lugar a dudas. En el caso del conflicto provocado por la angustia ante la muerte, había encontrado un Foco de Hamer a la vez en tronco cerebral y en corteza: por consiguiente había creído poder subdividir el contenido del conflicto. Así tendría que ver con un conflicto biológico correspondiente a un miedo existencial innato, que yo localizaba en el tronco cerebral y con un conflicto pensado, intelectual, imaginario que creía localizar en el córtex, donde siempre lo encontraba.

Durante mis exámenes sistemáticos y, retrospectivamente al examinar todos los escáneres de pacientes con infartos, encontré igualmente un Foco de Hamer en la parte lateral del cerebelo derecho, que al inicio sólo podía constatar, sin estar en condiciones de explicarlo. Este foco era aparente o realmente idéntico al foco que presentaba siempre una paciente aquejada de cáncer en mama izquierda.

LA CURACIÓN DEL CÁNCER DEL DOCTOR HAMER
LA CURACIÓN DEL CÁNCER DEL DOCTOR HAMER (SEGUNDA PARTE)
LA CURACIÓN DEL CÁNCER DEL DOCTOR HAMER (TERCERA PARTE)
LA CURACIÓN DEL CÁNCER DEL DOCTOR HAMER (CUARTA PARTE)

Fuente: Textos recopilados de las páginas web Luz de Ilunum y Sieteluces, además de los canales de youtube Luz de ilunum y Editorial Sieteluces, textos propios y/o recopilados por el escritor e investigador José Antonio Iniesta Villanueva.