Unas tras otras, las gotas van cayendo. Nada parece transformarse. El goteo es casi imperceptible. El cansancio y la desolación dicen presente. El paisaje desértico de esperanzas crea la falsa ilusión de que nada va a cambiar. El vacío interior se agiganta. Las gotas siguen cayendo. Expanden su vibración. La mente sostiene que todo está perdido. El corazón no se deja engañar, escucha cómo las gotas continúan brotando y ríe de felicidad. Su sabiduría le anuncia que el río está emergiendo. Libere sus compuertas. Ayude a que el agua corra. Sume para que el río de la conciencia espiritual irrumpa y limpie el valle de lágrimas que embarra nuestros pies.
Las gotas son todas aquellas cosas que nos ayudan a ser más humanos y nos permiten armonizar con la existencia. Los buenos actos son gotas. Las caricias son gotas. Los pensamientos positivos son gotas.
Los abrazos, las palabras de aliento, los rostros felices… Gotas… Las acciones con conciencia, las oraciones, las meditaciones, la ayuda desinteresada, los gestos de sensibilidad… Gotas… El saber compartir, aprender a valorar, el respeto por uno mismo…. Gotas… La fe, la humildad, la confianza, la esperanza, el amor… Gotas… Todas son gotas que reflejan una nueva humanidad. Son gotas que acrecientan y vivifican el río de la conciencia espiritual que está
transformando la vibración del planeta.
El futuro nace del presente. Nuestras decisiones de hoy co-crean nuestro mañana. Si en nuestra cotidianidad sólo sembramos discordia, odio, pesimismo, sufrimiento y frustración ¿qué cree que cosecharemos? Sus gotas, aunque parezcan simples, aunque las perciba insignificantes o débiles, hacen la diferencia. Son como semillas crísticas que aportan transformación. Irradia luz. Ayudan a que el futuro no se manifieste de manera desalmada.
Fluir con esta corriente, que conduce al océano de la existencia, entraña desafíos que nos permiten crecer y nos impulsan a continuar evolucionando. Implica aventurarse en terrenos desconocidos. El río nos invita a desaprender para seguir aprendiendo, porque sólo lo que se vacía puede volver a llenarse. Sus piedras no son dificultades, sino oportunidades disfrazadas que nos ayudan a elevar.
¿Comprende lo que le estoy diciendo o simplemente piensa que se trata de palabras armónicamente entrelazadas para que puedan sonar bien? Sepa que las casualidades no existen. Si usted está leyendo esta nota es porque su espíritu necesitaba recordar.
No permita que estas frases queden sólo en el plano mental. Tírese al agua. Arriésguese. Cuando se sumerja en este río de conciencia verá cómo las vivencias se transforman en maestras multidimensionales que le ayudarán a experimentar una realidad que transformará su vida.
Existen innumerables formas de contribuir a que este incipiente caudal se torne aún más cristalino. Si nos animamos a reconocer nuestro lado más oscuro, si trascendemos nuestras limitaciones y transmutamos los miedos que nos mantienen cautivos ya estamos ayudando.
Lo mismo si ponemos conciencia en cada uno de nuestros actos y desplegamos, sin reservas, nuestro potencial para materializar una realidad que esté acorde con lo más puro de nuestro ser.
¿Por qué se preocupa tanto? Haga lo que haga, los demás siempre hablarán. Recuerde que a este mundo vino solo y se irá del mismo modo. Absolutamente solo. Rompa la careta social, tírela. Deje que su ser interno lo guíe y lo instruya. Escuche la voz que emana desde el centro de su pecho. Siga sus consejos, son inmaculados. No importa que algunas personas se le rían en la cara y lo desacrediten. Muchos disfrazan de ese modo el temor que les provoca el cambio. No saben lo que hacen. El tiempo les mostrará quién terminó riendo último.
Vamos… Anímese. Juegue. Suéltese. Disfrute. Recupere su inocencia. Mire a la vida con ojos nuevos. Explore su interior.
Conózcase. Restablezca su vínculo con la naturaleza. Aliviane su mochila. Expanda su divinidad. Despierte. Redescubra su magia interna.
Equilíbrese. Ayúdese a cambiar. Permítase soñar. Sáquele el polvo a sus talentos. Multiplique sus dones. Respete su sentir. Empiece a sanar. Viva.
No se distraiga. Preste atención. Sienta cómo el río de la conciencia late con cada pensamiento de luz que recorre su cuerpo. El agua renueva y purifica. Inhale su perfume, es pulsión de vida.
Observe con el corazón y comprobará que no existen las divisiones. El río se compone de millones y millones de gotas que danzan en LA UNIDAD, más allá de todo ego.
Transforme su desierto. No deje que sus gotas se esfumen bajo el sol abrasador de la indiferencia y el desgano. Viértalas en el río de la existencia. Cierre sus ojos y facilite que el murmullo de las aguas guíe sus pasos. Descubra que nunca puede encontrar afuera lo siempre estuvo dentro. Sí, ya lo sabía, es cierto. Simplemente lo había olvidado. El río está en su interior.
Permita que el agua corra. Derrumbe sus compuertas. No tema. Abra su corazón de par en par. Deje que el agua penetre y lave sus heridas.
Renazca. La existencia, agradecida: UNA GOTA MÁS…
(2)
POR UNA SANACION PLANETARIA
Por Julio Andrés Pagano
LO SIENTO… PERDONAME… GRACIAS… TE AMO…
¿Te preguntas por qué este mensaje llegó a tus manos? Mis ojos son tus ojos. Sentimos en un mismo corazón. Respiramos al UNÍSONO la magia del universo. Amamos con idéntica pasión. Nuestra sangre brota desde la misma vertiente. Vengo en tu búsqueda para reencontrarme en la luz. Nuestra danza multiplicará la vibración del amor. Más allá de la ilusión, somos UNO.
El discurso ensordecedor y uniforme de los dormidos anuló mi capacidad de vuelo. Ató mis alas con palabras sin alma. Te percibí distante. La mente social me convenció de que sólo los locos escuchan al corazón. De manera imperceptible, levantaron muros para que creciera la indiferencia y germinara la desconfianza. Amparados en cuestiones de raza, sexo o religión me obligaron a mirarte como si fueses un extraño. ¿Fue así como sucedió? ¿Acaso soy una víctima? Ilusión, así se llama este juego.
Me vivencié como si fuese otro para poder conocerme. Necesité fragmentarme para sentirme. Me costó comprender que si te dañaba me dañaba. Verme en otros pies me hizo suponer que éramos distintos. La distancia entre los cuerpos ayudó a generar esa falsa percepción de separación. Me hablé con otras palabras. Me odié y amé sin saberlo. En boca de ese otro yo, mi voz sonó ajena, poco familiar. Incluso creí que esas lágrimas que corrían por tu rostro nada tenían que ver con mi vida. ¡Ilusión!
Necesito escribirme, por eso te escribo. Llegó el momento de despertar a cada una de mis partes. Ese que hoy mata soy yo. Ese que hoy roba soy yo. Ese que sufre soy yo. También soy ese que sonríe, ese que celebra y también el que agradece. Necesito alinear mi esencia. Quiero danzar y vivir en armonía. Cerrá los ojos… Sentime… Recordá… Más allá de la ilusión, somos UNO.
Por Julio Andrés Pagano
Enlace: https://www.sieteluces.com/una-gota-mas-por-julio-andres-pagano/
Fuente: Textos recopilados de las páginas web Luz de Ilunum y Sieteluces, además de los canales de youtube Luz de ilunum y Editorial Sieteluces, textos propios y/o recopilados por el escritor e investigador José Antonio Iniesta Villanueva.