ARTÍCULOS SIETELUCES: REBELDES CON CAUSA

El multiverso de la imaginación XV



Rebeldes con causa

José Antonio Iniesta

Es muy fácil quedarse atrapado en el círculo de una mesa camilla frente a la pantalla hipnotizante de la televisión y que te echen guindas al pastel florido de la vida, haciéndote cómplice de todo lo malo que pasa en el mundo como si no fuera contigo, pero hay un peligro que afrontar, cada uno a su manera, para que no crezca más de la cuenta y nos devore a todos como si fuéramos un pinchito moruno o un flan que se echa a temblar cuando se mueve el plato. Por eso hacen falta rebeldes con causa que se echen a la calle, aunque sea bajo la lluvia, al amparo de la noche, para que su luz brille más que nunca.

El mundo llora en todos los rincones, el fanatismo amparado por el manto de la política global planetaria crece como la espuma y atraviesa todas las fronteras, de una a otra parte y en todos los puntos cardinales, al tiempo que se incrementa la certeza de que muchos de los grandes mandatarios se han vuelto locos, son ineptos a simple vista, aunque puro torrente vertiginoso de prepotencia, pero al mismo tiempo tremendamente eficaces en la conspiración secreta con sus secuaces para hacer de las suyas y doblegar conciencias a todas horas.

Hacen falta gritos al cielo, poemas con mensajes profundos, narraciones que sin necesidad de provocar revoluciones abran los ojos de los que están dormidos. El mundo se está convirtiendo en un barril de pólvora con los controladores del barril danzando a lo loco con una antorcha en la mano para ver cómo se reflejan sus sombras en las paredes. Se visten de salvadores de la patria para ahorcar a los ciudadanos con sogas invisibles. Los dictadores son los más aventajados de la clase y, los que se habían vestido desde siempre como demócratas, hacen cursos de fin de semana para poner en marcha nuevas dictaduras, aunque sea con palabras huecas adornadas con toda clase de florituras, normalizando lo que no es normal, convirtiendo en mano tendida lo que no es más que el lavatorio perfumado de los delitos consumados. Todo es una gran mentira en este mundo que surge de las más elevadas instancias, con capacidad para callar hasta la boca de los jueces, realizar juicios sumarísimos sin pasar por un juzgado o envenenando a los representantes de la oposición para callarles la boca y echar dos metros de tierra por encima de ellos.

Las banderas de infinidad de países se manchan de sangre. Se enriquecen los jeques, hasta lo inimaginable, pero la gente del pueblo se muere por las calles, o subida al andamio, con temperaturas insoportables para un ser humano, todo con tal de presumir de un Mundial de Qatar con un balón que de tanto rodar por un césped que huele a muerte termina convirtiéndose en un insulto a la condición humana. Pero da igual lo que clame el mundo, porque siguen apareciendo diamantes de sangre, lingotes de sangre, alhajas de sangre, aviones privados que llenan sus depósitos con sangre y carreras de camellos por un desierto teñido de sangre.

Los que mueven los hilos de las finanzas prepararan más cámaras acorazadas donde guardar el tesoro que acumulan con palas de avaricia, carretillas de ambición sin límites, mientras que China insulta por enésima vez la dignidad humana adiestrando a los niños de la escuela para que monten y desmonten a una velocidad de vértigo pistolas para aprender algún día a dar tiros.

Pero para tiros son maestros consumados de la locura y la perfidia los norteamericanos, que tienen más armas de fuego recorriendo las calles que ningún otro país del mundo. Hay armas en el armero de cada casa, pero también en la sopera, en el mueble desvencijado de la abuela, debajo del tapete de la mesa, que no importa que hagan bulto si hace juego con los fusiles de asalto que cuelgan de las lámparas, se apoyan en la tapa del váter y hasta salen de golpe si uno abre sin mucho cuidado el congelador para tomarse un helado.

Los pederastas vestidos con sotana, que los hay en abundancia, apenas son perseguidos o denunciados por sus propios colegas, que ora pro nobis se entregan con devoción a rezar a no sé qué dios de su mala conciencia, porque Jesús decía “dejad que los niños se acerquen a mí”, sabiendo del inmenso tesoro que es la infancia, no para arruinarles la vida siete veces y media.

Y todo parece que se tiene que “normalizar” en aras de una libertad de prensa, libertad de acción, libertad de pensamiento, aunque luego llegue la red social de turno que te borra un pensamiento filosófico profundo, pero no lo hace con las solicitudes de amistad de prostitutas que campean a sus anchas sin que la propia red social lo impida de ninguna manera.

Normalizar hacer que lo que no es normal lo parezca, camino ya, en cuatro días, de humanos híbridos de máquinas y máquinas que parecerán humanos, o hasta como ya se anuncia, una fábrica de bebés humanos a la carta, según el gusto de los futuros padres, que tal vez se tomen un chupito de adrenalina provocada por la histeria colectiva todos los días a las siete de la tarde.

Pero todo es normal para las oscuras élites de la guerra oculta, las que crean campañas del miedo cuando les conviene, que desaparecen de la vista tan pronto como la población despierta y se da cuenta de que le están dando gato por liebre.

Enlace: https://www.sieteluces.com/rebeldes-con-causa/

Fuente: Textos recopilados de las páginas web Luz de Ilunum y Sieteluces, además de los canales de youtube Luz de ilunum y Editorial Sieteluces, textos propios y/o recopilados por el escritor e investigador José Antonio Iniesta Villanueva.