EL PASADO DEL ESPÍRITU ES DESCONOCIDO. DEL LIBRO DE LA VIDA VERDADERA (12 TOMOS)

EL PASADO DEL ESPÍRITU ES DESCONOCIDO



Libro de la Vida Verdadera (12 tomos)

¿Quiénes fueron antes de esta vida, quiénes son en la presente y quiénes serán en el futuro? Estos son los misterios que sólo al Juez Divino corresponde saber. Por ahora solo deben comprender el verdadero significado de la ley de reencarnación que os he revelado como una suprema verdad.

Si por un instante Yo quitara el velo que impide a vuestra mente conocer vuestro pasado, en verdad os digo que caerían postrados ante mi presencia, agobiados de arrepentimiento ante vuestras ingratitudes, desobediencias, infidelidades y falta de fe en mi Obra.

Por esto, no os he permitido hasta ahora saber quiénes son espiritualmente ni quienes han sido en sus vidas anteriores.

Por lo tanto, todas aquellas ideas con que algunos de vuestros hermanos quieran sorprenderos, hablándoos de vuestro pasado o de vuestro futuro en la vida del espíritu, desechadlas, ya que esto es desconocido para vuestra materia.

Si de vuestro espíritu se borraran sus anteriores reencarnaciones, tendrían que recorrer nuevamente las pruebas ya pasadas, mas si escuchan la voz de vuestra conciencia, verán más limpio su camino y más brillante el horizonte.

Ahí podrán encontrar la causa por la que el espíritu olvida su pasado. Desde el instante en que encarna en una criatura inconsciente, recién nacida y se funde en ella, inicia una vida junto con aquel ser. Del espíritu sólo quedan dos atributos presentes: La conciencia y la intuición, pero la personalidad, las obras hechas y el pasado, temporalmente quedan ocultos. Así ha sido dispuesto por el Padre. ¿Qué sería del espíritu que ha venido de la luz de una elevada morada a habitar entre miserias de este mundo, si recordara sus vidas anteriores? ¡ Cuántas vanidades habría entre los hombres al serles revelada la grandeza que en otra vida existió en su espíritu!

¿Alguno de vosotros cree que su presente existencia es la primera que vive en la Tierra?

Muy poco es lo que os he permitido conocer acerca de lo que habéis sido a través de los tiempos, porque no quiero que vosotros penetréis en el santuario, en la intimidad de mis altos juicios; no quiero que hagan de las enseñanzas de la vida espiritual, nuevas ciencias que tan sólo os conduzcan a la curiosidad y a la pérdida de tiempo.

No quiero que en la senda espiritual deis un paso que sea inútil, quiero que todos sean de provecho, que solamente escuchen lo que les ayude en su evolución espiritual, más todo aquello que sólo les sirva de satisfacción y vanidad humana, eso no es de beneficio para vuestro espíritu.

Entre la humanidad, hay algunos que supieron del fin de Sodoma y Gomorra y que más tarde vieron la destrucción de Jerusalén.

En este mundo, descubro a seres que otro tiempo cruzaron el desierto en pos de una promesa divina, que oyeron la voz del Señor sobre un monte; también descubro a otros que vivieron en el tiempo de Jesús el Cristo, vieron sus obras y escucharon su palabra, que le siguieron al desierto y comieron de los panes y peces que dio a comer a la multitud cuando ascendieron a la montaña para oír aquella voz, y a los que anduvieron entre las turbas gritando el día de su crucifixión.

Quienes lloran, y se estremecen al oírme y reconocen la voz que les habla, son aquellos cuyo espíritu conserva aún el eco de mis palabras. Hoy vengo a recordarles los acontecimientos que ya han vivido.

También descubro a los que en otro tiempo, fueron doctores de ley o científicos; ahora traen su mente despierta para el saber espiritual, convencidos de que en el limitado saber humano no encontrarán la Suprema verdad.

En este mundo se encuentran muchos de los que fueron poderosos y ricos en la Tierra, y ahora han venido a saber de la pobreza y la humildad, Yo los bendigo por su conformidad y por su anhelo de perfeccionamiento. Ahí tenéis una prueba de mi amorosa justicia al hacerlos venir nuevamente a la Tierra para mostrarles una página más del libro de la sabiduría eterna.

Comparad esta forma de restitución con la del eterno castigo en el fuego eterno del infierno, forma de la que se valen los hombres para amedrentar al espíritu de la humanidad. Decidme cuál de estas dos, formas os da la idea de una justicia divina, perfecta y misericordiosa. Una revela crueldad, rencor sin limite, venganza; la otra encierra tan sólo perdón, caridad, esperanza de alcanzar la vida eterna. ¡Cuán grande es la deformación que han sufrido mis enseñanzas por causa de las malas interpretaciones!

La idea de la muerte o de la condenación eterna, quedan destruidos ante esta revelación.

Si en los primeros tiempos no se os descubrió esto, fue porque no estabais preparados para saberlo.

Para las generaciones del futuro está reservada esa gracia, a las que el conocimiento de su pasado no hará mella y vosotros seréis para ellas como un libro abierto. Serán esos espíritus los reveladores de muchos misterios, los que vengan a aclarar la vida del espíritu a través de sus propias vidas materiales, los que hablen a este mundo de otros mundos y de ese camino tan largo que es el de la vida espiritual.

Cuando miren a los niños, háganlo con respeto, por que no saben qué espíritu se oculta en ellos; mas de lo que pueden estar seguros, es de que en cada uno de esos pequeños seres existe un pasado que es toda una historia, toda una vida de evolución.

Os he prometido enviar a morar entre vosotros a los espíritus de luz, ellos esperan tan sólo el momento para reencarnar y cumplir una gran misión de restauración. Cuándo aquellos seres habiten este mundo, ¿qué tendréis que enseñarles? Nada, porque ellos vendrán a enseñar, no a aprender. Os maravillaréis de escucharles desde la infancia hablando de enseñanzas profundas, sosteniendo conversaciones con los hombres de ciencia y con los teólogos, asombrando con su experiencia a los ancianos y aconsejando la buena senda a la juventud y a la niñez.

Bienaventurado el hogar que reciba en su seno a uno de estos espíritus. ¡Cuán graves serán los cargos que se hagan a quienes traten de impedir el cumplimiento de mis enviados!

Mucho van a padecer ellos por causa de la maldad de los hombres; más no será nada nuevo, ya que ninguno de los enviados de Dios ha escapado a la persecución, a la burla y a las ofensas.

Llegarán llamando con amor al corazón de la humanidad; su palabra, impregnada de la justicia del Padre, tocará el orgullo y la soberbia de todos los que han cambiado la vestidura de humildad de su espíritu, por el atavío de la vanidad, del orgullo, del falso poder y de la falsa grandeza.

No saben en que caminos de la vida humana tendrán que surgir, mas Yo os digo que unos aparecerán en el seno de las grandes religiones, donde lucharán por la unificación y la armonía espiritual de toda la humanidad. Otros se levantarán entre los hombres de ciencia para mostrar con el fruto de sus inspiraciones que la verdadera finalidad de la ciencia, es la de perfeccionamiento espiritual del hombre y no su miseria y destrucción. Y así en cada sendero aparecerán mis siervos llevando en su corazón mi Ley y testificando con palabras y obras todo lo que os he venido a hablar en este tiempo.

¡Cuántas lecciones os he dado para que aprendáis a amar! ¡Cuántas oportunidades vidas y reencarnaciones os ha proporcionado la misericordia divina! La lección se ha repetido cuantas veces ha sido necesaria, hasta que ha sido aprendida. Una vez cumplida, no existe razón para ser repetida porque tampoco podrá ser olvidada.

He concedido a vuestro ser la oportunidad de reparar errores, purificar y perfeccionar a vuestro espíritu en vez de castigaros o condenaros como solías pensar antes. En ello debéis comprender mi amor infinito.

Vuestro deber, para no hablar de castigo es reparar, restaurar, restituir y saldar hasta la última cuenta. Nadie, ni vuestro Padre Celestial, ni vuestros hermanos de la Tierra o del valle espiritual, harán lo que sólo vosotros debéis hacer.

Las reencarnaciones han pasado sobre vosotros y muchos no habéis estimado la gracia infinita y el amor que os ha concedido el Padre, vuestro Dios..

Mirad que mientras mayor sea el número de oportunida¬des, mayor será vuestra responsabilidad y si estas no son aprovechadas, en cada una irá en aumento la restitucíón y la justicia; ese es el fardo cuyo peso insoportable muchos seres no se explican y sólo mi Doctrina os puede revelar.

Muchos de vosotros ya no tendrán una nueva oportunidad de venir a la Tierra, a reparar sus faltas, no poseerán ese instrumento que hoy llevan y que es el cuerpo, en el que se apoya el espíritu. Es menester que comprendan que el venir al mundo es un privilegio para el espíritu, que nunca es un castigo; por tanto, deben aprovechar esta gracia.

No porque el Padre os conceda más de una oportunidad para el desempeño de vuestra misión, desaprovechen la que hoy tienen, porque nadie sabe el número de existencias que mi justicia le asigne.

Si bien es cierto que mi justicia os ofrece nuevas ocasiones para borrar manchas y reparar errores, también es cierto que en cada oportunidad aumenta el número de pruebas, y que los trabajos y sufrimientos son más intensos cada vez, como grandes fueron los errores cometidos.

¿Habrá quién, después de escuchar este mensaje, lo rechace como lección inútil o falsa? Yo os digo que sólo aquel que llegare a encontrarse en un grado de materialismo extremo o de ciego fanatismo, puede rechazar esta luz sin que su espíritu se conmueva.

¿Quién es aquel que pueda pensar que, una sola existencia humana puede bastar a un espíritu para su desarrollo total y su perfeccionamiento espiritual?

¡Ah hombres, que se ocupan demasiado de la vida humana, creyéndose que son eternos en la Tierra, y no saben que a causa de vuestra materialidad, tienen que venir en nuevas materias al mundo, a dar el paso que en la ocasión anterior no supieron dar!

Si pronto aprenden mis lecciones, no tendrán por qué sufrir, ni por qué llorar. Un ser que en la Tierra aprovecha las lecciones en ella recibidas, podrá volver al mundo, pero siempre será con mayor adelanto y en mejores condiciones.

En verdad os digo, que la vida en la Tierra es un grado más en la escala de evolución ¿Por qué no lo entendéis así, para que aprovechéis todas sus lecciones? Es la razón por la que muchos tienen que volver a ella, una y otra vez: porque no comprendieron ni sacaron utilidad de su vida anterior.

Si habéis de volver al mundo una o algunas veces más, que sea para que recojáis frutos agradables, cultivados por vosotros con anterioridad, para que vuestro espíritu experimente la satisfacción de tener ante sí la oportunidad de concluir alguna obra empezada.

¡Qué doloroso es para el que tiene que retornar y encuentra que la labor que apenas dejó empezada, ahora tendrá que verla unida a nuevas misiones, responsabilidades y trabajos!

Muchas reencarnaciones tampoco le dan la perfección absoluta a un espíritu; por muy elevado que éste se encuentre.  Después de su última estancia en la Tierra, aún le espera el valle espiritual con sus moradas en número infinito, sus nuevas enseñanzas, revelaciones, y maravillas. Y en todo esto ¿no descubrís mi amor?

No olvidéis que vuestra existencia no está limitada por vuestra materia, por lo tanto al acabar ésta, no muere vuestro espíritu; Ya que él tiene semilla de eternidad.

La primera lección, o sea la primera página, es la más sencilla, mas si no es comprendida a pesar de su sencillez, viene la segunda a explicar el contenido de la primera y así sucesivamente, hasta el final de este gran libro de la vida que he puesto delante del hombre, el cual está abierto en su Sexto Capítulo, para que conozca a su Padre, a la verdadera vida y a su destino; para que comprenda su pasado, su presente y hasta donde sea mi voluntad, su futuro.

Sólo os pido que deis un paso en cada reencarnación, pero que sea un paso firme hacia la perfección; entonces será vuestro espíritu el que advierta su adelanto, manifestándose cada vez con mayor sabiduría a través de aquellos cuerpos que le vayan siendo confiados.

Fuente: Textos recopilados de las páginas web Luz de Ilunum y Sieteluces, además de los canales de youtube Luz de ilunum y Editorial Sieteluces, textos propios y/o recopilados por el escritor e investigador José Antonio Iniesta Villanueva.