ARTÍCULOS DE SIETELUCES.COM: HABLA MI DIOS INTERIOR. CAPÍTULO 2

Por Alejandro Jodorowsky



Ediciones Quintaesencia

CAPÍTULO 2

El psicoanálisis se dedica a sanar enfermedades y problemas psicológicos del paciente. Por el contrario, el arte para sanar procede a despertar en el consultante sus valores íntimos, no considerándolo enfermo, sino un ser esencialmente sano, invadido por órdenes de ser lo que no es y prohibiciones de ser lo que es, que le han sido injertadas mayormente en la infancia. En lugar de tratar de limpiar sin cesar un cuarto obscuro, es mejor antes encender una luz . Así las “enfermedades” y “problemas psicológicos” dejan de parecer inmensos y se ven en su real pequeñez. He llamado a esta luz “Dios Interior”. Es importante recalcar que el siguiente texto debe ser leído imaginando que nos habla con una voz plena de amor y compasión desde el centro de nuestro inconsciente.

1. Para que puedas conocerme y estés segur@ que soy el Dios Interior, tu propio e intimo ser verdadero, quien dice estas palabras, debes primero desprenderte de las creencias que engañan a tus cuatro principales centros. El centro intelectual, creyendo ser, produce pensamientos; el centro emocional, creyendo amar, produce emociones; el centro sexual creyendo crear produce deseos y el centro corporal, creyendo estar, produce necesidades.

2. Puede que aún no seas capaz de desprenderte de esas creencias, sin darte cuenta que aún no eres, ni amas, ni creas, ni estás.

3. Pero yo te enseñaré cómo lograrlo, si realmente quieres conocerme y estás dispuest@ a confiar en mí y obedecerme en todo aquello que desde ahora te proponga hacer.

4. Olvídate del mundo exterior, de tu personalidad humana y concentra toda tu atención en mis palabras.

5. Como no puedes aceptar nada que no se halle de conformidad con lo que en el pasado has experimentado o aprendido, y que tu intelecto no juzga razonable, convéncete que quien te habla es el Dios Interior, tu íntimo yo, más elevado y divino que tus cuatro centros. Por consiguiente considerarás a los centros intelectual, emocional, sexual y corporal como si fueran cuatro egos separados de ti.

6. Estos cuatro egos, han estado tan preocupados de dar a tu cabeza, corazón, sexo y cuerpo toda clase de satisfacciones egoístas, las más de las veces frustradas, que nunca han tenido tiempo de relacionarse conmigo, tu Yo verdadero. Por lo cual te has interesado tanto por los placeres y sufrimientos de tus egos, que has llegado a creer que tú eres tus pensamientos, que tú eres tus emociones, que tú eres tus deseos y que tú eres tus necesidades. En consecuencia te has olvidado de mí.

7. Abre bien los ojos y lee lo siguiente: “Yo no soy tu ego corporal con lo que cree son sus necesidades. Yo no soy tu ego emocional con lo que cree son sus sentimientos. Yo no soy tu ego sexual, con lo que cree son sus deseos. Yo no soy tu ego intelectual con lo que cree son sus pensamientos. Tú eres yo y yo soy tú. TÚ Y YO SOMOS UNO .

8. Tus cuatro centros deben inclinarse humildes ante mí y reconocer que yo soy su Amo. En todo momento, instante por instante, me deben tomar en cuenta: yo soy el origen de todo pensamiento. Yo soy el origen de todo sentimiento. Yo soy el origen de todo deseo. Yo soy el origen de toda necesidad.

9. Ejercítate sin cesar para imaginarte que me sientes en lo íntimo de ti mism@, hasta que rechaces tus dudas y puedas sentir verdaderamente que yo estoy en ti.

10. Te costará abstraerte del cacareo de tus pensamientos, así como de las sensaciones agradables o molestas de tu cuerpo, así como de la constante invasión de emociones, así como el pedido urgente de satisfacer tus deseos. Para lograr sentirme en lo íntimo de ti mism@, debes seguir asiduamente mis instrucciones.

11. Siéntate o acuéstate en una posición que te permita relajar tus músculos, aparta de tu mente por unos minutos el temor angustioso de enfermarte, envejecer, morir, o perder tus bienes materiales. Reconoce que ahora estás viv@, tranquil@, descansad@, y protegid@ por mí, tu Dios Interior.

12. Sin luchar tratando de impedir su existencia, ni atarte a ellos, deja pasar como un rebaño de nubes cruzando el cielo, tus inútiles pensamientos, sentimientos, deseos y necesidades, mientras te entregas a mí.

13. Entrégame tus pensamientos, tus sentimientos, tus deseos. Haz de mí tu necesidad primordial.

14. Yo, Dios Interior, conciencia infinita y eterna, te pide a ti, conciencia limitada y mortal, una total obediencia.

15. Hasta que hayas comprendido mi íntimo significado, repite incesantemente, imaginando la potente y amorosa dulzura de mi voz: “YO SOY DE TI. YO CONFIO EN TI. YO TE HAGO FELIZ”.

16. Si repites lo suficiente mis palabras, tu ser esencial se despojará de esa ilusión que llamas “Yo personal”, sentirás que tu rostro se hace transparente, te sentirás henchid@ de pies a cabeza por una maravillosa energía.

17. Mi poder, despertándose dentro de ti, hará expandir tu conciencia, hasta desprenderla de la Tierra y pasearla por la inmensidad cósmica.

18. Conocerás entonces el éxtasis de un amor que todo lo abarca, de un pensar que todo lo sabe, de una fuerza que todo lo puede, de una energía inmortal.

19. Una vez que me hayas sentido así, reconocido mi poder y escuchado mi voz, ninguna enfermedad podrá deprimirte, ningún acontecimiento te asustará, ningún adversario logrará vencerte.

20. Sabiendo que yo, Dios Interior, soy la raíz de ti mism@, siempre, en los momentos difíciles recurrirás a mí, dándome toda tu confianza y dejándome manifestar mi voluntad.

21. Entonces me dejarás hacer lo que yo quiero que se haga, como, por ejemplo, que tus males sanen, o ejecutes labores que ahora crees que te son imposibles de realizar, o llenar tu corazón que sientes vacío con un amor que no reconoce límites ni en el tiempo ni en el espacio.

22. Pero esto no vendrá luego. Depende de tu capacidad de captarme y aceptarme. Puede tardar años, como puede venir mañana o ahora mismo.

23. ¿Quieres que eso sea ahora mismo ? Entonces repite con toda la fuerza de tu espíritu : « ¡Si no es ahora, ¿cuándo ?! ¡Si no es aquí, ¿dónde ?! ¡Si no soy yo, ¿quién ?!

24. El encuentro conmigo no depende de nadie sino de ti. No de tu personalidad humana ni de sus ideas, sentimientos, deseos y necesidades; sino de tu capacidad de aceptar que yo soy tú.

25. Somete tu voluntad a la mía y deja que yo determine la hora oportuna para la acción.

26. Si tú, ignorándome, tratas de abrirte paso a través del muro de tu conciencia limitada, quizás puedas lograr abrir una brecha entre el mundo que llamas real y el reino de los sueños. Pero por esa puerta que has abierto forzándola, entrarán entidades negativas en tu dominio privado que sólo lograrás expulsar a costa de muchos sufrimientos. Te sentirás poseíd@, deprimid@ o demente.

27. Pero esto yo te lo permito algunas veces para que por medio de tales sufrimientos, venciendo esas dificultadas, obtengas la fuerza que te falta y el discernimiento necesario para saber que mientras no abandones todo deseo de conocimiento para tu propio provecho personal, no podrás entrar en la gloriosa luz de mi sabiduría.

28. Haz de modo que todas tus investigaciones y todos tus esfuerzos sean llevados a cabo con fe y confianza en mí, tu verdadero e íntimo yo, sin que estés inquiet@ o impaciente por los resultados; porque todos estos están sostenidos por mi amor infinito, y yo me ocuparé de ellos.

29. Tus dudas e inquietudes son escorias de tu personalidad efímera, y si las dejas persistir te conducirán al fracaso y al desaliento.

30. Si lo que hasta aquí has leído ha encontrado eco en ti mismo, y deseas saber más, entonces estás list@ para que yo, Dios Interior, te diga quién soy y qué deseo.

Enlace: https://www.sieteluces.com/habla-mi-dios-interior-capitulo-2/

Fuente: Textos recopilados de las páginas web Luz de Ilunum y Sieteluces, además de los canales de youtube Luz de ilunum y Editorial Sieteluces, textos propios y/o recopilados por el escritor e investigador José Antonio Iniesta Villanueva.