Hace algunos años, un equipo de astrónomos anunció que en el año 2022 va a ocurrir algo realmente espectacular: una nueva estrella va a aparecer en el firmamento. Será el primer evento de este tipo apreciable a simple vista en más de 400 años. Creada por la colisión de dos estrellas relativamente débiles, la explosión resultante es conocida como “estrella explosiva.”
Cuando este singular fenómeno celeste tiene lugar surge lo que se denomina una nova roja, que brillará con tal intensidad que será claramente visible por las noches en la constelación del Cisne. La última vez que se hizo visible una “nueva estrella” sin la ayuda de modernos telescopios fue en 1604, aunque en este caso se trataba de una supernova, la explosión de un sol lejano que fue visible durante muchos meses. Aquella vez ocurrió en la constelación de Ofiuco, el portador de la serpiente, y sus restos aún pueden ser vistos por los astrónomos bajo la forma de una bella nebulosa anular.
A una distancia de 20.000 años luz, la supernova se encontraba demasiado lejos como para provocar algún efecto físico sobre la Tierra, pero su aparición sin duda produjo un impacto psicológico significativo. De hecho condujo a una notable serie de episodios sociológicos que influyeron radicalmente en nuestra historia.
Una señal de los cielos que anuncia una Nueva Era de Iluminación
El suceso de 1604 fue conocido como la Supernova de Kepler en honor al astrónomo que realizó detalladas observaciones del mismo en su época. Sin embargo, no solo los profesionales de la observación de las estrellas se enamoraron del fenómeno, sino que dio pie además a un movimiento filosófico completamente novedoso. Ese mismo año, el teólogo alemán Simon Studion publicaba su Naometria (“Medida del Templo”) en la cual interpretaba el acontecimiento en términos astrológicos, afirmando que anunciaba una nueva era de iluminación.
Parece ser que Studion creía que la nueva estrella era una señal de los cielos, al igual que la estrella de Belén habría proclamado el nacimiento de Cristo. La nueva era anunciada por la supernova estaría imbuida de avances en la ciencia, la religión y las libertades sociales, además de dar pie – en un concepto revolucionario para la época– al nacimiento de un nuevo orden político basado en la figura de una mujer, una poderosa reina.
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En unos pocos años, un grupo conocido como los Rosacruces (cuyo nombre está basado en su símbolo, formado por una rosa y una cruz) empezó a difundir panfletos con ideas similares. Conocidos en conjunto como los Manifiestos Rosacruces, estos textos daban a entender que la princesa Isabel, hija de Jacobo I de Inglaterra, sería la mujer que unificaría Europa en una especie de Unión Europea del Renacimiento. En el año 1613, Isabel se había casado con Federico V, Elector (príncipe) del Palatinado: una región que correspondería a lo que hoy es el sudoeste de Alemania.
Se hace referencia de forma críptica al matrimonio en estos escritos rosacrucianos, en particular en la publicación de 1616 conocida como La Boda Alquímica. Parece ser que esta sociedad secreta interpretaba la boda de Isabel, destinada a cimentar una alianza entre Inglaterra y los estados protestantes de Alemania, como el punto de partida para la soñada confederación europea. Sin embargo, todo se vino abajo en 1619 cuando se ofreció a Federico el trono de Bohemia, región de lo que hoy es la República Checa. Federico e Isabel reinaron como rey y reina apenas unos pocos meses antes de ser depuestos, huyendo para establecerse finalmente en Holanda.
A causa de su corto reinado, Isabel acabó siendo conocida como la Reina de Invierno, pero uno de sus descendientes, Guillermo Alejandro, es rey de Holanda en nuestros días. A pesar de que Isabel jamás se convirtió en la reina de Europa de las profecías, las ideas de libertad de expresión religiosa e intelectual expuestas en los Manifiestos Rosacruces continuaron inspirando a muchos. Se ha llegado incluso a plantear la posibilidad de que quienes organizaron la travesía del Mayflower en 1620 fueran rosacruces.
Mensajes crípticos, números misteriosos y un simbolismo enigmático
Poco sabemos de los rosacruces originales, ya que sus panfletos fueron publicados de manera anónima durante la segunda década del siglo XVII. Estos escritos estaban claramente inspiradas en la Naometria de Studion, y en ellos se pretendía divulgar la idea de una próxima era de iluminación cuyo heraldo era la nueva estrella, aunque el hecho de si los rosacruces eran o no una sociedad secreta de doctos individuos extendida por toda Europa, como dan a entender sus escritos, continúa siendo objeto de debate. No obstante, los autores de estos textos, consciente o inconscientemente, iniciaron toda una serie de movimientos que tuvieron considerables ramificaciones en la posterior historia del mundo.
Los Manifiestos Rosacruces incluían mensajes crípticos, números misteriosos y un simbolismo enigmático, y a lo largo de todo el siglo XVII diversas sociedades secretas fueron fundadas basándose en el modelo rosacruz. Hace exactamente trescientos años, en 1717, algunas de ellas se fusionaron para dar lugar a la masonería moderna. Uno de los símbolos masónicos más famosos es el Ojo de la Providencia, una imagen que aparece en los billetes de un dólar y que ha llevado a muchos historiadores a plantear la posibilidad de que los Padres Fundadores de los Estados Unidos estuviesen influidos por la masonería.
El Ojo de la Providencia, un símbolo consistente en un ojo celestial que ilumina el mundo con sus rayos, era de hecho la versión posterior de otro símbolo más antiguo utilizado por los Rosacruces y que representaba la nueva estrella de 1604 irradiando su influencia sobre la Tierra. La nueva estrella había llegado a simbolizar el concepto de la curiosidad intelectual e incluso los propios ideales de la Ilustración, un movimiento académico del siglo XVII que abogaba por la razón frente a los límites de la tradición establecida.
Una conspiración política relacionada con la nueva estrella
Otro grupo tristemente violento, y bastante menos exitoso, influido por la nueva estrella de 1604, fue una banda de católicos disidentes ingleses encabezada por el rico terrateniente Robert Catesby. En 1605, Catesby creía que la princesa Isabel, apenas una niña por aquel entonces, estaba destinada a reinar sobre Inglaterra, por lo que maquinó una fracasada conspiración para llevarla al trono. Pero su ambicioso plan de matar al rey, al resto de herederos y a sus ministros volando el palacio de Westminster fue descubierto, y Catesby fue muerto de un disparo.
El suceso aún se recuerda en Gran Bretaña todos los años en el espectáculo pirotécnico del cinco de noviembre, en la conocida como Noche de Guy Fawkes, llamada así por el nombre del conspirador descubierto cuando se encontraba esperando que prendieran los barriles de pólvora ocultos bajo el edificio del parlamento.
No obstante, en su mayor parte quienes se inspiraron en la nueva estrella de 1604 realizaron contribuciones positivas a la historia. El médico inglés Robert Flood escribió extensamente sobre las obras rosacruces de principios del siglo XVII. Algunos expertos han sugerido que él fue de hecho uno de sus autores. Ciertamente Flood se inspiró en las ideas rosacruces, y creía que el mundo estaba a las puertas de una nueva era para el progreso del conocimiento.
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Otro influyente pensador inspirado por la nueva estrella fue el filósofo galés Thomas Vaughan, quien tradujo escritos rosacruces del latín al inglés. Flood y Vaughan fueron personajes de una enorme importancia a la hora de transformar las antiguas nociones sobrenaturales de la alquimia en la disciplina de la química moderna.
El Espejo de la Sabiduría y el Colegio Invisible
Uno de los misteriosos Manifiestos Rosacruces fue el Speculum Sophicum Rhodostauroticum de 1618, “El Espejo de la Sabiduría de los Rosacruces.” Escrito según se cree por el alquimista alemán Daniel Mögling, revelaba la existencia del llamado Colegio Invisible, una sociedad secreta de intelectuales rosacruces cuyo propósito era transformar nociones místicas como la alquimia y la astrología en las disciplinas de la química experimental y la observación astronómica.
Una críptica ilustración de este texto representa a este “colegio” como un edificio sobre ruedas, lo que simboliza que la institución no disponía de una sede fija, sino que era un selecto grupo de mentes, más que una universidad al uso. Por encima de este edificio, a la izquierda, brilla la nueva estrella de 1604 junto a una imagen de Ofiuco, la constelación del portador de la serpiente en la que apareció la estrella, la señal celeste que inspiró la fundación de la organización.
Aunque se ha sugerido la pertenencia de varios ilustres personajes al Colegio Invisible, como el filósofo y estadista Francis Bacon, el inventor del álgebra moderna Thomas Harriot y el innovador arquitecto Iñigo Jones, algunos historiadores dudan que tal organización existiera realmente. De cualquier manera, la idea del Colegio Invisible influyó directamente en varios científicos experimentales del siglo XVIII, como Robert Boyle, para fundar la Royal Society en 1660. Esta prestigiosa academia para el avance de la ciencia aún existe hoy en día, y entre sus miembros se han contado muchos de los nombres asociados con descubrimientos científicos que han cambiado el mundo, como Isaac Newton, Benjamin Franklin, Charles Darwin, Albert Einstein y Stephen Hawking.
El conocimiento secreto de los Illuminati
Y aquí tenemos a los Illuminati (en latín “Iluminados”), una sociedad secreta alrededor de la cual se han desarrollado numerosas e imaginativas especulaciones y teorías de la conspiración. Lo que sí sabemos con certeza es que la organización fue llamada en un principio ‘los Iluminados de Baviera’ y fue fundada en 1776 por el filósofo alemán Johann Adam Weishaupt para oponerse a la influencia religiosa sobre la vida pública y la corrupción en el gobierno. Weishaupt admitió abiertamente haberse inspirado en los Manifiestos Rosacruces. De forma algo irónica, considerando que su nombre se ha convertido en casi un sinónimo de “conocimiento secreto”, otro de los objetivos iniciales de los Illuminati era promover la libertad de información. El grupo pasó a la clandestinidad a principios del siglo XIX tras jactarse de haber prendido la mecha de las revoluciones francesa y americana, y algunos autores han especulado con la posibilidad de que aún exista hoy en nuestros días, encontrándose sus miembros infiltrados en las altas esferas de las sociedad a nivel internacional.
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Si estuvieron o no relacionados la ciencia, el arte o incluso la propia Ilustración, con los movimientos inspirados por la supernova de 1604, es algo que aún está por ver. No obstante, es justo señalar que hubieran surgido sin lugar a dudas de forma totalmente diferente, y habrían sido instigados asimismo por personajes diferentes. La gran pregunta es: ¿existieron realmente un movimiento Rosacruz o un Colegio Invisible que fueran algo más que un concepto inspirador? La respuesta estriba en el hallazgo –en caso de que exista– del lugar en el que se reunían los primeros rosacruces. Aunque el movimiento aparentemente incluía a luminarias de toda Europa, parece ser que se habría concentrado principalmente en las islas británicas, y en Inglaterra se ha descubierto recientemente un posible candidato a ser aquel antiguo lugar de reunión.
¿Un lugar secreto para reuniones clandestinas?
En la impresionante mansión de Canons Ahsby cercana a la ciudad de Daventry, en el interior de Inglaterra, fue descubierta una estancia secreta en el año 2013 que llevaba siglos oculta tras las paredes. Datada en la primera década del siglo XVII, está decorada con un misterioso simbolismo que a primera vista parece masónico. Sin embargo, la estancia y su decoración datan de más de cien años antes de que se fundara la francmasonería. La cámara secreta del ático de la mansión parece haber sido lugar de encuentro de influyentes miembros de una sociedad secreta, posiblemente rosacruces.
La estancia está decorada con simbolismo rosacruz, como una imagen de la nueva estrella, una representación de los pilares del Templo de Salomón bíblico, y los separadores que más tarde acabaron siendo vinculados con el movimiento masónico. Resulta notable que las paredes estén pintadas con los escudos de armas de los que al parecer se reunían allí, entre ellos muchos cuyos nombres que han sido asociados al movimiento rosacruz original, como Robert Flood, Thomas Vaughan y Francis Bacon; incluso el participante en la Conspiración de la Pólvora, Robert Catesby. Quizás el más revelador de todos ellos es el de William Shakespeare, de quien a menudo se ha especulado sobre la posibilidad de que fuera él mismo un rosacruz.
La construcción del mundo moderno
La influencia psicológica de la nueva estrella de 1604 parece haber sido considerable. Aquellos personajes inspirados por los Manifiestos Rosacruces pusieron los cimientos de la ciencia experimental, la biología, la química y la comprensión moderna del universo que llevó finalmente al desarrollo de la tecnología moderna. Es posible incluso que la Revolución Francesa, la monarquía holandesa actual e incluso la creación de los Estados Unidos hubieran sido muy diferentes, o quizás jamás hubiesen tenido lugar, de no haber sido por la supernova de Kepler.
Lo que sí es cierto es que muchas sociedades secretas y esotéricas aún existen en nuestros días, afirmando descender de los movimientos que originalmente fueron inspirados por el fenómeno celeste de 1604, y autodenominándose incluso “Rosacruces”. La nueva estrella que se verá en el 2022 se encuentra a 1.800 años luz de distancia, lo suficientemente lejos como para no preocuparnos por su posible radiación sobre la Tierra, pero sí será interesante observar qué tipo de reacciones psicológicas y fenómenos sociales inspira, para bien o para mal.
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Y para cerrar el artículo, le recomendamos que la próxima vez que tenga en sus manos un billete de un dólar estadounidense y vea el Ojo de la Providencia, recuerde que aunque ahora se dice que representa el ojo de Dios que todo lo ve, en un principio simbolizaba la supernova de 1604.
Autores Graham Phillips y Deborah Cartwright
Fuente: https://www.ancient-origins.es/opinion-autores-invitados/sociedades-secretas-supernova-002534
Enlace: https://www.sieteluces.com/sociedades-secretas-y-conocimiento-oculto-la-supernova-que-dio-lugar-al-mundo-moderno/
Fuente: Textos recopilados de las páginas web Luz de Ilunum y Sieteluces, además de los canales de youtube Luz de ilunum y Editorial Sieteluces, textos propios y/o recopilados por el escritor e investigador José Antonio Iniesta Villanueva.