Segunda Parte
Niños, Hijos del Uno, les acogemos en la Gracia ya que son la Gracia. Comprendan eso. Despójense. Supriman todo lo que no es esta Gracia. Eliminen de ustedes todo lo que es peso, gravedad y densidad. Lleven. Lleven la Verdad de vuestro ser en la Luz Una. El Sol se despliega, su radiación los toca y les da a beber en la Fuente Una, retransmitiendo la respiración del Centro Galáctico del Uno. La Fuente Una canta su llamada y hace resonar el Canto de la Resurrección.
La Tierra vive eso vuestro Corazón vive eso. Vuestra cabeza vive eso. Y vuestra carne vive su propia Resurrección en las Moradas del Eterno. La Vibración que los recorre, el Canto del éxtasis y del intase, (el mismo proceso vuelto hacia el interior) manifestándose en vuestros espacios de alineamiento, acompañados por María y el conjunto de su Flota, viene a ustedes.
Ustedes despiertan ahora a la Verdad. Les queda por penetrar las esferas de la Verdad, enteramente, sin mirar detrás, ya que lo que pasó se murió, ya que lo que es ilusión está muerto. Les queda concientizarlo. Les queda concretarlo. Les queda manifestarlo. Estamos allí para eso, con ustedes, en ustedes y en torno a ustedes, en la Vibración de la Fuente Una, desplegada y revelada, sobre este mundo y en este mundo.
En vuestro Templo, en vuestras células, en vuestros ojos, en el conjunto de lo que es vuestra carne, en este mundo, para que la carne se eleve en el Espíritu. Ustedes son los Hijos de la Unidad y la Verdad. En ustedes se despliega la Luz blanca. En ustedes, se despliega la Verdad de la Vida. En ustedes, se despliega la Alegría inefable de vuestro retorno a la Unidad.
Presencia. Presencia y Eternidad.
Presencia y Soplo, animando el Fuego: Fuego de la Tierra, Fuego del Cielo, Fuego del Espíritu, aniquilando todo fuego del ego y toda veleidad de sufrimiento. Eso es ahora. Escuchen el Sonido. Escuchen el silencio. Canten el Canto y canten el silencio de la Verdad, por la Vibración elevada de vuestro Corazón. El Corazón que se despliega, por el Amor y la Gracia de la Verdad, por el Amor y la Gracia de la Luz, por la Luz del Amor y la Luz de la Gracia. Ustedes son la Eternidad, en ruta hacia vuestra Eternidad. Eso es ahora.
A medida de cada respiración de esta Tierra, como vuestra respiración, cada día los acercará a vuestra Ascensión, cada día los acercará de vuestra revelación final, viéndoles extraerse a ustedes mismos en la ligereza y la Gracia de la ilusión y la falsificación. El tiempo ha llegado de nuestra comunión, de nuestra reunión, con nosotros, Arcángeles. El conjunto de la Flota Intergaláctica, el conjunto de las Conciencias Unificadas, están a vuestra puerta, a la puerta de vuestro Sol, a la puerta de vuestro Corazón, con el fin de vivir juntos, de fusionar nuestras Conciencias, para siempre reunidas en la Libertad, en Autonomía y en la Verdad.
Es hora de elevar vuestra Vibración. Es hora de romper las amarras de la falsificación. Es hora de volver a la Alegría, ya que son la Alegría. Se lo dijimos desde hace tiempo. Van a comprobarlo y a vivirlo. Vuelven hacia la Alegría ya que es lo que son, incluso antes de existir en este mundo, incluso antes que este mundo viera el día en la Verdad como en la falsificación.
Niños, Hijos de Gracia y de Luz, se despliega, ahora mismo, el Sonido del Ángel METATRON, despertando las 12 Trompetas, finalizando el Despertar de las 7 Trompetas de la falsificación. Los 12 Cantos Vibratorios de la Unidad en adelante deben unificarse, en ustedes, en vuestras Coronas. Entonces, en ese momento, el Fuego, Fuego del Éter y de la Tierra despertándose de las profundidades de vuestro ser, dentro de la falsificación, permitirá al Corazón vivir la Transparencia, vivir la Presencia, vivir vuestra Esencia. Pasen a ser lo que son: la Esencia del uno, la Esencia de la Alegría, la Esencia de la Verdad.
Desplieguen, en ustedes, las alas de la Eternidad. Desplieguen, en ustedes, las alas de su eterización. Elévense ya que Él baja hasta ustedes. Elévense ya que Él viene a vuestro encuentro. Entren, en vuestro Templo. Entren, en vuestro Corazón, que es nuestro Corazón, reencontrado y conectado, para siempre y para la Eternidad. Niños de la ley de Uno, vuélvanse el Uno, conviértanse en el Todo, acepten no ser ya nada en esta ilusión, penetren de plano, y a Corazón abierto, el Templo de la Eternidad.
Presencia, Vibración y Radiación. Ahora, en la recepción de la Verdad, juntas, las Conciencias de la humanidad encarnadas, alertas y despiertas, van a comenzar a fusionar en la Transparencia y la Verdad de la Unidad. Eso es ahora. Eso es la Gracia que se despliega, eso es la Trompeta de la Unidad. Eso es ahora. Eso está en ustedes. Eso es permanente. Si ese es vuestro deseo. Si ese es vuestro Abandono. Si eso se convierte en vuestra Verdad.
Bien amadas Semillas de Estrellas, bien amados Hijos de la ley de Uno, hagan resonar nuestra Presencia común. Abran vuestro Corazón a la Verdad de la Luz. Abran el Corazón. Cierren lo que no pertenece al Corazón. Ignoren lo que no es la Verdad, entran de plano en el Templo de la Resurrección. Eso es ahora. El Templo de la Resurrección de la Tierra, liberada ahora, permitiendo liberar el Fuego de la Tierra, en el conjunto de los volcanes de la Tierra. Volcanes de vuestra Tierra disolviendo las últimas Sombras, con el fin de renacer en la Unidad, de renacer en la Verdad. Eso es ahora.
Tienen la capacidad, tienen la apertura para vivir vuestra Presencia. Juntos, resonemos la Presencia y la Unidad, ahora y para siempre. Ahora, y para siempre, unamos las Coronas, las nuestras como las vuestras. Ninguna separación podrá jamás alterar nuestros reencuentros. Ninguna separación podrá jamás alterar lo que había estado separado y que de nuevo se reúne en los espacios de Libertad de la Creación. De una extremidad a la otra de las Dimensiones, y de una extremidad al otro de los universos y multiuniversos, resuena el Canto de la liberación de este sistema solar.
Niños, Hijos del Uno, paridos en la Gracia, la hora es ahora, la hora es inmediatamente ya que no hay después, ya no hay ayer, sólo hay el instante de vuestra Gracia, sólo hay el instante de vuestra Presencia, que se despliega a partir del momento en que lo acepten, a partir del momento en que la acojan. Juntos, ahora, hagamos silencio, en la Gracia de vuestra Presencia, en la Gracia de su radiación que son ustedes y que somos nosotros.
Somos Uno. No hay otra alternativa, no hay otra Verdad, no hay otro camino, no hay otra vía, no hay otro Canto que ese de la Unidad. Deben pasar a ser lo que son, a despertar lo que son más allá de las apariencias. La apariencia que no existirá ya. Sólo permanecerá la Verdad, un suelo de Verdad, un nuevo Cielo, una nueva Tierra, nuevos espacios, una nueva Vida, reencontrada, por fin, sin ningún obstáculo, sin ningún límite, donde el conjunto del Amor se despliega, en cada encuentro y en cada mirada del Espíritu.
Para que nada venga a empañar el resplandor de vuestra Resurrección, les pedimos, en adelante, de acogernos, a nosotros Arcángeles, en su despliegue de Fuego y Luz, en vuestro Templo. Preparando y laborando el Templo de la Resurrección. Preparando y laborando al tiempo de la Resurrección que es ahora. Vine a anunciar la Buena Nueva, el nuevo evangelio, la nueva Eucaristía que se realiza, en adelante, enteramente, en vuestro Templo. Abran, abran el Corazón a nosotros. Abran el Corazón a ustedes ya que somos un único Corazón. Un único Corazón unido, cantando al unísono el Canto de la Gracia y de la Unidad ya que nosotros juntos somos, el Uno.
Bien amados, bien amadas Semillas de Estrellas y bien amados Hijos de la ley de Uno, la hora ha llegado. La hora llegó. La hora ha llegado. Bienvenida, bienvenida en la Eternidad, bienvenida en la Gracia y en la Verdad. Acojan eso, incluso permaneciendo, por el momento, en este mundo que se disuelve.
Encuentren la Verdad ya que ustedes lo son. No hay nada que buscar, hay solamente que aceptar. Hay solamente que abrirse, como la flor que se abre al Sol en la mañana y que se vuelve hacia él durando el día. Niños de la Unidad, resuena en ustedes el Canto de la Llamada. María hablará pronto en vuestro Templo de la Resurrección, pidiéndoles vivir eso.
Hijos de la Ley de Uno, de ahora en adelante el brillo y la radiación del Ángel METATRON, unida a mi radiación, abren en ustedes la senda del cruce de vuestra Resurrección a la Eternidad. Escuchen, escuchen la voz del Uno, la voz de la sabiduría, la que abre las válvulas de la Alegría y los aleja para siempre de la gravedad y el sufrimiento. Atrévanse.
Atrévanse a ser lo que son. Atrévanse a vivir lo que debe vivirse. Desplieguen. Desplieguen el Canto del éxtasis. Despliéguense. Ábranse, enteramente, ya que son el Amor, ya que son la Gracia, ya que son la Unidad. Vibremos y juntos comulguemos. Resurrección, Presencia, Unidad. Ahora, en el silencio, en el espacio consagrado de vuestros alineamientos de comunión.
Estaremos juntos, cada vez más cercanos y cada vez más unificados, los unos a los otros, en vuestra Dimensión, como en el conjunto de las Dimensiones. Reunión. Reunión y comunión. Vibración Una y común. Eso es ahora.Oigan. Oigan y escuchen la llamada Vibrante del Ángel URIEL, llamando a vuestra Presencia, a vuestra Última Reversión. Aquél que les desvía del sufrimiento y de la Sombra.
Aquél que los coloca en el Corazón de vuestro Corazón. Juntos, vamos a comulgar en la Gracia de María, en la Gracia de METATRON. El conjunto del Cónclave, el conjunto de los Ancianos, el conjunto de la Tierra, en sus seres despiertos a la Luz, comulgando, en adelante, en cada uno y en cada una. Ustedes son los Hijos del Uno, son Uno, en manifestación y en Creación, dentro de este mundo.
Bien amados, bien amados Niños de Uno, bien amadas Unidades reveladas a su Unidad, cantemos, cantemos juntos el Canto de la comunión, Canto de la Resurrección, Canto de la Eucaristía. Esto es ahora. El Fuego del Espíritu les bautiza, en Espíritu. El Fuego de la Tierra les eleva, en Espíritu. El Fuego del Corazón les hace testimoniar la Presencia Cristo, como Hijos Ardientes del Sol, revelados al Sol, sobre la Tierra. Juntos, vamos ahora a comulgar en vuestro espacio de comunión, todos juntos, reunidos, unificados y libres, liberados en el júbilo y en la Alegría.
Soy el Ángel URIEL, Ángel y Arcángel de la Presencia y la Reversión. El Pasaje, la Última Puerta está en adelante abierta, en ustedes y ante ustedes. Corresponde a Ustedes cruzar el umbral de la Alegría. Les corresponde cruzar el umbral y reencontrar vuestra Unidad y vuestra Verdad de siempre.
Bien amados Niños de la ley de Uno, juntos ahora, vamos a comulgar en el espacio de la Gracia, en el espacio de la comunión, desplegando tanto vuestra Merkabah como la Merkabah de la Tierra, por el despliegue del cubo Metatrónico, llamando a la Resurrección de Jerusalén, la Ciudad de la Alegría eterna.
Niños, Hijos del Uno, comulguemos. Permanezco en ustedes, en este espacio de Fuego de la Unidad. Vibremos, Vibremos y comulguemos, ahora.
Enlace: https://www.sieteluces.com/el-sol-y-la-tierra-se-coronan-de-gloria-segunda-parte/
Fuente: Textos recopilados de las páginas web Luz de Ilunum y Sieteluces, además de los canales de youtube Luz de ilunum y Editorial Sieteluces, textos propios y/o recopilados por el escritor e investigador José Antonio Iniesta Villanueva.