365 FLORES DEL CORAZÓN. JULLIO 2011 -LUZ- (16 AL 31). POR SRI CHINMOY

CURSOS DE LUZ

365 FLORES DEL CORAZÓN



JULIO 2011 – LUZ – (16 al 31)

Por Sri Chinmoy

16 de julio

La verdadera función de la luz espiritual es iluminar y transformar nuestra oscuridad.  La luz espiritual, la luz interna, ilumina nuestras imperfecciones y ataduras de antaño.

La mente tiene capacidad para dudar de la luz divina después de haberla visto.  Primero ves la luz, y en ese momento la mente es divina.  Luego, pasadas doce horas o incluso cinco minutos, la mente juntará fuerzas e intentará arrojar sus sospechas sobre tu experiencia de la luz.  Cuando tu conciencia desciende, cuando la luz se aleja de tu conciencia física, tal vez en ese momento dudes de la luz que has visto.  Si Dios está ahora mismo delante de ti, no lo vas a poner en duda.  Pero en cuanto Dios desaparece de tu visión externa, tal vez dudes de Dios.

Si puedes penetrar tu mente
con la luz trascendental de tu alma,
podrás responder fácilmente
a la pregunta universal:
¿Quién soy yo?

17 de julio

Cuando vemos la luz divina, nos sentimos felices.  Cuando sentimos la luz divina, nos hacemos fuertes.  Cuando crecemos en la luz divina, nuestra vida se vuelve fructífera.

Por la unicidad que tienes con tu cuerpo, no cuestionas tu ojos ni tu nariz.  Sabes que son parte de tu cuerpo y que tu cuerpo es una parte de tu vida; así que no tienes dudas.  Del mismo modo, la luz divina es nuestra existencia real.  ¿Cómo puedes negar o dudar de tu propia existencia?  Pero una vez que la experiencia ha terminado, cuando no sientes la luz como algo tuyo, tal vez la mente arroje su sospecha y sus dudas sobre ti.

En el mundo de la luz
vuelo de cumbre a cumbre.
Este es, ciertamente, mi progreso-perfección.
En el mundo de la noche
voy tropezando desde la ventana de la frustración
hasta la puerta de la destrucción.
Este es, ciertamente, mi logro-experiencia.

18 de julio

Cuando lloramos por ver la luz trascendental y cuando intentamos perfeccionar nuestra naturaleza externa, nuestra perfección deja de estar a una gran distancia.

“No empujes, no tires”.  La espiritualidad es una cuestión de aceptación y trasformación.  Aceptamos nuestra vida como es, y luego intentamos transformarla.  Pero no lo hacemos de cualquier manera.  La manera divina es hacerlo mediante la aspiración.  Si forzamos más de lo que somos capaces, reventaremos.  Si un niño quiere cargar con algo muy pesado, más de lo que es capaz, sufrirá.  Sin prisa pero sin pausa se gana la carrera.  Aquí, capacidad significa receptividad.  Si desarrollamos gran receptividad, no importa cuán alto ascienda nuestra espiritualidad o cuanto consigamos hacer descender de arriba, seremos capaces de asimilarlo.  Si el contenedor es muy grande, no tenemos porqué preocuparnos.  Por eso, cuando aspiramos a subir a la altura más elevada, tenemos de aspirar a la expansión.  No sólo los principiantes sino también los buscadores muy avanzados han sufrido experiencias deplorables.  El plano físico no es lo bastante amplio para contener la paz, la luz y el gozo que le trae el ser psíquico.  Por tanto, debería haber una perfecta armonía entre la capacidad física y la capacidad del corazón.

El amor es vida.
La vida es luz.
La luz es la Meditación de Dios
y la salvación del hombre.

19 de julio

Para entrar en el universo invisible, lo que necesitamos es la iluminadora luz del alma.

Si queremos realmente la luz interna, si tenemos de verdad hambre interna de ver a Dios cara a cara, no puede haber nada en la Tierra ni en el Cielo que nos niegue esta profundísima búsqueda de nuestra alma.  Cada individuo tiene una libertad limitada.  Esta libertad puede ser empleada para las aspiraciones elevadas o para los deseos.  Si deseamos, sin duda, abundantes nubes eclipsarán nuestro sol de conocimiento.  Si aspiramos, Dios, el Piloto interno, nos inspirará a correr más y más rápido hacia la Meta destinada, la Meta del Más Allá.

Oh Ave de Luz, Oh Ave de Luz,
entra en mi corazón una vez más
con tus llamas ondulantes y resplandecientes,
Estás llamándome para que ascienda y vuele en el azul
Pero, ¿cómo puedo hacerlo?
Mi corazón está cautivo
en el aliento ahogado de una diminuta estancia.
Oh Ave de Luz, Oh Ave de Luz,
Oh Ave de Luz Suprema,
te lo ruego, no dejes en mí,
ni tan sólo un ápice de penumbra.

20 de julio

Para iluminar nuestra vida necesitamos pensamientos puros.  Cada pensamiento puro es más precioso que todos los diamantes del mundo, ya que el hálito de Dios sólo reside en los pensamientos puros de las personas.

Es en nuestra existencia interna donde podemos desarrollar una voluntad adamantina; y cuando utilizamos nuestra voluntad adamantina, la cual podemos tener fácilmente a nuestra disposición, podemos conquistar el aliento mismo del miedo.  Aquí en la tierra, nuestra adamantina e indomable voluntad interna puede reinar y reinará suprema.  Sólo una cosa necesitamos: un conocimiento consciente de la luz divina que es nuestra.  Realizar y colmar esta luz interna es nuestro derecho de nacimiento.

Los momentos de Luz-Justicia de Dios
son breves, muy breves.
Los días de Altura-Compasión de Dios
son largos, muy largos.

21 de julio

Sin la luz, nada puede lograrse en la vida espiritual.  Con la luz todo puede lograrse.  En la luz, todo está ya logrado.

No puede haber miedo, no puede haber tan siquiera una pizca de miedo cuando vivimos en la efulgencia de nuestra alma.  Para vivir constantemente en la efulgencia del alma, tan sólo se necesita una cosa: un llanto interno consciente.  Este llanto interno se llama aspiración, la llama ascendente en lo profundo de nosotros.  Cuando esta llama asciende hacia lo más alto,  ilumina todo a su alrededor.  La oscuridad se transforma en luz, el miedo en fortaleza, la duda en certeza, la ignorancia en sabiduría y la muerte en Inmortalidad.

¿Cómo conquistar el miedo?
Con unicidad interna
y unicidad externa.
En la luz de la unicidad
no puede haber miedo.

22 de julio

La luz nos hace sentir que somos todo, que podemos hacer todo, que podemos llegar a ser todo.

Algunas personas claman sinceramente por la luz pero sin resultados satisfactorios, porque sencillamente no ha llegado aún la Hora elegida de Dios.  Si un agricultor siente que debería conseguir una abundante cosecha el primer día que empieza a trabajar duramente su tierra, se disgustará y abandonará el campo cuando no vea resultados después de algunas semanas de sincero esfuerzo.  Pero, aunque la sinceridad es importante, el tiempo es también un gran factor.  El campo sólo puede producir frutos satisfactorios en el tiempo propio de Dios.  Si estamos entregados al cien por cien, sentiremos que aunque no consigamos resultados satisfactorios, esperaremos siempre la Hora de Dios.

Dios me dió el corazón de luz
para vivir
para implorar
y para triunfar.
Dios me dió la luz del corazón
para ser,
para sonreír
y para proceder.

23 de julio

Para un buscador sincero no es nada difícil ver la Luz.  Pero a los que quieren ver la Luz sólo por curiosidad, puede ser que Dios se la niegue, porque sólo quieren ver y no devenir en la Luz.  Dios es quien sabe qué es lo mejor para nosotros.  En tu caso, hoy verás la luz y mañana aspirarás a convertirte en ella.

Lo que necesitamos sinceramente es la luz.  Pero si la luz no viene, deberíamos estar dispuestos a esperar eternamente a que la luz infinita recargue nuestro ser interno y externo.  La falsedad sentirá en seguida que estamos dispuestos a esperar millones de años para bañarnos en el mar de la luz, y entonces perderá su interés por nosotros.  Si Dios quiere, puede darnos en un momento lo que queremos.  Pero si Él siente que este no es el momento adecuado, tenemos que esperar.  Entonces, si tenemos paciencia, la cual es en sí misma la extensión de la luz o de la conciencia, podemos sentir que estamos aumentando la luz que tenemos y la luz que está entrando en nosotros.

La Luz-Paciencia
es el insomne respirar
de mi corazón que se da
a mi Amado Supremo.

24 de julio

Nuestro amor a la Luz-Conciencia puede acelerar nuestro logro en el cuerpo, y así lo hará.

Lo primero que tenemos que hacer en nuestra vida es rezar y meditar.  Si Le rezamos a Dios temprano en la mañana, entramos en el mundo del Origen.  Luego intentamos ofrecer la luz que hemos recibido de nuestra oración y meditación al mundo que nos rodea.  Primero conseguimos y luego damos.  Si no tengo luz alguna ¿qué voy a dar entonces?

La mañana es el momento
de aceptar la Luz-Amor de Dios.
El mediodía es el momento
de devenir la Altura-Amor de Dios.
El atardecer es el momento
de irradiar el Deleite-Amor de Dios.

25 de julio

Nuestra devoción a la Luz-Conciencia puede acelerar nuestro logro en el ser vital, y así lo hará.

Tengamos paciencia infinita y coraje sin límite en nuestra búsqueda de la luz interna.  Y si la luz no viene, no nos comprometamos en absoluto con la oscuridad y la falsedad.  Debemos estar preparados para sacrificar la vida por nuestro objetivo de la luz divina.  Entonces, la verdad ganará permanentemente la batalla contra la falsedad.

Para desarmar a la muerte,
el corazón humano debe rezar
insomnemente
a la Compasión de Dios,
y la vida humana debe entregarse
incondicionalmente
a la Luz de Dios.

26 de julio

Nuestra entrega a la Luz-Conciencia puede acelerar nuestro logro en la mente, y así lo hará.

Cuando has cometido un error, considera que éste ya se ha terminado.  “El pasado es polvo”, esta es mi filosofía.  Aprovechemos la oportunidad dorada de hoy para hacer lo correcto.  Construyamos nuestra base sobre una roca sólida.  Crezcamos desde la luz hacia una luz mayor, hacia la luz abundante y hacia la luz infinita.  La luz es nuestro Origen y desde la luz podemos crecer.  Pero si seguimos alimentando la oscuridad de la negatividad, no podremos crecer en absoluto.

A menos que estés dispuesto
a aceptar alegremente
la Luz-Justicia de Dios,
¿cómo vas a satisfacer a Dios?

27 de julio

Nuestra unicidad constante e inseparable con la Luz-Conciencia puede acelerar nuestro logro en el corazón, y así lo hará.

Uno puede volverse más competente en el cumplimiento de sus tareas terrenales haciendo primero sus tareas celestiales.  Las tareas celestiales nunca te pedirán abandonar las tareas terrenales.  Sólo tienes que hacer primero lo primero.  Tu tarea celestial es permanecer en la luz.  Sólo si estás inundado de luz puedes entrar en la oscuridad y hacer lo necesario allí.  Las tareas terrenales están llenas de oscuridad.  Las tareas celestiales son la oración, la concentración, la meditación, la contemplación.  Si haces primero tus deberes celestiales, antes o después encarnarás la luz.  Entonces, con esta luz puedes entrar en las tareas terrenales.  Por lo tanto, primero lo primero.  Con tus deberes celestiales –oración, meditación, concentración– invocarás la luz; y una vez que estás cargado de luz, atenderás los deberes terrenales.  De lo contrario, nunca podrás adquirir la capacidad suficiente para desempeñar tus deberes terrenales.

Si no cumples
tus obligaciones externas,
tu iluminación interna
será siempre un clamor lejano.

28 de julio

La iluminación abarca el mundo de la destrucción, el mundo de la posesión y el mundo de la tentación.

La compasión externa viene de la iluminación interna.  Si uno está iluminado en su interior, automáticamente su iluminación se manifestará en la vida externa en forma de compasión.  Primero viene la iluminación interna; luego viene la manifestación de esa iluminación interna en la vida externa.  Esto es la compasión.  Si alguien dice estar ofreciendo compasión antes de estar iluminado internamente, sólo está engañándose.  Lo que llama compasión no es más que su forma inconsciente de mostrar apego hacia la conciencia terrestre.

Quien tiene sabiduría,
luz y deleite,
nunca estará atrapado
en la red de infelicidad del mundo.

29 de julio

Siempre deberíamos procurar aspirar a la iluminación para que rescate a nuestra vida terrenal del mundo de la destrucción y para que transforme nuestra vida terrenal en el libre mundo del Cielo.

La luz externa es conocimiento; la luz interna es realización.  Con nuestra luz externa queremos ir hacia Dios.  Con nuestra luz interna vemos y sentimos que no tenemos que ir hacia Dios porque ya estamos en Dios y Dios ya está en nosotros; vemos y sentimos que Dios es nuestra parte más elevada y más iluminada.  Con nuestra luz externa sentimos que Dios es una Meta que realizar.  Con nuestra luz interna no sólo sentimos que Dios es nuestro, sino que Dios es la esencia y substancia de nuestra propia realidad.

Ninguna adulación,
por muy encantadora que sea,
puede embelesar a un verdadero buscador
de la Luz infinita,
ni siquiera por un fugaz segundo,
porque él ha escapado ya
de las trampas de la tentación.

30 de julio

La experiencia interna de la luz nos dice que la vida humana es una insatisfactoria carencia constante mientras que la vida divina es un logro constantemente satisfactorio y pleno.

Hay muchas maneras de transformar la naturaleza humana.  Una manera es ampliar nuestra propia vasija-receptividad para hacer que la luz divina y todo iluminadora del Supremo descienda a nuestro sistema.  La naturaleza humana, antes de ser transformada, está llena de oscuridad.  La oscuridad sólo puede ser eliminada haciendo entrar la luz, y de ninguna otra manera.  Hemos de hacer descender consciente y constantemente la luz de lo alto, y entonces aumentar nuestra receptividad.  Cuanto más expandimos la receptividad, más luz podemos admitir dentro de nosotros.

Un alma de silencio-luz
es ciertamente
soberana en la Tierra.

31 de julio

Una vez que hemos experimentado la luz interiormente, experimentamos realmente el Cielo en la Tierra: vivimos en el corazón del tiempo eterno y en el regazo de la Inmortalidad.

Otra manera de transformar la naturaleza humana es ver la luz divina en cada ser humano y no ver ninguna otra cosa.  Precisamente porque vemos algo no-divino en nosotros y en los demás, nos ha sido imposible transformar tanto nuestra propia naturaleza como la naturaleza humana en general.  Pero, sin importar lo que los demás hagan, digan o sean, si vemos en los demás de manera consciente y constante sólo la luz divina –la luz que estamos haciendo descender de lo alto–, entonces la naturaleza humana tiene que ser transformada automáticamente. Si vemos la luz en cada individuo y en nuestra propia naturaleza, entonces, transformar la naturaleza humana y la naturaleza de la tierra no sólo es posible sino inevitable.  Mientras estamos haciendo descender la luz y aumentando nuestra receptividad, y mientras estamos viendo la luz en los demás, transformamos la naturaleza humana y la nuestra propia.

Antes que el día termine
mi ojo de luz cambiará
mi rostro de sombrío barro
y tocará la extensión de mi espíritu.

Fuente: Textos recopilados de las páginas web Luz de Ilunum y Sieteluces, además de los canales de youtube Luz de ilunum y Editorial Sieteluces, textos propios y/o recopilados por el escritor e investigador José Antonio Iniesta Villanueva.