365 FLORES DEL CORAZÓN. JUNIO 20LL -AMOR-. POR SRI CHINMOY

CURSOS DE LUZ

365 FLORES DEL CORAZÓN



JUNIO – 2011 – AMOR – (12 al 18)

Por Sri Chinmoy

12 de junio

Cuando amo sólo a Dios sin condiciones, mi satisfacción-deleite no tiene fin.  Cuando me amo sólo a mí sin cesar, mi frustración-destrucción no tiene fin.

Porque amo a Dios, la verdad me ama.  La verdad no existe sin Dios.  Dios es el hálito mismo de la verdad.  Verdad y Dios son una sola cosa indivisible.  Por un lado, la verdad es otro nombre de Dios.  Por otro lado, la verdad no puede existir sin Dios, mientras que Dios puede trascender en cada momento la verdad –la verdad terrenal y la verdad Celestial, la verdad ligada a la tierra y la verdad que se dirige hacia el Cielo.  Dios puede trascender a voluntad incluso Su propia Verdad Trascendental.  Aunque podemos decir con seguridad que Dios y verdad son una sola cosa, sólo Dios tiene el poder de trascender todas las verdades, incluso la verdad misma.  Por eso la verdad sin Dios está indefensa.  Pero cuando amamos a Dios, la verdad nos ama porque es alimentada de inmediato por nuestra alma aspirante.  Dentro de Dios está la existencia de la verdad.  En nuestra apreciación misma de Dios, la verdad es atendida y nutrida.  Y la verdad siente justamente que su mensaje único al mundo sólo puede ser difundido cuando amamos verdaderamente a su Poseedor, Dios.

Amor entregado
multiplicado por vida agradecida
igual a: Satisfacción Suprema de Dios.

13 de junio

El Amor del Supremo es mi vida.

Porque amo la verdad, me amo a mí mismo.  Un ser humano es la expresión de la verdad.  No es la expresión de la ignorancia, la falsedad, la oscuridad y la muerte.  No.  Es la personificación, la realización y la expresión de la verdad –la verdad menor, la verdad mayor y la Verdad más alta.  En cada momento la Verdad divina está trascendiendo sus fronteras en nosotros.  Lo vemos, lo sentimos y lo comprendemos cuando vivimos la vida interna, la vida del alma.  Porque amo la verdad, me amo a mí mismo realmente y verdaderamente.  Mi existencia y la verdad son el anverso y el reverso de una misma moneda que es el alma o el ser interno, el representante del Supremo en la Tierra.

¿Cómo reconocerás el Cielo?
Lo reconocerás
con tu amor-unicidad incondicional
por el mundo.

14 de junio

El supremo Amor de Dios se manifiesta en mí y a través de mí, para transformar mis problemas humanos en oportunidades divinas.

Me amo.  ¿Qué amo en mí?  No el cuerpo.  Si amo el cuerpo sólo por el cuerpo, mañana me sentiré frustrado, porque hay millones y billones de seres humanos más bellos que yo en la tierra.  Si amo la mente física sólo por la mente, mañana veré millones y billones de gigantes mentales justo delante de mí, y mi capacidad mental resultará insignificante.  Si amo mi dinamismo vital por sí solo, veré que hay millones y billones de personas rebosantes de notable dinamismo.  Del mismo modo, si amo cualquier otra cosa mía, sólo por la cosa en sí, acabaré frustrado.  Anularé mi verdadero propósito divino.  Pero si me amo precisamente porque Dios Se está expresando a través de este cuerpo, este vital, esta mente y este corazón, entonces veo que soy único y sin igual en la historia entera del universo.

Cada día
tu amor a Dios está acelerándose.
Eso significa que cada día
Dios está haciendo
una Promesa infinitamente más significativa
en ti y a través de ti, a la humanidad.

15 de junio

Necesitamos amor para sentir al Amado dentro y al Amante fuera.

Cada individuo puede amarse precisamente porque es un canal directo con lo Divino.  Dios quiere expresarse en cada individuo de una manera única.  Cuando llegamos a ser conscientemente y plenamente uno con Dios, no sólo colmamos a Dios sino también a nosotros mismos.  Cuando digo que real y verdaderamente me amo porque amo la verdad, significa que siento conscientemente que la verdad está respirando constantemente en mí, conmigo y por mí.

En el jardín de tu corazón,
hay muchas plantas de amor.
¿No puedes regalar
alguna de estas plantas
a otros buscadores de la Verdad
y amantes de Dios?

16 de junio

El amor irradia la vida de armonía, aviva la alegría de la conciencia y agudiza la espada de la intuición.

Mi verdadero aliento en la tierra es la realidad viva de la verdad.  Me amo y me adoro en cada momento –no a causa de mi cuerpo saludable, mi dinámica vitalidad, mi mente refinada y mi corazón puro, sino porque Dios está dentro de mí, y está utilizándome y está completándose en mí y a través de mí.  Esta es la única razón por la que amo y debo amar mi cuerpo, mi vital, mi mente y mi corazón.  Cada individuo debería estar cargado de esta Verdad suprema.  Debería sentir conscientemente que su vida en la tierra es la manifestación externa del Hálito interno del Supremo.

La verdad de un momento
puede embellecer el mundo y lo hará.
La paz de un momento
puede salvar el  mundo y lo hará.
El amor de un momento
puede perfeccionar el mundo y lo hará.

17 de junio

El amor humano es un tren expreso: destino – frustración. El amor divino es un tren local: destino – iluminación.

Cuando seguimos el camino del amor, nuestra vida espiritual, nuestra vida interna, nos resulta sumamente satisfactoria.  Aquí, Dios es lo más querido para nosotros, no porque sea omnipotente, omnipresente y omnisciente, sino porque es todo amor.  Podemos acercarnos a Dios, nuestro Padre Eterno, con mayor éxito y de la manera que parece más convincente, a través del amor.   Cuando nos acercamos con amor, vemos que Él es todo amor; y cuando tan sólo abrimos los ojos e intentamos mirarle, vemos que está justo delante de nosotros, bendiciéndonos, abrazándonos y diciéndonos: «Hijo mío, te he estado esperando todo el tiempo».  En este caso, Amor significa el propio sentimiento constante de unicidad inseparable de uno con su Amado.

Cuando inundo mi vida
de amor,
veo en lo profundo de mi ser
el congreso de las almas gigantes.

18 de junio

Los ojos rojos de la ira me dicen: “Tanto si me amas como si no, he venido a matarte”.  Pero los ojos iluminados por el alma dicen: “Veo a Dios en ti y te amo, tanto si me matas como si no”.

Cuando amamos a Dios, se acaba nuestro problema.  Es cierto que no vemos a Dios cara a cara, pero podemos imaginar por un segundo efímero que Dios, con todo Su Amor, habita en nuestros seres queridos y cercanos.  Tratemos de ver el Rostro de nuestro Amado en las personas que queremos.  Donde hay amor, verdadero amor, todo es unicidad.

Debo amar siempre.
Cuando amo a la humanidad,
soy objeto de constante admiración
en el mundo externo.
Cuando amo a Dios,
soy objeto de constante admiración
en el mundo interno.

Fuente: Textos recopilados de las páginas web Luz de Ilunum y Sieteluces, además de los canales de youtube Luz de ilunum y Editorial Sieteluces, textos propios y/o recopilados por el escritor e investigador José Antonio Iniesta Villanueva.