COMUNIÓN CON DIOS. EN EL UMBRAL DE LA UNIDAD ESPIRITUAL POR NEALE DONALD WALSH

COMUNIÓN CON DIOS

EN EL UMBRAL DE LA UNIDAD ESPIRITUAL



Por Neale Donald Walsh

Capta tu momento de Gracia

Ahora es el momento de decidir. Es hora de elegir. Has llegado, al igual que toda tu especie, a una encrucijada.

En los próximos días, semanas, meses y años, elegirás cómo quieres que sea la vida en tu planeta, o si deseas que haya vida en tu planeta.

Decidirás si deseas continuar viviendo como si la ilusión que has creado fuera real, o decidirás alejarte de la ilusión, verla como una ilu­sión y utilizarla para experimentar el Cielo en la Tierra, así como la Rea­lidad Máxima de Quién Eres Realmente.

Éste es mi mensaje para el mundo:

Ustedes pueden crear una nueva civilización. Pueden procurarse un mundo nuevo. La decisión es suya. El momento está cerca. Éste es su momento de gracia. Utilícenlo. Aprovechen el día.

Comienza al despertar, viéndote como Quien Eres Realmente, ala­bando todo lo que has sido y todo en lo que te convertirás. Comienza tú por elegir, en este momento de gracia, convertirte en más de lo que has sido o has soñado ser y llegar más allá de tu propio alcance. Recuerda que nada está fuera de tu alcance.

Visualízate como la luz que ilumina al mundo. Declara que eres esa luz. Anúncialo en tu corazón y luego, desde tu corazón, anúnciaselo a to­do el mundo. Que tus actos sean tu anuncio. Llena tu mundo de amor.

Reconoce que eres el salvador que todos estaban esperando, y salva a todos con los que te encuentres, de cualquier pensamiento que hayan tenido que niegue la maravilla de quiénes son, así como la gloria de su eterna comunión con Dios.

Reconoce que has entrado a la habitación para sanarla. Has entrado al espacio para sanarlo. No hay otra razón para estar ahí.

Vas hacia la Maestría y ahora es momento de poner manos a la obra.

Abraza el momento sagrado. Éste es mi mensaje, todavía no acaba.

Permanece en el mundo, no lo pases por alto. La espiritualidad no significa que busques una cueva y te ocultes en ella para siempre. Per­manece en el mundo sin ser del mundo. Vive con la ilusión, no en ella, más no la abandones, no te retires del mundo. Ésa no es la manera de crear un mundo mejor ni el modo de experimentar lo mejor de ti.

Recuerda que el mundo fue creado para ti, para que tuvieras un con­, texto en el cual experimentarte como Quien Eres Realmente.

Ahora es el momento de hacerlo. Es posible que el mundo que uste­des han hecho pronto sea deshecho por todos ustedes, si dejan de hacerle caso durante mucho tiempo, permitiendo que siga su curso mientras us­tedes siguen el suyo, enfrascados en sus experiencias cotidianas y de­sempeñando un papel insignificante en la co-creación de experiencias más amplias a su alrededor..­

Mira el mundo que te rodea. Siente tu pasión. Deja que ella te diga qué parte del mundo que te rodea deseas volver a re-crear. Emplea en­tonces las herramientas que has recibido. Emplea las herramientas de tu propia sociedad; las de la religión, la educación, la política y la econo­mía, por mencionar sólo unas cuantas. Puedes hacer declaraciones con estas herramientas, declaraciones de Quién Eres.

No supongas que la espiritualidad y la política no se mezclan. La po­lítica es la demostración de la espiritualidad.

No supongas que la economía no tiene que ver con la espiritualidad.

Tu economía revela tu espiritualidad.

No creas que la educación y la espiritualidad están separadas, pues lo que enseñas es lo que eres. Si eso no es espiritualidad, entonces, ¿qué?

Tampoco supongas que la religión y la espiritualidad no son UNO y lo mismo. La espiritualidad es lo que construye un puente entre el cuerpo, la mente y el alma. Y todas las religiones verdaderas construyen puentes, no muros.

Así que sé constructor de puentes. Cierra las brechas que se han abierto entre religiones, culturas, razas o naciones. UNE lo que se ha se­parado.

Honra tu hogar en el Universo y adminístralo bien. Protege tu am­biente y sálvalo. Renueva tus recursos y compártelos.

Glorifica a tu Dios. Glorifíquenlo glorificándose unos a otros. Reconoce a Dios en todos y ayuda a todos a que reconozcan a Dios en ellos. Da por terminadas para siempre tus divisiones y rivalidades, tus competencias y batallas, tus guerras y matanzas. Conclúyelas. Ponles fin. Es lo que hacen finalmente todas las sociedades civilizadas.

Éste es mi mensaje para ti, y todavía no termina.

Si de verdad deseas experimentar el mundo de tu imaginación más elevada, deberás amar incondicionalmente, compartir libremente, comunicarte abiertamente y crear cooperativamente. No puedes tener planes ocultos ni limitaciones en el amor, no puedes retener nada.

Ustedes deberán decidir si de verdad todos son UNO, si lo que es bueno para los demás también es bueno para ustedes, si lo que es malo para los demás también es malo para ustedes, si lo que hacen por los demás, también lo hace cada uno para sí, y si lo que no hacen por los demás no lo hace cada quien por sí.

¿Te es posible actuar de esta manera? ¿Es tu especie capaz de tal esplendor?

Sí. Te digo que sí y que sí, y mil veces sí.

Y no te preocupe que no haya suficiente de lo que «no eres» para crear un contexto concreto en el que experimentar Quién Eres Realmente. ¡El mundo entero es tu contexto, igual que todos tus recuerdos!

Los ancianos y los sabios que hay entre ustedes a menudo los exhortan a erigir monumentos, a crear días y rituales especiales para conmemorar su pasado: sus guerras, sus holocaustos y todos sus momentos de desgracia. ¿Por qué conmemorarlos?, te preguntas. ¿Por qué seguir sacando a relucir el pasado? Y los ancianos dicen «Para no olvidar».

Su consejo es más sabio de lo que imaginas, pues al crear un contexto en el recuerdo, se vuelve necesario en el momento presente. De verdad puedes decir «nunca más», y decido en serio. Y, al declarado, utili­zas tus momentos de des-gracia para crear momentos de gracia.

¿Puede tu especie hacer esta declaración? ¿Puede acordarse la especie humana de cómo era cuando reflejaba en pensamiento, palabra y obra, la imagen y semejanza de Dios? ¿Es capaz de este esplendor?

Sí. ¡Les digo que sí y que sí, y mil veces sí!

Así es como ustedes debían ser, ése era el designio que tenía la vida antes de que ustedes se confundieran con las ilusiones.

No es demasiado tarde. No, no es ni remotamente tarde. Ustedes, poseedores de tanta gloria y maravilla, pueden realizar este designio, pueden ser así… Pueden ser amor…

Fuente: Textos recopilados de las páginas web Luz de Ilunum y Sieteluces, además de los canales de youtube Luz de ilunum y Editorial Sieteluces, textos propios y/o recopilados por el escritor e investigador José Antonio Iniesta Villanueva.