ARTÍCULOS SIETELUCES: EL CRISTAL DE LA MAGIA DEL PRESENTE

El multiverso de la imaginación XIX



El cristal de la magia del presente

José Antonio Iniesta

Siempre me han apasionado los cuarzos. Tengo una gran colección de cuarzos maestros y muchos otros de todo tipo de tamaños y facultades específicas. Los que entienden de cuarzos dicen algo que son casi como seres vivos, con un nivel de conciencia aunque corresponda a un mineral, a un cristal. Los cuarzos tienen propiedades asombrosas que apenas son conocidas por los seres humanos, la capacidad de guardar información como lo hacen nuestros ordenadores, registrando sentimientos, escenas de todos los tiempos, la energía que le concedemos, además de ser un puente entre nosotros en la tercera dimensión y otros seres muy elevados de otras dimensiones.

En este mundo del que participa mi existencia vivo la magia de estos acristalados minerales, las conciencias de un material inorgánico, entrañables creaciones de Dios y del cosmos que sorprenden cada vez que uno se atreve a creer que realmente tienen esos poderes, que son capaces de abrirnos paso en el abismo de los más asombrosos reinos y planos dimensionales.

En muchas conferencias he explicado que, de forma metafórica, la evolución del ser humano debería conducirnos a ser como cuarzos, seres con una conciencia transparente, que pueda ser atravesada por la luz, como sucede cuando un haz luminoso atraviesa el cristal. Es un símbolo de las conciencias limpias permeables completamente a la luz, para que nos envuelva por todas partes, nos atraviese y seamos una con ella, proyectando a través de nosotros un magnífico arco iris, la séptuple manifestación de todo lo existente.

Los cuarzos son prodigiosos. Una drusa de cuarzo de casi treinta kilos me eligió en Barcelona, entre muchas otras, cuando trataba de encontrar con los ojos cerrados la que me concedía el destino, como regalo de mi bendita esposa. Recorriendo un pasillo en el que había muchas llegué a un punto en el que una poderosa energía me envolvió de los pies a la cabeza, y al abrir los ojos me di cuenta que estaba enfrente de una de ellas en concreto. Me quedé con su forma y volví a cerrar los ojos, seguí caminando por el largo pasillo en el que se mostraban y, cuando regresaba por donde había venido, volví a sentir esa fuerza poderosa. La percibí con claridad, la sentí, me dejé alimentar por ella, y cuando estuve convencido de que esa geoda me llamaba, me elegía, resonaba con mi energía, abrí los ojos y con absoluta perplejidad me di cuenta de que era la misma. Había muchas, de un enorme peso cada una, pero sólo ésa fue la que se vino conmigo y me acompaña desde entonces. Es una geoda de cuarzo amatista, de color violeta, el color de la transmutación. Así que es verdad que esa magia de los cuarzos que se muestra en los cuentos de hadas y en las películas de ciencia-ficción es real, existe, y es conocida por los guardianes de la tradición de las más elevadas culturas del planeta.

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Fuente: Textos recopilados de las páginas web Luz de Ilunum y Sieteluces, además de los canales de youtube Luz de ilunum y Editorial Sieteluces, textos propios y/o recopilados por el escritor e investigador José Antonio Iniesta Villanueva.