Por Omraam Mikhael Aivanhov
LAS IDEAS DETEMINAN LOS ACTOS
¿Decís que os esforzáis para transformaros y que no lo conseguís, que vuestra determinación no sirve para nada? No os desaniméis, pues las transformaciones profundas no se realizan de golpe, hace falta tiempo. Si mantenéis vuestras determinaciones firmemente en vuestra cabeza, tarde o temprano acabaréis actuando como deseáis.
Observad a la serpiente: cuando quiere deslizarse por un agujero comienza introduciendo en él su cabeza, y cualquiera que sea la longitud de su cuerpo, la cola acaba por seguir finalmente.
Como avanza describiendo una sinuosidad, su cola puede dar la impresión de que avanza en sentido inverso al de su cabeza, pero en realidad acaba siempre pasando por donde ha pasado la cabeza, pues una y otra no están separadas, y la cola sigue siempre a la cabeza. Simbólicamente, la cabeza representa la facultad de reflexionar, de razonar, de tomar tal o cual orientación, y necesariamente el resto del cuerpo, es decir, la ejecución, la aplicación, le sigue. Esta es la ventaja de procurar pensar siempre justamente, aunque de momento no actuéis de acuerdo con vuestras ideas, insistiendo, continuando para mantener al menos una actitud mental correcta, acabáis adiestrando en vosotros todas las fuerzas de resistencia, y actuando como ha dictado el espíritu.
Aún se valora insuficientemente la importancia de una filosofía adecuada.
Muchos se imaginan que pueden dejar entrar todo tipo de ideas en su cabeza sin que por ello vaya a cambiar su comportamiento. No; y aún no han comprendido que la cola siempre sigue a la cabeza! Entonces, poned atención; cada cual debe vigilar diariamente los pensamientos que deja entrar en su cabeza: si son anárquicos, inmorales, un día u otro su conducta será anárquica e inmoral. La ley es tan verídica para el mal como para el bien.
NUESTROS ESFUERZOS CUENTAN MÁS QUE LOS RESULTADOS
No son los resultados que conseguís lo que cuenta para el Cielo, sino los esfuerzos que hacéis, pues sólo estos os mantienen en el buen camino, mientras que los resultados pueden relajar frecuentemente vuestra vigilancia.
Aunque no tengáis éxito, aunque no obtengáis ningún resultado, no pasa nada: por lo memos habéis trabajado. Así pues no pidáis el éxito, éste no depende de vosotros sino del Cielo, que os lo dará cuando lo juzgue oportuno. De vosotros dependen los esfuerzos, pues el Cielo no puede hacerlos en vuestro lugar. De la misma manera que nadie puede comer por vosotros, tampoco el Cielo puede hacerlo, es decir, esforzarse por vosotros; os concierne a vosotros hacerlo. y el éxito lo determina cuándo y cómo quiere, según lo considere adecuado para vuestra evolución. Por otra parte, los esfuerzos llevan en sí mismos su recompensa. Después de cada esfuerzo, después de cada ejercicio con el pensamiento, la vida toma otro color y otro sabor. Entonces, trabajad sin fijaros nunca el plazo para la realización de vuestras aspiraciones espirituales. Si fijáis una fecha para obtener tal o cual resultado interior, la victoria sobre cualquiera de vuestros defectos, no conseguiréis más que crisparos y no os desarrollaréis tan armoniosamente. Hay que trabajar para perfeccionarse sin fijar la fecha, pensando que tenemos la eternidad por delante y que un día u otro conseguiremos alcanzar esta perfección que deseamos. Fijaos solamente en la belleza del trabajo que habéis emprendido y decid: « Ya que es tan hermoso, no me preocupa saber cuántos siglos o milenios necesitaré para conseguirlo.»
ACEPTAD LOS FRACASOS
Aquél que siente que no consigue manifestar las cualidades sobre las que trabaja, no debe desanimarse o rebelarse. Hay que ser humilde ante los fracasos porque lo contrario demuestra que nuestro razonamiento no es correcto. y siempre tiene la culpa la Naturaleza inferior, la cual consigue colarse en el momento que encuentra las condiciones favorables. Un fracaso es como si el cielo dijera a algunas personas o a las circunstancias: « Id a incitarle un poco, decidle algunas palabras para ver qué pasa ». y entonces se produce una agitación que demuestra que no estamos preparados para afrontar las pruebas. Los fracasos no deben entristeceros ni desanimaros, porque ello demostraría que no sois más que un presuntuoso que desea cosas todavía irrealizables; si no superáis vuestra decepción, acabaréis destruyéndoos. Está permitido entristecerse, pero únicamente por los fracasos o las desgracias de los demás, no por vuestros propios deseos, ambiciones o pretensiones insatisfechas.
Si veis que todavía no conseguís adquirir una cualidad, vencer un defecto, superar una mala costumbre, en lugar de rebelaros o desanimaros, decid únicamente: « En el pasado no trabajé como debía, y ahora todo me resulta difícil ». Debéis deciros esto y poneros en seguida a trabajar. Sí; aunque no os quede más que un año de vida, un sólo año, hay que continuar, continuar. . .
Entonces veréis todos los cambios que ocurrirán, pues llevamos con nosotros todas las adquisiciones que hemos alcanzado, si hemos buscado sinceramente nuestra perfección.
LA IMAGINACIÓN COMO MÉTODO DE TRABAJO SOBRE SÍ MISMO
Con frecuencia nos sentimos desgraciados, nos desanimamos al comprobar lo difícil que es corregir nuestros defectos. En realidad, en lugar de fijarnos en nuestras debilidades, que son el resultado de los desórdenes a los que nos abandonamos en el pasado, vale más preocuparnos de lo que tenemos que hacer en el futuro, y decirnos: « Ahora voy a reparar, a reconstruirlo todo ». y cada día con una fe inquebrantable, con una convicción absoluta, trabajar en esta dirección, es decir, tomar todos los elementos que Dios nos ha dado: la imaginación, el pensamiento, el sentimiento, y recrearnos, modelarnos tal como desearíamos ser. Imaginaos rodeados de luz, sosteniendo con vuestro amor, con vuestra generosidad a todos aquellos que lo necesitan, resistiendo las dificultades y las tentaciones. . .
Poco a poco las imágenes que formáis estas cualidades se vivifican, actúan en vosotros y os transforman al mismo tiempo que trabajan atrayendo del universo los elementos apropiados para introducirlos dentro de vosotros naturalmente, se necesita mucho tiempo y mucho trabajo para obtener resultados, pero un día los obtendréis, no os quepa duda. Sentiréis por encima de vosotros una entidad viva que os protege, os instruye, os purifica, os ilumina y, en los casos difíciles, os presta el apoyo que necesitáis. Cuando hayáis formado esta imagen de perfección durante mucho tiempo en el plano mental, descenderá poco a poco al plano físico para concretizarse en él.
LA MÚSICA, SOPORTE DEL TRABAJO ESPIRITUAL
Aprended a utilizar la música para hacer un trabajo interno: os ayudará a realizar vuestros mejores deseos. Deseáis demasiadas cosas agradables, pero no sabéis qué hacer para obtenerlas. Efectivamente, la música es una ayuda muy poderosa para la realización. Entonces, escuchándola, en lugar de dejar flotar vuestro pensamiento de un lado para otro, proyectadlo sobre aquello que más deseáis.
Si queréis la salud, imaginaos como un ser rebosante de salud: cualquier cosa que hagáis, tanto si camináis como si habláis o coméis, tenéis una salud espléndida y hacéis que todo el mundo esté sano a vuestro alrededor. Si lo que os falta es la luz, la inteligencia, utilizad la música para imaginar que aprendéis, que comprendéis que la luz penetra dentro de vosotros, y también vosotros mismos la propagáis y la dais a los demás. Si queréis adquirir la belleza, la fuerza, la voluntad o la estabilidad, actuad de la misma forma. Haced ese trabajo en todos los ámbitos en los que sintáis que tenéis una laguna.
LA INFLUENCIA BENÉFICA DE UNA COLECTIVIDAD ESPIRITUAL
¡Cuántas personas comprenden que no están en el buen camino! Su alma, su conciencia se subleva y deciden cambiar su forma de vida. Lo consiguen durante algún tiempo, pero luego se pierden. Entonces se lamentan, rezan, toman nuevas determinaciones, pero tampoco dura mucho. Naturalmente, el hecho de darse cuenta de que uno se extravía, ya es algo, pero no es suficiente. y hay que conseguir perseverar en las resoluciones tomadas. Por esta razón es tan necesaria e incluso indispensable, una colectividad espiritual, una fraternidad espiritual, porque ella nos ofrece las mejores condiciones para mantenernos en el buen camino. Puede ocurrir que estemos cansados y que deseemos abandonarlo todo, pero viendo que los demás perseveran, nos animamos y somos arrastrados hacia el buen camino.
Salvo en casos completamente excepcionales, los seres humanos necesitan ser sostenidos, estimulados, pues siempre hay un momento u otro en el que su ardor espiritual se debilita. Diréis quizás que no deseáis que os influyan, que queréis ser libres de hacer lo que os plazca, y que por eso no queréis formar parte de una colectividad en la que os sentiríais limitados. Pues bien, eso demuestra que no sois muy inteligentes. El que es inteligente comprende que tiene necesidad de estar protegido y se las arreglará para colocarse en una situación en la que se le impida cometer locuras, siendo libre, por el contrario, para lanzarse a realizar empresas benéficas, luminosas.
NO OS BASÉIS MÁS QUE EN VUESTRO TRABAJO
Si vuestra actividad es benéfica y desinteresada, podéis tener confianza en las leyes divinas: un día vuestros esfuerzos serán recompensados. Pronunciáis una palabra, hacéis un gesto, tenéis un deseo o un pensamiento: en seguida se registra, se clasifica, y un día da resultados. Hay que basarse en estas leyes; todo puede cambiar en torno vuestro, salvo estas leyes. Vuestros amigos pueden traicionaros, vuestra familia puede olvidaros, y sin embargo estas leyes siempre estarán ahí para enviaros exactamente lo que merecéis, según sea la forma que hayáis trabajado. Así pues no contéis con ninguna otra cosa más que con vuestro trabajo. . . Diréis: « y en cuanto al Señor, a los ángeles, a los santos, ¿no podremos contar con ellos? » . Sí, pero con la condición de que hayáis trabajado. Si no sembrasteis ninguna semilla, no pidáis ayuda al Señor, no brotará nada. El Señor ha hecho leyes que los humanos deben conocer, y si no quieren conocerlas, El no va a trastocar el orden del universo para complacer a los ignorantes. Sembrad una semilla y todas las leyes de la naturaleza contribuirán para ayudarla a crecer. Esto significa que primero hay que basarse en nuestro trabajo, y después en el Señor, es decir, en las leyes que El ha establecido en el universo.
VIVID POÉTICAMENTE
En la calle, en las tiendas, en el tren, en el autobús o en el metro, en casi todas partes, no vemos más que semblantes mortecinos, tristes, crispados, herméticos, indignados. Naturalmente, ¡no es un espectáculo muy estimulante! y aunque no tengamos ninguna razón para estar tristes o desdichados, al pasar por allí, recibimos esa influencia desagradable y volvemos a casa con un malestar que comunicamos a toda nuestra familia. Esta es la vida deplorable que continuamente se están creando los hombres entre sí. ¿Por qué no se esfuerzan por presentarse en todas partes con un rostro franco, sonriente, luminoso? No saben cómo vivir esta vida poética gracias a la cual se maravillarían los unos de los otros. La verdadera poesía no se encuentra en la literatura, la verdadera poesía es una cualidad de la vida interna. A todo el mundo le gusta la pintura, la música, la danza, la escultura, las artes, entonces, ¿por qué no poner su vida interna en armonía con estos colores, estos ritmos, estas formas, estas melodías?
Gracias a la poesía amamos a los seres y buscamos en ellos algo sutil, luminoso, porque necesitamos mirar, sentir, respirar algo que nos apacigüe, que nos armonice, que nos inspire. Pero muchas personas no comprenden estas cosas, y viven sin preocuparse nunca de la penosa impresión que producen en los demás. Siguen ahí, desagradables, gruñones, con los labios apretados, las cejas fruncidas, la mirada torva, y aunque intenten mejorar su apariencia externa con toda clase de trucos, su vida interior, prosaica, vulgar, no deja de transparentarse. Así que en lo sucesivo no dejéis la poesía solamente para los poetas que la escriben. ¡La vida que llevamos es la que debe ser poética! ¡Sí, el nuevo arte consiste en aprender a crear y a difundir la poesía en torno a sí mismo, en mostrarse cálido, expresivo, luminoso, vivo!
Enlace: https://www.sieteluces.com/reglas-de-oro-para-la-vida-cotidiana-iv/
Fuente: Textos recopilados de las páginas web Luz de Ilunum y Sieteluces, además de los canales de youtube Luz de ilunum y Editorial Sieteluces, textos propios y/o recopilados por el escritor e investigador José Antonio Iniesta Villanueva.