Nota periodística publicada en GUADALAJARA, JALISCO, MEXICO.
Hombre de sanación
8-Oct-03
Desde que tenía seis años, este chiapaneco supo que tenía el poder de sanar los males de otros. Entonces asumió sus capacidades como un compromiso con la vida.
Don Lauro
Monje maya y tibetano
Se define como alguien que está al servicio de la comunidad. Sus seguidores aseveran que donde entra se percibe el amor, el desapego a las cosas materiales. Nada de conductas preestablecidas. Simplemente dar curso a la vida. Quien viera a luz primera hace 36 años en Chiapas señala que desde los seis años se dio cuenta de que tenía ciertos dones, que la comunidad reconoció y más tarde el Consejo de Ancianos y Ancianas. Fue así como recibió una formación especial y el encargo de velar por la naturaleza, las plantas, las piedras y todo ser viviente.
Estuvo en el Tíbet, en donde recibió una educación que le permitió aprender a curar a sus semejantes: jamás podrá utilizar esos dones para curarse él.
Soy un sacerdote maya nombrado por mi comunidad. Es un trabajo pesado, es ir traspasando al Consejo de Ancianos y Ancianas que son quienes eligen. No es que yo diga quiero ser esto o lo otro. Es la gente la que lo propone a uno, y como hombre de sanación va adquiriendo rangos.
Es toda una transformación de respeto a la naturaleza. Es así como va uno subiendo de rango ante toda la sociedad. Ante la comunidad. Como hombre de medicina no importa tanto la edad sino los conocimientos, la sensibilidad que uno tenga. Se nace con ciertas habilidades, como el conocimiento de la medicina. La otra es a través de los frutos de los hechos y de las realidades.
Tuve una formación que me ayudó a conjuntar lo maya con lo tibetano. Estoy recorriendo el país tratando de hacer conciencia en la gente de cuidar la naturaleza, de cuidarnos unos a otros. De empezar a darnos más amor. No sólo hablarlo, sino vivirlo desde el corazón.
Don Lauro vino a Guadalajara a sanar a la gente que acudió a él, más de 500 en dos tardes, no sólo de enfermedades físicas, también psicológicas. Su labor la realiza a través del canto, la danza y el trabajo cósmico. Recuerda que en sus primeras visitas a Guadalajara, invitado por grupos preocupados por salvar el lago de Chapala, se realizaron varias sesiones de oración, de canto y danza alrededor del mismo y ahora está viendo sus frutos. El lago se está recuperando.
Asevera que México es la catedral del chamanismo. Aunque la palabra correcta sería del mayalismo. Esto nos lleva a dos niveles sagrados: el lado oscuro y el lado blanco, es decir, que así como hay sacerdotes de medicina, hay sacerdotes de la oscuridad. Lo que buscamos es esa naturaleza y tampoco están peleados entre sí como mucha gente piensa. Existe un respeto mutuo como seres pensantes, y como seres de poder de canalización de energía de ver lo oscuro, ver lo blanco para poder hacer la transición. Esa transición que nos sirve para entrar al campo de la medicina.
Las funciones principales de los sacerdotes como don Lauro son armonizarse y servir de canal para armonizarnos con el medio ambiente, y los que manejan la energía de la oscuridad generalmente se enfocan para la destrucción, para provocar alguna enfermedad o algún daño.
Hay hombres de sabiduría como don Lauro, que conocen ambas partes, pero él decidió hacia dónde enfocarla. Quienes optan por manejar ambas energías son lo que se conoce como hechiceros, pero dejan de ser curanderos u hombres de sanación.
Don Lauro no intenta desbancar o suplir a la medicina alópata, por el contrario: tratamos de complementar, de ver las dos realidades. Para mí las dos son buenas. No se trata de entrar en competencia. Creo que ambas pueden ayudar mucho a la humanidad.
Don Lauro viajará en breve a España invitado a dar talleres de sanación de energía, canto, danza y oración. Mi compromiso mayor es con mi vida y después con la gente, con la comunidad, el cuidado de las plantitas, de las rocas, de los lagos, los ríos, de la gente. Es importante salvarse primero uno para poder salvar a los demás. Si todos hacemos conciencia en estos momentos oscuros, podríamos volver a la luz. Porque de eso se trata en estos momentos. Se necesita mucho amor, hoy, mañana y siempre.
Parte de la tarea que él tiene, que le nace del corazón, es nunca poner en conflicto ni las medicinas, ni las tradiciones. Siempre está tratando de ver la unidad, por ejemplo la que hay en la visión entre Oriente y Occidente. En ver qué es lo que nos identifica, más que hacer énfasis en lo que nos divide. El estar viendo cuál es la esencia, la unidad y el respeto de las distintas tradiciones; sus modos de sanación y curación; y siempre termina con una frase maya que se traduce en: todos, un solo corazón.
Texto: Alicia Yolanda Reyes
Fuente: Textos recopilados de las páginas web Luz de Ilunum y Sieteluces, además de los canales de youtube Luz de ilunum y Editorial Sieteluces, textos propios y/o recopilados por el escritor e investigador José Antonio Iniesta Villanueva.