EL ANGEL GUARDIAN (Tema X)
Por Carmen Santiago
EL JUEGO
¿Por qué los humanos, cuando llegan a cierta edad, olvidan el infinito placer de jugar? ¿Te has dado cuenta de que el juego, el verdadero juego, implica movimiento en la vida, libre de preocupación? No te hablo del juego competitivo que genera victoriosos y vencidos, sino del juego libre de tensión que sostienen los niños cuando juegan. Ellos saben que nada de lo que pasa es grave, pero ponen en ello todo su empeño y su atención.
Si tratas la vida como si fuera un juego ella te develará sus secretos. La extrema seriedad de los humanos los inhibe de ver las maravillas sin iguales que todos los días se acercan a sus vidas.
Existe mucho más grado de atención en el juego atento que en la preocupación. Cuando juegas, tu cielo mental está despejado; cuando te preocupas se llena de nubes grises y, entonces ¿qué sucede? Simplemente que no ves el horizonte y te confundes.
¿Has pensado alguna vez que puedes jugar, tratando de moverte al mágico compás de la vida que te rodea cuando los ángeles se acercan?
Te voy a enseñar.
El movimiento de la vida se refleja perfectamente en el acto de respirar. Por lo tanto, para comenzar, respira profundo y en cuatro tiempos. Inhalas, retienes, exhalas, descansas. Y así por un tiempo simplemente respiras y disfrutas del aire que te penetra.
La música te ayuda a crear un ambiente de armonía donde jugar.
Luego observa tus manos y trata de sentir la energía que circula a tu alrededor. Intenta tocarla. La notarás si simplemente acaricias el aire que te rodea.
Este simple movimiento calificado por el intenso amor a la vida es una invocación que forma en los éteres una figura geométrica de singular belleza que atrae a los devas que vienen a jugar. Y juegas simplemente con la vida misma y su movimiento constante. Yo estaré contigo, ¡celebrando que somos uno!
Fuente: Textos recopilados de las páginas web Luz de Ilunum y Sieteluces, además de los canales de youtube Luz de ilunum y Editorial Sieteluces, textos propios y/o recopilados por el escritor e investigador José Antonio Iniesta Villanueva.
