FRANK DÍAZ
El origen del Universo según los mayas
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Escrito por Frank Diaz
Viernes, 28 de Agosto de 2009 07:59
Por Frank Díaz*
Hace dos mil años se desarrolló en Guatemala y el Petén una civilización que dejó una huella indeleble en la historia humana: los mayas.
Los mayas estaban obsesionados por saber de dónde venimos y a dónde vamos. Por eso, crearon un calendario extremadamente amplio y exacto, y lo grabaron en las estelas de piedra que los arqueólogos encuentran por centenares en lo profundo de la selva.
En particular, es muy interesante la Estela 1 de la ciudad de Cobá, porque contiene la fecha en la que, según este pueblo, comenzó la Creación. La cronología cincelada en este monumento abarca un total de 21 ordenes vigesimales, es decir, una cantidad de tiempo que es muchos millones de veces superior a la duración del Universo. ¿Qué llevó a los mayas a tan destacada proeza intelectual? Sin dudas, el afán de integrar el efímero tiempo de los seres humanos con el tiempo infinito de los dioses o poderes cósmicos.
Al combinar las fechas contenidas en esta estela con los relatos del Popol Vuh – el libro sagrado de los mayas quichés -, podemos descifrar la historia del Universo según los mayas. Hace algo más de 1 400 cuatrillones de años surgió la Serpiente Emplumada. He aqui el relato:
«Todo estaba en suspenso, tranquilo, inmóvil, apacible, silencioso, vacío. No había un solo hombre, animal, pájaro, pez, artrópodo, árbol o piedra. La faz de la tierra aún no se manifestaba, sólo existía el mar del cielo. Todo era invisible y todo estaba inmóvil. Sólo había agua tranquila, solitaria, sin límites, en las tinieblas de la noche. En el interior del agua permanecía el Creador Serpiente Emplumada como una luz difusa, como un penacho de plumas verdes. Su naturaleza era de gran sabiduría.» (Popol Vuh I.1)
Después de trece períodos en los que no ocurrió nada que fuera discernible para nuestras mentes, comenzó una nueva etapa hace algo más de 345 000 millones de años. La Serpiente Emplumada se manifestó a través de su Palabra o voluntad creadora y se transformó en tres poderes que tuvieron a su cargo la creación, sostenimiento y transformación del Universo.
«Entonces vino la Palabra en las tinieblas de la noche. Hablaron, celebraron consejo, pensaron y se comprendieron, unieron su sabiduría y se manifestó en sus mentes el momento del alba. Y decidieron crear al ser humano, los árboles, los bejucos y la vida (animal). Así ordenó la manifestación del mundo el Corazón del Cielo, y fue llamado Huracan. El primero es Rayo de un pie, el segundo, Rayo sutil, y el tercero, Rayo esplendoroso. Estos tres son el Corazón del Cielo.» (Popol Vuh I.1)
La siguiente etapa comenzó hace 17 000 millones de años, momento en que surge la “tierra”, es decir, el mundo físico. Afirma el Popol Vuh que, al principio, era como una neblina que flotaba sobre la faz del agua, pero de pronto se manifestaron «las grandes montañas» o masas de materia.
«Así fue, en verdad, el nacimiento de la tierra: ¡Tierra!, dijeron, y enseguida nació. Solamente una niebla, solamente una nube fue el comienzo de la materia, pero entonces salieron del agua las grandes montañas. Y el Corazón del Cielo se regocijó y dijo: Que se acabe nuestra obra y formación. Entonces nacieron la tierra, los montes, las llanuras, se pusieron en camino las aguas. Así fue el surgimiento de la tierra por (orden) del Corazón del Cielo, del Corazón de la Tierra, pues así se llaman los que primero fecundaron.» (Popol Vuh I.2)
Sorprendentemente, la fecha que asigna la estela a este ciclo creativo está muy cerca de la que atribuye la ciencia moderna al Big Bang o “gran explosión” que dio origen al Universo.
Sigue diciendo el mito que hace 865 millones de años comenzó el Primer Sol, en el cual la Serpiente Emplumada creó la vida desarrollada. Según los paleontólogos, justo por entonces ocurren una serie de “saltos” evolutivos que dieron origen a todos los linajes vivos de la actualidad. He aquí cómo lo describe el Popol Vuh:
«En seguida nacieron los grandes bosques, fueron creados los animales de las montañas, los guardianes de las selvas, venados, pájaros, ocelotes, gatos monteses, serpientes y víboras. Y los Creadores les dijeron: Decid nuestros nombres. Pero ellos no pudieron hablar como seres humanos. Cuando los Creadores escucharon sus gritos impotentes, dijeron: No habéis podido decir nuestros nombres, por eso seréis cambiados, pues nuestra adoración es imperfecta si vosotros no nos invocáis.» (Popol Vuh I.2)
Hace 43 millones inicia el Segundo Sol, en el cual se desarrolla una primitiva humanidad metafóricamente creada con barro. El relato describe unos seres que, aunque tenían apariencia humana, eran aún incapaces de caminar sobre dos piernas. Esta descripción nos recuerda a los primates, cuya carrera evolutiva comenzó, precisamente, hace algo más de 40 millones de años. ¿Casualidad?
«A continuación ensayaron una nueva creación. De tierra hicieron la carne, pero vieron que no estaba bien, pues se caía, se ablandaba. No erguía su cabeza, el rostro se volvía hacia los lados, su vista estaba velada, no podían mirar hacia atrás. Hablaron, pero sin sensatez. Se aflojaban, no se podían sostener en pie. Se dijeron los Creadores: Aunque este ser se esfuerza, aún no puede andar y engendrar (como humano). Entonces destruyeron una vez más su obra.» (Popol Vuh I.3)
El siguiente Sol tuvo s inicio hace 2 millones de años. Afirma el Popol Vuh que, por entonces, vivió una humanidad de madera que fue capaz de hablar, pero no podía reconocer a la Divinidad. Un dato extraordinario, porque expresa una idea afín al evolucionismo biológico, es su vínculo con los simios de la actualidad. ¿Se refiere acaso al surgimiento del Homo Erectus y el incipiente desarrollo del cerebro?
«Celebraron consejo de nuevo: Es tiempo de meditar sobre los signos (que distinguirán) a la criatura humana, para que venga la claridad y seamos reconocidos por el hombre. Enseguida hicieron unos muñecos de madera. Pero no recordaban a sus Creadores, caminaban sin objeto, sin tener presente al Corazón del Cielo. Aunque hablaban, no había sabiduría en sus cabezas. Por eso fueron decayendo. Tales fueron los primeros hombres que existieron en tierra, fueron solamente un ensayo, una tentativa de humanidad. Entonces el Corazón del Cielo envió una gran inundación sobre sus cabezas y fueron sumergidos; tal fue la ruina de aquellos hombres. Y su descendencia son los monos que viven actualmente en las selvas. Por eso el mono se parece al hombre: es la muestra de una generación de hombres creados.» (Popol Vuh I.4)
El Cuarto Sol comienza hace 109 700 años, dando paso a una humanidad de maíz. Este mito no indica que los mayas creyeran que nuestra carne fue hecha literalmente con masa de maíz, sino que somos el producto de la intencionalidad, tal como el maíz es una planta artificial desarrollada durante milenios de selección genética. Afirma el libro que estos seres eran perfectos, pues su vista abarcaba el cielo y la tierra, es decir, lo de dentro y lo de afuera. ¿Quizás se refiera al surgimiento nuestra especie (el Homo Sapiens) con su capacidad de autoconciencia? He aquí el relato:
«Los Creadores se dijeron: Ya se acerca la luz, se acaba la obra, se vuelve visible el hijo del alba, el ser humano, sobre la superficie de la tierra. Entonces buscaron lo que debía entrar en la carne del hombre. En el sitio llamado Casas Piramidales nacían las mazorcas amarillas y blancas. Entonces fue molido el maíz por la Anciana y salieron nueve bebidas. Este alimento entró (en la carne), se volvió su esencia. A continuación, fue (pronunciada) la Palabra de construcción, y así llegaron a existir nuestros primeros padres, los cuatro hombres creados.» (Popol Vuh IV.1)
Por último, el registro de la estela nos lleva a un momento, hace aproximadamente 5 200 años, cuando dio inicio el Quinto Sol Movimiento, en el cual todavía vivimos. La fecha exacta fue el día 4 Ahau, 8º de la veintena de Kumkú. Esta fecha coincide con el comienzo de la historia escrita; no es casual que sea por entonces cuando llegaron a Anahuac los olmecas, portando la antorcha de la civilización. Sin embargo, la entrada en la civilización es descrita por el Popol Vuh como un suceso negativo, pues, como resultado de ello, los ojos de los primeros padres fueron «velados”, es decir, perdieron el contacto directo con la Naturaleza.
«Entonces los interrogaron: ¿Qué pensáis de vuestro ser? ¿Veis? ¿Oís? ¿Son buenos vuestro lenguaje y vuestro andar? Ellos vieron el mundo entero y dieron gracias a los Creadores diciendo: En verdad, dos veces, tres veces os agradecemos, pues oímos, reflexionamos, nos movemos, sabemos, conocemos lo que está lejos y lo que está cerca, lo grande y lo pequeño, tanto en el cielo como en la tierra. Pero los Creadores no escucharon esto con placer. No está bien lo que dicen nuestras criaturas, pues lo conocen todo. ¿Qué haremos con ellos? ¡Que sus miradas abarquen una pequeña distancia, y únicamente en la superficie de la tierra! Entonces el Corazón del Cielo veló sus ojos, tal como cuando se sopla sobre la faz de unespejo, y así perdieron la sabiduría y la ciencia.» (Popol Vuh IV.2)
Frank Diaz
(http://frank-diaz.info/)
Investigador de las culturas de Anahuac (el México antiguo). De nacionalidad cubana.
Realizó estudios de postgrado en Antropología Física, Cultural, Lingüística y Legal, en la Academia de Ciencias de Cuba, la Escuela Superior de Arte, la Oficina del Historiador de la Ciudad de la Habana y en forma audotidacta.Desde 1998 radica en México, donde se especializa en ciencias prehispánicas y Teología Tolteca. Después de investigar diversas tradiciones espirituales de la tierra, tales como la Teosofía, Rosacruz AMORC, Fe Bahaí, Self Realization y Ananda Marga Yoga, encontró en el Nagualismo y la Toltequidad respuestas a preguntas esenciales.
En este momento realiza labor docente en el Centro de Estudios para la Arqueoastronomía y la Calendárica Mesoamericanas (CEACM). Participa en el Consejo Directivo de Calpullis de Anahuak, Kinam, y Cali Mexihko Grupo Cultural.
Fuentes:
aztlan.org.mx
GerardoSaid <zain@prodigy.net.mx>
Enlace: https://www.sieteluces.com/el-origen-del-universo-segun-los-mayas/
Fuente: Textos recopilados de las páginas web Luz de Ilunum y Sieteluces, además de los canales de youtube Luz de ilunum y Editorial Sieteluces, textos propios y/o recopilados por el escritor e investigador José Antonio Iniesta Villanueva.