365 FLORES DEL CORAZÓN. ENERO/2011 TEMA ASPIRACIÓN. SEMANA DEL 1 AL 7. POR SRI CHINMOY

Estimad@s amigos.  Empieza este Curso de Luz:  365 Flores del Corazón.  Una enseñanza diaria y un Tema distinto cada mes.  Analuz de Luzarde.



CURSOS DE LUZ

365 FLORES DEL CORAZÓN

ENERO 2011 –  LA ASPIRACION

Por SRI CHINMOY

1 de enero

La aspiración conduce al hombre hacia la Conciencia-Dios.

La aspiración es el clamor interno, la llama ascendente. La aspiración se encuentra al comienzo y al final de nuestro viaje. No se trata de un viaje humano, ordinario, terrenal. El nuestro es un viaje divino; por eso, no tiene principio ni fin. Es un viaje sin nacimiento, sin muerte. Tiene una meta, pero no se detiene en ninguna meta, puesto que ha llegado a comprender que la meta de hoy es tan sólo el punto de partida para el viaje de mañana. Una vez que empezamos con aspiración consciente y sincera, sentimos que estamos caminando por el sendero de la Eternidad, y que caminaremos eternamente por este sendero, recibiendo y obteniendo luz, más luz, abundante luz, luz infinita. Ofreceremos esta luz a la humanidad aspirante para que este mundo nuestro pueda convertirse en el Reino del Cielo.

Cuando Dios entra en tu vida,
trae consigo Sus Campanas de Compasión
para que resuenen
en tu corazón de aspiración.

2 de enero

La aspiración es un fuego resplandeciente que, de manera secreta y sagrada, eleva nuestra conciencia y finalmente nos libera.

Aspiración, la llama interior. A diferencia de otras, esta llama no quema. Esta llama purifica, ilumina y transforma nuestra vida. Cuando la purificación se produce en nuestra naturaleza inferior, tenemos la esperanza de ver el Rostro de Dios. Cuando la iluminación despunta en nuestra naturaleza externa, sentimos que Dios nos es próximo y querido, que lo impregna todo y lo ama todo. Cuando ambas naturalezas, la inferior y la externa, crezcan en la llama de la transformación, descubriremos la verdad de que Dios mismo es el Piloto más íntimo, el Viaje más brillante y la Meta más elevada.

El fuego de la aspiración es purificación inmediata.
Purifica poderosamente
el cuerpo adormecido
el vital sofocante
y la mente incrédula.

3 de enero

Si no hay aspiración, no hay realización.

Algunas personas tienen la impresión de que el deseo y la aspiración son la misma cosa. Por desgracia o por fortuna, no es cierto. Son dos cosas totalmente diferentes. El deseo quiere atar y devorar al mundo. La aspiración anhela liberar y alimentar al mundo. El deseo es la energía saliente. La aspiración es la luz afluyente. El deseo le dice al hombre: “Poséelo todo, serás feliz”. Y, el pobre hombre, cuando quiere poseer tan sólo una cosa, descubre que ya ha sido atrapado y poseído él mismo sin clemencia por todas las cosas en la creación de Dios. La aspiración le dice al hombre: “Realiza solamente una cosa, realiza a Dios. Serás feliz”. El hombre afortunado y bienaventurado, en su camino hacia arriba y hacia dentro, mucho antes de ver a Dios, siente una paz sublime en su vida interna y una alegría radiante en su vida externa. Entonces siente que la realización del supremo Más Allá no puede seguir siendo un lejano clamor.

Cuando estoy en mi mente deseosa,
ofrezco una dolorosa oración a mi Señor Supremo.
Cuando estoy en mi corazón aspirante,
mi Amado Supremo me bendice
no sólo con una conmovedora meditación
sino también con una fructífera satisfacción.

4 de enero

La aspiración es el camino sin final que conduce eternamente hacia el Más Allá siempre trascendente.

La aspiración es nuestro impulso interno de trascender tanto la experiencia como la realización ya logradas. La aspiración puede desarrollarse. Es como cruzar una calle, paso a paso. Cada vez que aspiramos, realizamos en lo más profundo de nuestra conciencia un milagro de bienvenida al Más Allá. La vida tiene una puerta interna. La aspiración la abre. El deseo la cierra. La aspiración abre la puerta desde dentro. El deseo cierra la puerta desde fuera. La vida tiene una lámpara interna. Esta lámpara interna se llama aspiración. Y, cuando mantenemos nuestra aspiración ardiendo, transmitirá sin falta su brillo resplandeciente a toda la creación de Dios.

He dejado de alimentar mis pensamientos de deseo.
Por eso mis llamas de aspiración
están escalando muy rápido
y están a punto de tocar
los Pies de Loto de mi Amado Supremo.

5 de enero

Lo que necesitamos es la aspiración, la búsqueda de la verdad, y nada más. Cuando tenemos ese llanto interno por la verdad, no necesitamos nada más.

La aspiración es un llanto dentro de nuestro corazón. Así como un niño llora, también en el corazón sentirás un llanto. Hay un niño dentro de ti vertiendo lágrimas. Llorando porque quiere trascenderse a sí mismo. Este llanto ascendente, este clamor que escala dentro de nuestro corazón, es lo que llamamos aspiración. Cuando aspiramos con las lágrimas de nuestro corazón, vemos que Dios está viniendo a nosotros desde lo alto. El corazón está clamando y anhelando como una llama ascendente ardiendo hacia arriba. Esta llama del corazón quiere subir más allá de la mente, por eso está elevándose siempre. Y Dios está constantemente descendiendo con Su Gracia, como un río fluyendo hacia abajo. Es como el encuentro de dos personas, una está en el primer piso y otra está en el tercero. ¿Qué ocurre entonces? Nosotros subimos al segundo piso y Dios baja al segundo piso. Allí nos encontramos y nos completamos mutuamente. Cuando la aspiración y la Gracia se encuentran, experimentamos la divina plenitud de la unión con Dios.

No, no es posible
que un llanto interno,
quede sin ser oído.

6 de enero

Sentimos un deseo de tener a Dios de nuestra parte. Pero necesitamos la aspiración para arrojarnos del lado de Dios.

Si uno tiene el deseo pero no la aspiración, eso es mejor que no tener ni deseo ni aspiración. Uno tendrá muchas experiencias necesarias, y finalmente verá que no hay plenitud en el deseo. Entonces saltará al mar de la aspiración. Pero, si uno entra de nuevo en el mundo del deseo, después de haber entrado en el mundo de la aspiración, es una auténtica catástrofe. Si alguien no aspira, nada más podemos decir que es un sujeto ignorante; no sabe que hay algo llamado paz interior, gozo interior, luz interior. Si alguien no ha visto la luz y está en una habitación oscura, Dios no le culpará porque no es consciente de que hay una habitación llena de luz. Pero, si después de haber tenido algunas experiencias internas uno quiere volver al mundo ordinario, será víctima de la frustración y la destrucción interna.

Si realmente quieres
abreviar tu historia de deseo,
comienza de inmediato a cantar
una larga canción de aspiración.

7 de enero

Un corazón sin aspiración es, sin duda, un viajero totalmente perdido.

Una vez que entras en la vida espiritual, nunca, nunca vuelvas a la vida ordinaria. Si vuelves a la vida ordinaria serás objeto de ridículo en el mundo exterior y objeto de desconfianza en el mundo interior. La gente dirá: “Ha fracasado, por eso abandona y ha vuelto con nosotros.” Las fuerzas divinas en el cosmos dirán: “Oh, no se interesa por nosotras. Le interesa más la vida de la ignorancia”, y no intentarán ayudarte más. Además, siempre harás una comparación consciente o inconsciente entre la vida divina que has dejado y la vida a la que has retornado. Esta comparación siempre será desfavorable para la vida ordinaria. Tu alma, el destello divino en ti, te hará sentir que has abandonado algo preciosísimo. Entonces la frustración tomará cuerpo en tu vida ordinaria.

¡No pierdas tu corazón de aspiración!
Si pierdes tu corazón de aspiración,
tu mente de frustración llegará a ser
más grande que la más grande.

Fuente: Textos recopilados de las páginas web Luz de Ilunum y Sieteluces, además de los canales de youtube Luz de ilunum y Editorial Sieteluces, textos propios y/o recopilados por el escritor e investigador José Antonio Iniesta Villanueva.