FILOSOFÍA TAOISTA DEL LIBRO «LA ALQUIMIA DE LAS ALQUIMIAS»

FILOSOFIA TAOISTA



Del libro “La alquimia de las alquimias”

De AON

Todos los seres humanos sin excepción, desde el más humilde al más ilustre, todos, absolutamente todos, tenemos en lo más hondo de nuestra humanidad un incalculable potencial subyacente, una inmensa capacidad latente, inagotables facultades dormidas, maravillosos dones por despertar, una enorme maestría por expresar, un arte sublime que reflejar, una extraordinaria sabiduría para madurar y compartir, una conciencia eterna que se ha de concienciar, un espíritu inmortal con el que identificarse, una esencia primordial fusionada (UNIDAD) con la existencia infinita, un profundo sentimiento amoroso por la vida, una hermosa naturaleza interna para dar a todos en agradecimiento por semejantes regalos que el universo nos ha obsequiado… y la alquimia interior sólo intenta actuar como el medio por el cual percatarse de todo esto, por el cual poder darle el verdadero valor al sentido de Ser, y también, como un medio para aprender el modo de manifestar este incalculable potencial subyacente.”

del libro “La Alquimia de las alquimias” de Aon
~ Conceptos Primarios de la Ciencia Psíquica ~

Fundamentos del Taoísmo

El Taoísmo establece la existencia de tres fuerzas: una positiva, otra negativa y una tercera, conciliadora. Las dos primeras se oponen y complementan simultáneamente entre sí, es decir que son interdependientes de manera absoluta y funcionan como una UNIDAD. Son el Yin (fuerza negativa/sutil, femenina, húmeda…) y el Yang (fuerza positiva/concreta, masculina, seca…). La tercera fuerza es el Tao, o fuerza superior que las contiene. (véase Yin-yang)

El significado más antiguo que existe sobre el Tao dice: «Yi Yin, Yi Yang, Zhè Wei Tao», es decir, «un aspecto Yin, un aspecto Yang, eso es tao».

Puede ejemplificarse esta concepción a partir del significado de las palabras: «Yang» literalmente significa la ladera luminosa (soleada) de la montaña, y «Yin» la ladera oscura (sombría) de la montaña; entiéndase la idea de montaña como símbolo de «UNIDAD».  Así, aunque representan dos fuerzas aparentemente opuestas, forman parte de una única naturaleza.

La igualdad entre las dos primeras fuerzas entraña la igualdad de sus manifestaciones consideradas en abstracto. Por ello el taoísta no considera superior la vida sobre la muerte, no otorga supremacía a la construcción sobre la destrucción, ni al placer sobre el sufrimiento, ni a lo positivo sobre lo negativo, ni a la afirmación sobre la negación.

Las cosas cotidianas e insignificantes tienen un significado mucho más profundo del que nosotros le damos.

El gran taoísta Lin An define así «el camino de la felicidad»:

La gran mayoría de las personas qué vacía y mal se siente,

porque usa las cosas para deleitar su corazón,
en lugar de usar su corazón

para disfrutar de las cosas.

El Tao es «simplemente» algo que no puede ser alcanzado por ninguna forma de pensamiento humano. Es así que casi en su inicio el Tao Te King reza:

El tao que puede ser denominado tao
no es el verdadero Tao…

Tao Te King

Para este algo no existe nombre. Dado que los nombres derivan de experiencias; finalmente, y por necesidad de ser descrito o expresado, se lo denominó Tao, que significa «camino» o «sendero» (recto o virtuoso) que conduce a la meta.

Cuando Lao Tse habla del Tao procura alejarlo de todo aquello que pueda dar una idea de algo concreto. Prefiere encuadrarlo en un plano distinto a todo lo que pertenece al mundo. Porque el Tao «es» como el espacio vacío para que se manifieste el TODO.

«Existía antes del Cielo y de la Tierra», dice, y, efectivamente, no es posible decir de dónde proviene. Es madre de la creación y fuente de todos los seres.

El tao engendró la UNIDAD..

La UNIDAD dio origen a las dos facetas
las cuales dieron el ser a la triada

Y la triada produjo los diez mil seres.

El Tao tampoco es temporal o limitado; al intentar observarlo, no se lo ve, no se lo oye ni se lo siente. Es la fuente primaria cósmica de la que proviene la Creación. Es el principio de TODOS, la raíz del Cielo y de la Tierra, la «madre» de TODAS las cosas. Mas, si intentamos definirlo, mirarlo u oírlo, no sería posible: el Tao regresa al No-Ser, ahí donde es insondable, inalcanzable y eterno.

Todas las cosas bajo el Cielo gozan de lo que es, lo que es surge de lo que no es y retorna al No-Ser, con el que nunca deja de estar ligado.

El Tao del No-Ser es la fuerza que mueve todo lo que hay en el mundo de los fenómenos, la función, el efecto de todo lo que es: se basa en el No-Ser.

El mundo de los seres puede ser nombrado con el nombre de No-Ser y el mundo de los fenómenos con el nombre de Ser. Las diferencias recaen en los nombres, pues el nombre de uno es Ser y el del otro, No-Ser, pero aunque los nombres son distintos, se trata de un solo hecho: el misterio desde cuyas profundidades surgen todos los prodigios.

Al encontrar el camino que conduce de la confusión del mundo hacia lo eterno, estamos en el camino del Tao.

El taoísmo excluye el concepto de ley y lo sustituye por el de orden. Es decir, las cosas son de determinada manera debido a que su posición en un Universo en permanente movimiento les confiere una naturaleza que las obliga a ese comportamiento. Así lo explica Dong Zhongshu, filósofo chino del siglo II a.C:

Cuando se vierte agua en el suelo ésta evita las partes secas y a va hacia las que están húmedas. Si dos troncos se colocan en el fuego, éste evita el mojado y enciende el seco. Todas las cosas rechazan lo que es distinto y siguen lo que es igual.

Del mismo modo, las cosas hermosas llaman a otras cosas en la clase de las hermosas, las repulsivas llaman a otras en la clase de las repulsivas. Esto proviene del modo complementario en que se corresponden las cosas de la misma clase. Las cosas se llaman unas a otras, lo igual con lo igual; un dragón trayendo lluvia; un abanico apartando el calor; el sitio donde ha estado un ejército, llenándose de zarzas… Las cosas, hermosas o repulsivas, tienen todas un origen. Si se cree que construyen el destino es porque nadie conoce dónde está su origen. No hay ningún suceso que no dependa para su inicio de algo anterior, a lo que responde porque pertenece a la misma categoría, y por eso se mueve

.

El Alma Inmortal del Adepto Taoista

Tao es el nombre global que se da al orden natural. El objetivo del Tao es enseñar al hombre a integrarse en la naturaleza, enseñarle a fluir, a integrarse en sí mismo en concordancia y armonía. El Tao no es un creador porque nada en el mundo se crea ni el mundo es creado. Enseñar a compenetrarse con esta naturaleza y armonía de tal modo que llegue a experimentar en su propio cuerpo sus ritmos vitales. Sintonizándose el cuerpo humano mediante una serie de ejercicios con estos ritmos, ganando así serenidad mental y energía física.

A principios del siglo IV a. C. los filósofos chinos escribían sobre el yin y el yang en términos relacionados con la naturaleza.

Observando de la perspectiva del Tao, se ve cómo todas las cosas se elevan, se vuelven grandes y luego retornan a su raíz. Vivir y morir es simplemente entrar y salir. Las fuerzas de la mente no tienen poder sobre quien sigue el Tao. El camino del No-Ser lleva a la quietud y la observación, y conduce de lo múltiple al UNO. Para poder recorrer ese camino hace falta preparación interna. Mediante la práctica espiritual, la perseverancia, el recogimiento y el silencio se llega a un estado de relajación que debe ser tan sereno que posibilita la contemplación del Ser interior, el alma, y así se logra ver lo invisible, escuchar lo inaudible, sentir lo inalcanzable.

Una historia representativa del pensamiento Taoísta sería la siguiente: (Adaptado a partir de «Las religiones del mundo», de Huston Smith)

El caballo de un campesino se escapó. Ante la conmiseración de su vecino, el campesino le dijo: «¿Quién sabe si es bueno o malo?». Y tuvo razón, porque al día siguiente el caballo regresó acompañado de caballos salvajes con los cuales había trabado amistad. El vecino reapareció, esta vez para felicitarlo por el regalo caído del cielo, pero el campesino repitió: «¿Quién sabe si es bueno o malo?». Y otra vez tuvo razón porque al día siguiente su hijo trató de montar uno de los caballos salvajes y se cayó, rompiéndose una pierna. El vecino volvió a mostrar su pesar, y recibió nuevamente la anterior pregunta: «¿Quién sabe si es bueno o malo?». Y el campesino tuvo razón una cuarta vez, porque al día siguiente aparecieron unos soldados para reclutar al hijo, pero lo eximieron por encontrarse herido.

Lejos de una amoralidad o de una moralina latitudinaria, el taoísmo preconiza la armonía, allí está el bien, un absoluto sobre las relatividades. Ésta ética se refleja en el arte.

Al llegar el buddhismo (o budismo) a China se produjo una muy interesante «síncresis», la interrelación entre el budismo y el taoísmo produjo entre otros efectos la escuela religiosa y filosófica budista Cha’ang (sinización de la palabra sánscrita dhyana, que significa: meditación) y , ésta, al pasar a Japón originó el zen.

MEDITACION

EL CÍRCULO INTERIOR

Lao Tzú, dijo:

“Cuando haces que se mueva la luz en un círculo, todas las energías del cielo y la tierra, de la luz y de la oscuridad se cristalizan…”

Tu conciencia fluye hacia afuera -este es un hecho, no hay nada de creencia…Cuando miras un objeto, tu conciencia fluye hacia el objeto…

Por ejemplo, me miras…entonces te olvidas de ti mismo, te focalizas en mí…tu energía fluye hacia mí, tus ojos apuntan hacia mí…Esto es extroversión…Ves una flor y te encanta, te centras en la flor, te olvidas de ti mismo y solamente estás atento a la belleza de esa flor…

Esto lo conocemos bien, nos pasa en todo momento…Pasa una linda mujer y de repente, tus energías la empiezan a seguir…Conocemos este flujo de luz hacia afuera…

Esta es solamente la mitad de la historia, pero cada vez que fluye la luz hacia afuera, vos caes en el fondo, te olvidas de vos mismo…

Y la luz tiene que volver, para que puedas ser tanto el sujeto como el objeto al mismo tiempo, para que te puedas ver a ti mismo…solamente así se libera el auto conocimiento…

Por lo general, vivimos solamente en esta forma a medias -medio vivos, medio muertos…esa es la situación…y de a poco, la luz va fluyendo hacia afuera y no vuelve nunca…te vuelves cada vez más vacío por dentro, hueco…te vuelves un hueco negro…

La experiencia taoísta dice que esta energía que desperdicias en tu extroversión, se la puede cristalizar cada vez más, en vez de gastarse…si aprendes la ciencia secreta de hacerla volver a ti…Es posible; esa es la única ciencia de los métodos de concentración.

Un día, estando enfrente del espejo, prueba un pequeño experimento: estás mirando al espejo, tu propia cara en el espejo, tus propios ojos en el espejo…Esto es extroversión…Estás mirando la cara reflejada, tu propia cara sí, pero es un objeto fuera de vos…Entonces, por un momento, revertí todo el proceso:

Empieza a sentir que la imagen del espejo te mira a vos -no que tú miras la imagen del espejo, sino que la imagen del espejo te está mirando a vos- y vas a entrar en un espacio muy extraño…Prueba por un rato largo, vas a sentirte muy vivo, y va a entrar en vos algo de inmenso poder…Incluso puedes asustarte, porque nunca lo habías conocido antes, nunca viste el círculo completo de la energía…

Aunque no lo mencionan las escrituras taoístas, éste me parece el experimento más simple y que lo puede hacer cualquiera -y además es muy fácil…Solamente párate frente al espejo de tu baño; primero mira la imagen: tú miras y la imagen es el objeto…después, da vuelta toda la situación, revertí el proceso: empieza a sentir que eres la imagen y que la imagen está mirándote…En seguida vas a notar un cambio, una gran energía que llega hasta ti…

Al principio, puede asustarte porque nunca lo hiciste y nunca lo conociste, va a parecerte loco… Puedes sentirte sacudido, puede surgirte un temblor, o puedes sentirte desorientado, porque hasta ahora, estuviste orientado a la extroversión…Tienes que aprender la introversión pero lenta, muy lentamente…Pero se completa el círculo. Si lo haces unos días, vas a sorprenderte de cuanta más vida vas a sentir -solamente un rato frente al espejo, dejando que vuelva la energía a vos, y el círculo se cierra…y cada vez que se cierra el círculo hay un gran silencio…El círculo incompleto crea intranquilidad, en cambio cuando se cierra crea descanso…te centra, y estar centrado es ser poderoso…el poder es tuyo…

Ahora, puedes hacerlo con una rosa, mírala atentamente.  Esto es sólo un rato y después, da vuelta el proceso: ahora la rosa te mira a ti… Va a sorprenderte la cantidad de energía que puede darte la rosa…Lo mismo puedes hacer con los árboles, las estrellas y con las personas…

Lo mejor es hacerlo con la persona que amas…mírense a los ojos…Primero empieza mirando al otro y después empieza a sentir que el otro te devuelve la energía: el regalo está volviendo… Vas a sentirte colmado, vas a sentirte bañado, inundado, lleno de una nueva clase de energía…Vas a rejuvenecer, vas a revitalizarte…

Osho

POESÍA TAOISTA

EL AZUL

El mundo contiene muchas tonalidades:
¿por qué no atesoré más cortinas?

Abra las aguas de su imaginación
y supere todo que sea gris.

Ciérrese los ojos a las nociones terrestres del color
y sienta el océano abrazar.

En las profundidades azules de cada corazón
los mundos frescos están esperando.

Desabroche los cielos despejados en verano
y encuentre la turquesa en sus venas.

Dése vuelta en un zafiro
y permita el azul limpiar
este mundo otra vez.

BAMBU

Saber doblarse sin romperse
y sacudir cuando está temblando la tierra
la sabiduría de bambú es profundo.

Saber cuándo enviar adelante raíces
y energía del foco con
la fuerza de bambú
de los lanzamientos es asombroso.

El crujido de los bambúes
de la audiencia es poesía perfecta
y los pelos de bambú conmovedores
en resorte son última sensualidad

Fuente: Textos recopilados de las páginas web Luz de Ilunum y Sieteluces, además de los canales de youtube Luz de ilunum y Editorial Sieteluces, textos propios y/o recopilados por el escritor e investigador José Antonio Iniesta Villanueva.