Ave Fénix
Poemas de la esperanza contra el coronavirus
XLII
4 de mayo de 2020
Cuando la poesía nace de uno mismo
Viene bien de vez en cuando
el dulce beso del olvido,
el que nos borra para siempre la memoria
de tanto dolor como hemos sentido.
Para ello hay que nacer de nuevo,
flexible y firme como el junco
en el embravecido lecho del río,
cuando los remolinos del agua
son tan intensos como los azares de la vida.
Y en esa danza interminable,
al agitarse sin que nada te hiera,
recuerdas que cada uno es dueño
del futuro resultado de sus actos.
Que me abrace el agua que acaricia,
la que lleva poemas del pasado
en el abrazo invisible de la brisa,
porque allí es donde uno se adormece
y recupera su condición verdadera
del niño que no entiende de batallas.
Ahí la melodía de los duendes
se escribe cada mil años
en el envés de las hojas
que los remolinos se llevan a la nada,
para ser guardados eternamente
en las bibliotecas de la memoria secreta.
Cuando la poesía nace de uno mismo
se convierte en un misterio que nadie descifra
y se preserva en lo más sagrado del alma.
Fuente: Textos recopilados de las páginas web Luz de Ilunum y Sieteluces, además de los canales de youtube Luz de ilunum y Editorial Sieteluces, textos propios y/o recopilados por el escritor e investigador José Antonio Iniesta Villanueva.