Experimentando en mis sentidos el contraste entre un mar de plástico con unas proporciones tan gigantescas que hasta se puede ver desde el espacio y la belleza inexpresable de una costa en la que los sedimentos marinos se mezclan con la lava solidificada de los volcanes, llegué hasta la salvaje costa de Almería, que todavía recuerda los navíos de antiguos de navegantes, el alarido de abordaje de fieros piratas y los cantos de sirena a través de las gargantas de las focas monje.
Hasta la arena gris y cenicienta de una cala recóndita llegué para volver a sentirme, por enésima vez, un prófugo del mundanal ruido entre los escasos bañistas que alcanzaron ese abrazo de roca que se desgranaba minuto a minuto, olvidándose, aunque fuera por unos momentos, del cruel zarpazo de una pandemia que está diezmando sin cesar la población del planeta.
Al ver aquel peñón aislado, como roca varada en un viaje de la eternidad, sin movimiento alguno, atalaya que reclamaba a gritos un eremita, no pude evitar encaramarme como pude para llegar hasta lo más alto y quedarme allí, liberado por la belleza del entorno, haciendo con las manos los mudras que me conectaran con el Infinito.
Me sentía como Simeón el Estilita, el santo asceta que nació en Cilicia a finales del siglo IV, el ermitaño que vivía en lo alto de una columna, el anciano místico que hizo único, como tantos otros a lo largo de la historia, esa vieja norma de darse al mundo sin estar en presencia de los seres humanos, del “vivo sin vivir en mí”, en la búsqueda de un silencio que parte de uno mismo.
Nunca imaginé cuánto me apartaría del mundo esa vieja roca, erosionada por el viento, el sol, el azote de tantos y tantos oleajes, más de lo que nunca podría haber imaginado en el primer momento en que la vi, capaz de quebrar una línea de tiempo ese intento de ser yo mismo, de afrontar el peligro de una caída, de sentirme diferente y, como siempre, más allá del tiempo y del espacio.
Foto: Ariadna Iniesta Sánchez.
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Fuente: Textos recopilados de las páginas web Luz de Ilunum y Sieteluces, además de los canales de youtube Luz de ilunum y Editorial Sieteluces, textos propios y/o recopilados por el escritor e investigador José Antonio Iniesta Villanueva.