Una profunda reflexión
José Antonio Iniesta
Quisiera transmitir unas palabras que vienen de una mirada a lo más profundo de mi ser, a los sucesos para los que a veces, casi nunca, existen ojos que sepan ver.
Hoy me he levantado con esa necesidad de reflexionar profundamente sobre lo que le está sucediendo a la Humanidad sin que ésta se dé cuenta.
No es una cuestión histórica, ni social, es algo que el común de los mortales encuadra en el concepto de lo imposible. Lo imposible…
¿Existen los milagros, los seres de luz, un plan cósmico para la Humanidad? Rotundamente sí. Ciertamente sí. Categóricamente sí.
Quiero decir que me siento desbordado, abrumado, sobrecogido, tentado a enmudecer para siempre y callarme del todo, ante la magnitud de lo que he comprobado que es cierto, empíricamente, hasta la saciedad. No importa que haya muchos millones de seres incapaces de comprenderlo. El Tiempo es la medida de todas las cosas. Hay más tiempo que vida…
He dedicado toda una vida a descifrar el Misterio, con mayúsculas, al que supe que estaba destinado cuando apenas me tenía de pie, y gateaba por el suelo (recuerdo lo que sentí en aquel momento, como si fuera hoy mismo, mientras metía los dedos en el agujero de una chimenea, al comprender, cuando ni siquiera tenía un año de vida, que había venido a descifrar misterios). Así que, quitándole unos pocos meses a mi edad, todo el resto de mi existencia he sabido para qué había venido a este mundo.
Desde entonces, el torbellino de la vida me ha llevado a mil mundos, no sé cuántas dimensiones, incontables comprobaciones de que lo que vivimos es apenas un espejismo comparado con lo que realmente existe en el Cosmos. Vivimos dormidos en una burbuja de un Gran Experimento.
En los últimos días, especialmente desde que regresé de Estambul, de nuevo se han removido todas las estructuras mentales que había creado en los últimos años. Cuando parece que levanto un edificio hay que arrancar los cimientos y comenzar de nuevo. No perece lo anterior, ni mucho menos, ni se contradice lo nuevo con lo viejo necesariamente, sino que el nuevo proyecto gana en magnitud. Los diseños siguen estando, y son viables, pero apenas tienen sentido cuando el nuevo holograma refleja la gran construcción que ha de levantarse. Incluso ésta que ahora edifico habrá de venirse abajo algún día para dar lugar a otra más sorprendente, inconcebible en este momento. Así ha de ser el proceso de cada ser humano…
Sólo habita en mí ahora el compromiso y la sinceridad, así que vamos… Adelante…
He llegado tantas veces a rebasar los límites de lo que consideramos imposible, de ver tantas cosas que escapan a los esquemas de la razón humana, que me he preguntado una y mil veces por qué tanto regalo, por qué tanto milagro servido en bandeja, aunque para llegar hasta él realmente tuviera que recorrer caminos que no están dibujados en ningún plano.
Con toda la grandeza de lo que nadie podrá jamás arrebatarme, empecé a sentir la perplejidad, la absoluta perplejidad, al descubrir que cuando pensaba que había alcanzado lo más grandioso que puede conocer un ser humano, venía algo más impresionante todavía, y así por siempre. Desconcertado, descubrí que este milagro de la vida nos conduce hacia el Infinito.
Mi mirada cambió al descubrir que existían otros mundos, otros seres, otras dimensiones, niveles de conciencia impensables hoy en día, tecnología que no podríamos imaginar ni en sueños. Y sin embargo, siempre había algo que me atormentaba: mi incapacidad de comprender que merecía algo tan hermoso, algo tan grandioso. Siempre he llevado esa losa a cuestas. ¿Por qué yo, un ser tan insignificante, en la inmensidad del Cosmos, he cruzado al otro lado tantas veces para ver todo esto? ¿Por qué yo, que siempre quise la sencillez de la naturaleza, el vivir lejos del mundanal ruido, el pasar absolutamente desapercibido, tengo que abrir tantas puertas para contar al mundo lo que hay al otro lado?
Es extraña la soledad del viajero, el que recuerda que lleva toda una eternidad explorando mundos, por más que se sabe acompañado de tantos seres humanos especiales, de tantas miríadas de seres de luz en los más diversos planos de las distintas realidades.
Es difícil vivir con un millón de secretos que desean gritarse para que el mundo se dé cuenta de una vez por todas de que esto que percibe como realidad apenas es una ínfima parte de la Totalidad de lo existente.
En los últimos días me siento más desbordado de la cuenta, realmente abrumado, con esa sensación de la eclosión inminente, del cambio, el enésimo cambio, en esta transformación que realmente no sé a dónde me conduce, pues me produce vértigo mental, vértigo físico, vértigo espiritual, descubrir que existe un camino que es sencillamente Infinito.
Un plan que avanza a una velocidad de vértigo.
Quiso el destino que increíbles situaciones, todas ellas sorprendentes, me fueran poniendo en contacto con una interminable red de seres humanos, hombres y mujeres muy especiales de todo el planeta, que son auténticos sensores de lo que está sucediendo en la Tierra, eso que algunos llaman el cambio de paradigmas, o la Ascensión, o el salto cuántico, o el final del gran ciclo pleyadiano.
Eso ha hecho posible en estos años convertir mi trabajo en una inmensa centralita que recibe incontables mensajes, la más variada información, del planeta. Todo ello me permite decir ahora, sin rodeo alguno, que el cambio de frecuencia se está produciendo a una velocidad de vértigo, que incluso el concepto de realidad que atribuimos a nuestra vida se ha transformado por completo. Ya no es el mundo como lo era hace unos años, y no me refiero a nada que tenga que ver con lo social, sino con la pura vibración de este planeta y de cada una de las personas que lo habitan. Ni el Tiempo, o la percepción que tenemos del Tiempo, es siquiera el mismo…
Lo que podría causarme turbación hace años, un fuerte impacto emocional, ahora llega diariamente, o varias veces en un mismo día, o varias veces en una misma hora, o varias veces en un mismo minuto…
Realmente estoy desconcertado…
Desde todos los rincones del mundo, de seres que no se conocen entre sí, llegan las mismas confirmaciones: que la consolidación de la masa crítica (un porcentaje de personas con un nivel de conciencia capaz de transformar al resto) cada vez está más cerca; que se van a producir sucesos maravillosos (para quienes tengan la voluntad y la capacidad de verlos) que nos van a estremecer de los pies a la cabeza; que la Tierra y el sistema solar al completo se están transformando a pasos agigantados, preparándose para el gran cambio, que ya es inminente, que ya se está produciendo, que ya es presente.
Es tanto lo que me llega cada día que en gran medida me preocupa esa sensación de impotencia a la hora de dar la información de cada uno de los sucesos. Sencillamente soy un ser humano, con un solo cerebro y dos manos… Muchos de estos mensajes no serían creídos, otros están en proceso de elaboración, de comprensión. Los hay también que sencillamente son inexpresables.
Pero hay algo absolutamente cierto: no estamos solos. Lo que está sucediendo va más allá, muy por encima de lo que hemos visto hasta el momento en cualquier película de ciencia-ficción. Me recuerda, siempre me recuerda, lo que está sucediendo, a la trilogía de Matrix. Si hay una referencia cercana en mi conciencia es ésa. Pero incluso eso, es sólo como una alegoría…
Lo que preparo para que sea conocido por todos en los próximos años sencillamente me desborda. Por eso pienso a cada momento que es tan poco tiempo una entera vida para hacerlo…
La tecnología de la luz para el futuro.
Uno de los descubrimientos más sorprendentes que he hecho en los últimos años ha sido conocer cómo se están preparando ciertos seres humanos (a través de la información que llega de otros planos, de seres no humanos) para desarrollar la más variada “tecnología de la luz”.
No son los que salen en los grandes medios de comunicación provocando vergüenza ajena a los verdaderos sensitivos y a los dignos investigadores o difusores de cualquiera de estos temas. Son seres anónimos, o pocos conocidos. Algunos de ellos, por decisión personal, nunca serán conocidos. Sólo han venido a servir, no a ser admirados.
Los diseños, las instrucciones, los procesos de estas máquinas que no son máquinas, de estos transmisores de energía que nada tienen que ver con cualquier cosa que imaginemos, son sencillamente estremecedores por su simplicidad. El tiempo del futuro irá de la complejidad a la sencillez, a una palabra que tendrá el valor de un millón de palabras de las de ahora. La tecnología más poderosa, de un incalculable poder, podrá llevarse en un bolsillo, en una mochila, en una maleta. Y lo más grandioso es que será gratis, porque cualquier persona la podrá elaborar cuando desee, o de muy fácil alcance, porque costará lo que cuesten los escasos materiales con los que va a ser construida.
¿Te imaginas un libro que pueda ser en realidad una puerta dimensional, un gran ordenador a través del cual se puedan encontrar todas las respuestas, más allá de lo que aparece en el papel que toques con tus manos? ¿Te imaginas unos símbolos que sencillamente colocados junto a un recipiente de agua la puedan transformar para ayudarte en tu vida de mil formas distintas? ¿Te imaginas unos trozos de papel o cartón y unos cuarzos con la capacidad de hacerte viajar por el Tiempo?
Sé que parece impensable esto, lo sé, como sé que no sólo existirán en el futuro, sino que ya existen en el presente. He visto esta tecnología, la he tocado, he experimentado con ella. Y como yo, muchas otras personas…
A veces los milagros no pueden verse porque tienen una apariencia muy sencilla. En una sociedad de candilejas, lo que tiene luz propia puede llegar a pasar desapercibido.
Nadie sabe lo que será el mundo dentro de un instante.
Mi agradecimiento es eterno, pues ya hace mucho tiempo que vi más de lo que nunca hubiera imaginado, y sin embargo, este cielo generoso e inmenso, al que serviré por siempre, tiene nuevos regalos en cada momento. Sólo espero que el ser humano emprenda el camino del Misterio para recordar que siempre le fue prometido este servicio a sí mismo, que la propia Luz sirve al ser humano, como el ser humano ha de servir a la Luz. Si realmente supiéramos lo que el Creador nos ama, cuánto nos da a cada momento, lloraríamos de pesar por todo cuanto hemos ignorado, por lo que hemos olvidado, rechazado, perdido, habiendo estado siempre a nuestro alcance.
En cualquier momento sucederá todo lo que tenga que suceder, tan intensamente que ninguno de nosotros estamos realmente preparados para asimilarlo de todo. Pero sea lo que sea, lo recibo con inmensa esperanza, porque sé que será lo más apropiado para la Humanidad en su conjunto. No me queda la más mínima duda.
Nunca como hasta ahora he sentido más esperanza de futuro, porque ahora sé que nada es imposible. Ahora sé que todo lo que soñé desde que era un niño, con los ojos abiertos, se ha hecho realidad. Nada que deseemos de verdad, y que se corresponda con nuestro proceso espiritual, es imposible.
Lo que ahora escribo es más parte del silencio que de la palabra, pues aunque contara un millón de historias que vienen de camino, no servirían de nada si cada una de las personas no las vive en su interior. Sólo hay que ver la percepción tan limitada que existe de este mundo, habiendo tantas otros que son inconcebibles de momento. ¿Para qué hablarle de ellos a quienes no los han visto, a quienes no saben que existen? Pero sí es importante abrir un camino de esperanza, animar a los demás a que se atrevan a recorrerlo, para que cada uno, por sí mismo, descubra lo que hay al otro lado.
Hay sin embargo, en esta reflexión, claves profundas de lo que quiero transmitir, sin decirlo claramente, para aquellos que realmente serán los únicos con capacidad de comprenderlo.
Recuerda que te dije que los milagros existen… Recuerda que te conté que incontables seres de luz están trabajando incansablemente, a cada momento, para ayudar a la Humanidad en un proceso crucial, el que ahora vivimos. Recuerda que te expliqué que todo lo que imaginemos está a nuestro alcance. Con eso es suficiente…
Fuente: Textos recopilados de las páginas web Luz de Ilunum y Sieteluces, además de los canales de youtube Luz de ilunum y Editorial Sieteluces, textos propios y/o recopilados por el escritor e investigador José Antonio Iniesta Villanueva.