La luz se manifiesta y disuelve la quimera, las dudas de tantos años y ese poso de amargura que siempre sabe a tierra sucia. Vendrá un tiempo anunciado de sedimento de armonía, de paz y mansedumbre como nunca se vio en el pasado, allá donde se reclina el alma para descansar después del arduo trabajo de tanto tiempo. Pues la auténtica esperanza no la quiebra una punzada de lanza, ni la desgarra la espada del sortilegio de la guerrilla urbana. No hay violencia ni desaliento, ni zozobra ni caída, capaces de acabar con este aliento de vida que está forjado a fuego con el compromiso de una más que intensa existencia.
Voy a seguir creyendo en el vuelo en libertad de los pájaros, que fluyen con valentía en brazos del destino. Después de todo, la nieve sigue cayendo al tiempo que encierra en su manto acristalado el misterio de la geometría sagrada de sus copos blancos. En todo hay encierro y laberinto cuando llega el engaño, y al mismo tiempo ventanas infinitas para mirar al otro lado, arrancando la venda de un manotazo y abriendo los ojos para seguir creyendo en el mañana.
Que cada uno elija el camino que le corresponde, sea al cielo o al más profundo abismo, pues el libre albedrío es un regalo supremo que no hay que despreciarlo, así que ya se pueden abrir los caminos de las líneas del tiempo para que cada uno viva o muera como le apetezca.
Por mi parte, entre todas las gaviotas, elijo a Juan Salvador para buscar alturas que nadie se atreva a alcanzarlas, que el misterio está a la vuelta de la esquina y es siempre un prodigio cuando se mira con los ojos de un niño y el espíritu acrecentado de quien ya ha probado los más sabrosos elixires de la vida.
Seguiré navegando por mares bravíos, por más olas que se levanten como muros del templo de Salomón en brazos de Neptuno, y buscaré un sueño prometido en lo más profundo de una selva que me espera desde la oscura y remota noche de los tiempos.
Y en esa felicidad de ser diferente a cada instante hallaré el consuelo que se ofrece cuando sale el sol entre las nubes y dejan de existir los días grises. En un lecho de orquídeas se recuestan mis sueños para que se hagan realidad algún día…
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Fuente: Textos recopilados de las páginas web Luz de Ilunum y Sieteluces, además de los canales de youtube Luz de ilunum y Editorial Sieteluces, textos propios y/o recopilados por el escritor e investigador José Antonio Iniesta Villanueva.
