Quiero seguir mirando al mundo para que me llene de sorpresas y renueve el brillo de los ojos sin necesidad de tener que abrillantarlos con lágrimas. En todo hay suprema conciencia y un misterio velado para descubrirlo cuando menos se espera. El prodigio está agazapado a la vuelta de la esquina, debajo de un ladrillo, en el precario asidero donde un gorrión se posa para adentrarse en su nido. En todo veo gloria si la mirada está limpia y despejada, si no se le ha agarrado esa herrumbre pegajosa que dejan los lamentos que se reproducen por las calles como animales en celo.
Todo está en el latido del corazón, en el ritmo de su alegría, en las ganas de vivir por más que el destino nos flagele con un látigo de siete colas. La bruma de la desolación se disuelve en ocasiones con un suspiro, si es el amor del alma el que hace que surja de lo más hermoso de la pura conciencia.
En todas partes hay ramillete de flores, el vuelo de alguna golondrina en primavera, el terciopelo de todos los colores de las rosas y una mariposa como prodigio de la naturaleza que hilvana la belleza entre las costuras de las nubes más espesas.
Que el viento me traiga el aroma de los claveles, que un frondoso tejido natural de azucenas me endulce los sentidos hasta que me sienta cautivado y embriagado de tanto desarrollar esta asombrosa costumbre de estar vivo.
Que el rubor de mis mejillas sea el rojo de las amapolas y que el verde de mis ojos se extienda en lontananza para todo aquel que quiera compartir conmigo el color de la sanación y la esperanza.
Hay gloria a manos llenas para repartirla e iluminar el día de los que quieren sonreírle a la vida, pues la existencia es un cofre de los tesoros para llenarlo con la pura felicidad que no cuesta ni un céntimo, que bulle por todas partes cuando sabemos escuchar el refinado canto de una infinita melodía.
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Fuente: Textos recopilados de las páginas web Luz de Ilunum y Sieteluces, además de los canales de youtube Luz de ilunum y Editorial Sieteluces, textos propios y/o recopilados por el escritor e investigador José Antonio Iniesta Villanueva.
