ARTÍCULOS DE SIETELUCES.COM: SUFISMO. EL CAMINO DEL AMOR Y LA UNIDAD POR ANANDA

Por Ananda



«Cuando abro mis ojos al mundo exterior, me siento como una gota de agua en el océano; pero cuando cierro mis ojos y miro interiormente, veo el universo completo como una burbuja levantándose en el océano de mi corazón.»

Hazrat Inayat Khan «La Sinfonía Divina»

El Sufismo o Tasawwuf ha sido definido como el Camino del Amor o del Corazón. A la palabra «Sufi» se le han atribuido varios orígenes, entre ellos palabras que significan ‘ pureza‘ y ‘ sabiduría‘. El sufi, entonces es alguien que ha descartado todo lo que no pertenece a su esencia más íntima, y que ha cultivado el jardín del corazón, ya que no hay otro lugar para que la sabiduría crezca. Un sufi es un hombre con los pies en la tierra y la cabeza en el cielo.

Pudiese decirse que sufismo es un acercamiento amoroso a la realidad. Es un modo de experimentar la vida y el universo como un todo respondiendo a un plan Único, de acuerdo a unas Leyes Universales o Fundamentales. Es una escuela viva o forma de vida que busca ante todo hacer un llamado hacia la Unidad de toda la existencia y a que cada ser humano alcance su verdadero estado de plenitud y bienestar e integre en si mismo la trascendentalidad o espiritualidad, es decir lo más significativo y fundamental que existe en cada uno de nosotros. Dentro del sufismo se busca liberar al ser humano de las cadenas de la ignorancia para que pueda comprender la esencia inmutable del Ser.
«Conocí el bien y el mal, pecado y virtud, justicia e infamia; juzgué y fui juzgado, pasé por el nacimiento y la muerte, por la alegría y el dolor, el cielo y el infierno; y al fin reconocí que yo estoy en todo y todo está en mi».

Hazrat Inayat Khan

La palabra sufi implica pureza. Puro quiere decir no mezclado con otro elemento, o en otras palabras aquello que existe en su propio elemento, puro y sin manchas. Dentro del sufismo se busca honrar y respetar todas las diferencias, y buscar un mutuo entendimiento, respetando y valorando todos los puntos de vista de los demás. Pudiese decirse que es una escuela de autoconocimiento y perfección del ser humano; un estudio de la UNIDAD y pulimento de la propia personalidad para refinar sus aristas y hacer la mayor obra de arte a la que todo ser humano está llamado: el arte de la personalidad . Sin embargo todo este trabajo de pulimento y limpieza del cristal del corazón del sufi no es para su beneficio propio, sino para que pueda reflejar la Luz Divina.

«La vela no está allí para iluminarse a sí misma»

Nawab Jan-Fishan Khan

Si hay una verdad central que el sufismo distingue, es la UNIDAD DEL SER, el hecho de que estamos integrados con lo Divino. SOMOS UNO: una comunidad, una ecología, un universo, un Ser. Si es que hay una verdad digna de ese nombre, es que formamos un todo con la Verdad, que no estamos separados de ella. La comprensión de esta verdad tiene efectos en nuestro sentido de quienes somos, en nuestra relación con los demás y con todos los aspectos de la vida. El sufismo tiene que ver con la comprensión de la corriente de amor que corre a través de toda forma de vida, con la UNIDAD detrás de todas las formas conocidas y desconocidas por la humanidad

© Nonirb

Ven, ven, quien quiera que seas:

Trotamundos, fiel, amante del amor:

¿Qué importa?

Nuestro camino no es de desesperanza.

Ven, aun si has roto tus promesas

cientos de veces:

Vuelve, ven de nuevo, ven.

Jelaluddin Rumi

Para los sufis toda la humanidad es UNA sola, no existe ningún tipo de división ni horizontal ni vertical y no existen seres diferenciados. No existen cosas diferenciadas o separadas salvo en apariencia y a un nivel de superficie. En su núcleo, en su nivel más fundamental solamente existe una sola cosa: LA UNIDAD, o la Realidad Absoluta, EL UNO. Aquello que toma muchos nombres y que algunos designan como Dios, Allah, El Universo, la Vida, La Información Central del Universo, El Vacío, La Nada, El Todo, etc. El nombre que se le asigne a esta Realidad no tiene relevancia pues todos estos conceptos apuntan hacia una misma y única dirección.

La práctica del sufismo lleva a la reducción del nafs (parte más densa del ego o falsa personalidad) a su mínima expresión, y por lo tanto a la manifestación plena de nuestra esencia o Ser Real, lo cual facilita el acceso directo a percepciones reales de la Verdad, que surgen en la experiencia personal de cada quién. En este sendero se va refinando el ego, deshaciéndonos de sus limitaciones y enalteciendo nuestros talentos Cuando en sufismo se habla de la reducción del ego hay que entender que sin un ego no podemos interactuar en este plano material. Es necesario para nuestra supervivencia. De lo que se trata es de ponerlo a nuestro servicio y no seguir siendo su sirviente.

El sufismo está basado en la Armonía, la Belleza y el Amor. Para estar unidos con el UNO, con Dios y Su Creación, que son una misma e indefinible cosa, nos ocupamos entonces de limpiar nuestro corazón de todo lo que signifique ego o autoengaño.

Los sufis no tienen jerarquía distinta al crecimiento espiritual o desarrollo de conciencia. No tienen dogmas ni doctrinas. Para ellos el camino se hace en el mundo, entre los hombres, y nada hay más valioso que las relaciones, especialmente las complejas. No tiene mucho mérito ser imperturbable si a tu lado no hay nadie que perturbe. Cuando se reúnen varios sufis, el más avanzado enseña si esa es su misión, y él sabe perfectamente si lo es o no. Los demás también. Brota así, espontáneamente, la función del maestro, a quien se acata, se respeta, pero ante todo se ama porque nos muestra un ideal. No se da pues en el sufi la condición de maestro sin la capacidad de enseñar, y con ésta viene aparejada la de amar, que da al maestro la agudeza perceptiva de los sentidos físicos, afinados en grado sumo, y el desarrollo de otros sentidos superiores latentes en cualquier hombre.

Los ejercicios espirituales sufis, las prácticas, son de una variedad amplísima y dependen siempre de las condiciones de tiempo, modo y lugar, pero aún más de la capacidad actual del discípulo o aprendiz y/o su estado de desarrollo de conciencia. Pueden consistir en prácticas como ciertas respiraciones, mantras o wazifas (hablados o cantados), danzas, música y muchos cuentos o historias.

«Sufi es alguien quien AMA y RESPETA toda la creación del universo. Y Sufismo es la Luz Brillante que resplandece en el Corazón de aquellos quienes AMAN y RESPETAN.»

ANANDA

QUÉ ES EL SUFISMO

“El Sufismo es generalmente aceptado como la dimensión mística del Islam”

“Es caminar con los pies del Amor desde uno mismo hacia Dios”

“Es conocimiento de la UNIDAD con Dios”

“Es estudiar y meditar sobre los misterios de la UNIDAD DIVINA”

¿Cómo explicar el aroma íntimo de una flor, de un perfume? ¿Cómo definir el sabor de un alimento exquisito?

Sufismo es esencia, es degustación. Es experiencia total de instante en instante, cualquiera sea el grado de su realidad. Y todo lo que tiene a la experiencia por fuente es inefable, intransferible. Es puro silencio.

El sufismo es, por su naturaleza misma, tan inaprensible como un curso de agua cristalina o como la brisa leve que mece las rosas del jardín, ¿de qué manera retenerlo hasta que nuestra mente, torpe e insegura, lo capte en beneficio de nuestro corazón?. Así como el cauce del río contiene sus aguas y de alguna manera las moldea, y en los tallos y en los pétalos de las flores el viento se detiene una y otra vez, así una comunidad y un maestro sirven de soporte a la gnosis trascendente, tomando la brisa y el agua en hálitos de vida. De esta manera la «tariqah» – la Vía del aspirante a sufi, que de la periferia parte en peregrinación hacia su propio centro – se torna inteligible, y sus frutos van madurando en el seno de un proceso de múltiples cuidados, de incontables singularidades, donde el alma va perdiendo, poco a poco, sus adherencias sombrías en la medida que se va purificando y revistiendo de luz.

No hay sufismo sin Islam, ya que ser sufi es haber arribado al grado más eminente del modo de vida islámico – exterior e interiormente -: la «sunnah» del Profeta Muhammad (saws), que como supremo ejemplo para el verdadero creyente, el «mu’min», indica el sendero recto del retorno a Allah. Puede afirmarse que el Sufismo es la metafísica del Islam, su secreto más precioso; el secreto de su secreto. Dijo el Profeta Muhammad (saws):»El Corán tiene una apariencia externa y una profundidad secreta; un sentido exotérico (Zahir) y otro esotérico (Batin); a su vez ese sentido esotérico encierra otro sentido esotérico y así sucesivamente, hasta siete sentidos esotéricos». Este «hadiz» (tradición profética), y otros de contenido semejante, constituyen una de las fuentes donde se alimenta la genealogía espiritual islámica. El Sagrado Corán, único milagro reconocido por la tradición islámica, es la fuente de todos los manantiales donde abrevan las comunidades del “tasawwuf”

Seguir el camino sufi implica un esfuerzo de todo el ser, una ascesis donde el hombre compromete todo lo que él es, en tanto que individuo, pues la meta a alcanzar es la más alta, la más excelsa a que pueda aspirarse: el Conocimiento de Allah.

El conocimiento de la UNIDAD DEL SER conlleva una concentración superior, una profundización de las formas religiosas. En esta instancia el aspirante debe acudir a maestros o guías que hayan llegado a ese elevado conocimiento interior y, de serle posible, hacerse admitir por ellos.

De su mano deberá estudiar y meditar sobre los misterios de la UNIDAD DIVINA, tratará de comprender los significados más elevados de Sus Nombres y Atributos, a la vez que se esforzará por afianzarse en el «din»-modo de vida correcto- que de una manera práctica pasará a ser para él una fuente de inspiraciones.

La meta final es llevar al hombre desde su estado de sueño hasta alcanzar la certidumbre de que ningún concepto, ninguna idea, ninguna definición, o Nombre, o Atributo puede describir, limitar o expresar a Allah, y que él mismo, como criatura, sólo es un canal a través del cual Allah Se reconoce, Se exalta y Se glorifica a Sí Mismo como Único testigo del Acontecer Universal. Entonces, cuando ya nada en absoluto pueda atribuirle a su Señor, y es Allah Quien ve por sus ojos, habla por su boca y escucha por sus oídos, sólo entonces el hombre sabrá que ha alcanzado la cima del conocimiento del Tauhid.

www.jerrahi.org.ar

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Fuente: Textos recopilados de las páginas web Luz de Ilunum y Sieteluces, además de los canales de youtube Luz de ilunum y Editorial Sieteluces, textos propios y/o recopilados por el escritor e investigador José Antonio Iniesta Villanueva.