REGLAS DE ORO PARA LA VIDA COTIDIANA. POR OMRAAM MIKHAEL AIVANHOV

CURSOS DE LUZ



REGLAS DE ORO PARA LA VIDA COTIDIANA

Por Omraam Mikhael Ainvahov

CONOCEOS PERFECTAMENTE PARA OBRAR BIEN

Si no os conocéis bien a vosotros mismos, si no tenéis una conciencia clara de vuestras cualidades y de vuestros defectos, de vuestras capacidades y de vuestras debilidades, no podréis triunfar en vuestras empresas ni sobre todo vivir armónicamente con las demás criaturas; y de ahí se derivan complicaciones, choques, encontronazos. E incluso podemos observar que la mayor parte de las dificultades de la vida cotidiana provienen de que los seres no se conocen a sí mismos. Precisamente por no saber quiénes somos, qué representamos, ni de lo que somos capaces, es por lo que nos equivocamos continuamente, lo cual es muy grave, verdaderamente peligroso. Todo lo que emprendáis en vuestra vida personal y en vuestra vida social fracasará si no os basáis en un conocimiento claro de vuestro carácter y de vuestras facultades.

«ENTRAD CON BUEN PIE»

La calidad de vuestro trabajo, los éxitos que obtengáis, o al contrario los fracasos que sufráis, dependen de como deis el primer paso en una empresa, en qué estado estéis, con qué intención lo hagáis… Encontráis extraño el hecho de que, de un pequeño detalle dependa todo un encadenamiento de circunstancias, pero estudiadlo bien. Si salís de vuestra casa agitados, desencadenaréis fuerzas caóticas y, ¿qué pasará si vais en este estado a visitar a alguien para arreglar un asunto delicado? Durante todo el trayecto, estas fuerzas se agitarán en vosotros y cuanto más os acerquéis a la puerta más agitados e indispuestos estaréis. Entonces, ¿cómo arreglaréis este asunto? Por el contrario, si habéis hecho un trabajo interior para estar calmado, sereno, lleno de amor, y si dais el primer paso en este estado de espíritu, avanzaréis, y estaréis entonces convenientemente dispuestos para arreglar mejor este asunto con esta persona. Es lo que se llama en Francia « entrar con buen pie ».

EVITAD MANIFESTAR VUESTRO DESCONTENTO

Pocas personas son conscientes de lo nociva que es la costumbre de manifestar su descontento respecto a todo y en relación a todos, y de que perturban con ello la armonía en todas partes por donde pasan. El descontento sólo es aceptable si atañe a uno mismo. Aquél que no deja de expresar su descontento en relación a Dios, a la existencia y a la tierra entera, debe saber que esta actitud perniciosa le transmitirá interiormente muy malos consejos, y como no puede impedir que sus sentimientos se reflejen en su comportamiento y en su fisonomía, su rostro se volverá cada vez más apagado, su mirada más sombría, sus gestos serán más bruscos, su voz más dura; con lo cual cada vez resultará más antipático a los demás. Pues, si bien es verdad que tendemos generalmente a considerar a las personas descontentas más inteligentes que a las demás, no las encontramos agradables para vivir, y nos apartamos de ellas. ¿Cómo vamos a quedarnos junto a los que no abren la boca más que para criticar y apestar la atmósfera con sus lamentos y sus recriminaciones?

SALID AL ENCUENTRO DE LOS DEMAS CON RECIPIENTES LLENOS

En todas partes, en todos los países, es costumbre llevar un regalo a las personas a las que se visita.

Es una antigua tradición basada en una ley que pide que vayamos al encuentro de los demás con el deseo de aportarles algo. Si vais siempre a visitar a vuestros amigos con las manos vacías, real o simbólicamente hablando, acabarán no queriéndoos.

Dirán: « Pero ¿qué hace este ser ahí? Cuando viene está vacío, y me vacía a mí también». Empezarán a desconfiar cada vez más ya tomar precauciones, hasta el día en que os cerrarán completamente la puerta de su corazón y de su alma. No vayáis a casa de vuestros amigos si no tenéis para llevarles al menos una mirada cariñosa, una sonrisa, algunas palabras cálidas que sean regalos verdaderamente vivos. Hay que acostumbrarse siempre a dar, y a dar lo más beneficioso para los demás. Si sabéis trabajar con las fuerzas positivas de la naturaleza, os estimarán y os amarán.

Y puesto que cada gesto es mágico, tratad de no saludar nunca a alguien si lleváis un recipiente vacío, sobre todo por la mañana, porque sabed que, sin quererlo, le deseáis lo vacío, la pobreza, el fracaso para todo el día. Si tenéis que llevar por fuerza un recipiente vacío, meted dentro algo; no es necesario que el contenido sea precioso: puede ser agua, que es además la cosa más preciada a los ojos del Creador, o cualquier otra cosa, y saludad a las personas que encontréis con el pensamiento de aportarles la salud, la plenitud, la bondad.

No olvidéis nunca que poseéis en vosotros mismos una tierra magnífica que cultivar, de la que podéis distribuir las flores y los frutos a todos los que encontréis. Si tenéis siempre el deseo de dar algo de vuestra alma, de vuestro espíritu, la vida no cesará de brotar dentro de vosotros.

LA MANO, INSTRUMENTO DE COMUNICACIÓN Y DE INTERCAMBIO

La importancia de la mano se manifiesta particularmente en la vida cotidiana porque sirve de medio de comunicación entre los seres. Cuando las personas se encuentran o se separan, ¿qué hacen? Levantan el brazo para saludarse, o bien se estrechan la mano. Por eso debemos prestar atención a lo que damos con la mano. Si saludáis a alguien, es para darle algo positivo. El que no sabe dar nada, muestra lo pobre y lo miserable que es. Evidentemente, para muchos, estrechar la mano no es más que un signo convencional que hacen maquinalmente; en ese caso vale más no darla. Pero para los que tienen la conciencia despierta, es un gesto formidablemente significativo y trabajando con ello podemos animar, consolar, vivificar a las criaturas, dándoles mucho amor. Un saludo ha de ser una verdadera comunicación, tiene que ser cálido, armonioso. Cuando dais un apretón de manos a alguien, debéis sentir que pasa la corriente; por eso, en el momento de tenderle la mano, respirad profundamente (y con discreción!), pues una buena respiración armoniza el intercambio, y deseadle la salud, la paz, la luz.

QUE VUESTRA MIRADA IRRADIE LA VIDA DIVINA

Si bien la mayoría de los humanos han aprendido a dominar más o menos sus gestos y sus palabras -no se lanzan sobre el primero que les molesta o les atrae para golpearle o abrazarle, no dicen a cada persona, brutalmente, lo que piensan de él-, todavía no han aprendido a dominar su mirada, que no cesa de expresar codicia, sensualidad, desprecio, hostilidad. . . Puesto que una mirada no produce en el plano físico efectos tan visibles como un gesto o una palabra, nadie ha sido nunca condenado por una mirada. Y, sin embargo, ¡cuántos disturbios y daños producen algunas miradas en el plano sutil!

La mirada es una proyección de fuerzas, de energías benéficas o maléficas, tenebrosas o luminosas ; por eso es preciso aprender a dominarla, a educarla, para que no produzca más que efectos benéficos. La vida espiritual comienza también por la educación de la mirada. Procurad acercaros a los seres enviándoles únicamente miradas de amor desinteresado y de luz, como el sol, que mirándonos cada día, nos envía ondas vivificantes. Dondequiera que vayáis, vigilad, para que vuestra mirada sea sincera, clara, cálida, a fin de que los seres que encontréis reciban a través vuestro algunos rayos de la vida divina.

NO CONTÉIS VUESTRAS PREOCUPACIONES Y VUESTRAS PENAS

Puesto que estáis convencidos de que vuestras preocupaciones, vuestras penas pueden conmover el corazón de los demás, se las contáis, se las exponéis con la esperanza de que se interesen por vuestra suerte. Pero ellos no buscan más que una cosa: ¡desembarazarse de vosotros rápidamente! Sí, desgraciada o felizmente, la naturaleza humana está hecha así; si queréis que todo el mundo os abandone, contadles vuestras desgracias, vuestras enfermedades, vuestras preocupaciones, ¡ y veréis cuan poco tiempo vendrán a escucharos! Entonces, ¡qué actitud más estúpida! Vale más ocultar estos detalles. Generalmente, los demás son incapaces de ayudaros a encontrar soluciones a vuestros problemas, entonces, ¿por qué ir a presentárselos? No pueden hacer nada. Por consiguiente, no sólo perdéis vuestro tiempo en contarles inútilmente vuestros asuntos, sino que disminuís la estima que los demás os profesan, y entonces ya no os aprecian. Se dan cuenta de que no sois inteligentes, ni fuertes, y procuran alejarse de vosotros.

Si no queréis perder a vuestros amigos, ocultadles vuestras preocupaciones, no les digáis nada, no os quejéis. Pensad tan sólo en uniros a todos los Poderes celestiales, a todas las entidades luminosas que están ahí, dispuestas a ayudaros. De esta manera os volvéis mucho más fuertes, más poderosos, más luminosos, y esta fuerza y esta luz que emana de vosotros atrae a otros seres, pues perciben que sois diferente de los demás: soportáis las dificultades, resistís las pruebas sin quejaros. Entonces os admiran, se acercan a vosotros para tomar ejemplo y también para sacar fuerzas, y éstos son amigos que ganáis para toda la eternidad.

Así pues, cualesquiera que sean vuestras dificultades, no agobiéis a los demás. Gracias a este esfuerzo de desinterés, de generosidad, de valor, no sólo conseguiréis resolver mejor vuestros problemas, sino que también las entidades celestiales, viendo el trabajo gigantesco que habéis emprendido sobre vosotros mismos, os aportarán su ayuda.

Fuente: Textos recopilados de las páginas web Luz de Ilunum y Sieteluces, además de los canales de youtube Luz de ilunum y Editorial Sieteluces, textos propios y/o recopilados por el escritor e investigador José Antonio Iniesta Villanueva.