Ladrones de guante blanco – José Antonio Iniesta
Con palabras claras, bien reflexionadas y sin temor alguno:
España sufre la miseria fruto del saqueo de nuestros gobernantes, aquellos que se mueven entre la corrupción y el despilfarro, la egolatría y la desconexión con sus ciudadanos.
Es el robo de guante blanco generalizado, el poder de la élite de los ladrones.
¿Cómo juzgar la inmoralidad institucionalizada?
Si los gobernantes aprueban por ley, sostienen por ley, conspiran por ley, para conservar sus privilegios a costa de las clases más humildes, ¿quién los va a juzgar?
Si cuando son artífices de la corrupción no son condenados por los tribunales, y cuando se corrompen moralmente bajo el amparo de la ley que ellos mismos aprueban, no son sancionados, ¿qué futuro le queda al pueblo más que el de ser sometido por siempre hasta la vileza más absoluta?
«El que hace la ley hace la trampa», dice el refranero popular español, tan sabio…
Asistimos a la tiranía de los más incapaces e inmorales, aunque sin duda los más astutos a la hora de trepar en el liderazgo de las masas. Se ve que toda su inteligencia la han puesto al servicio de sus bolsillos.
En verdad que el mayor peligro que tiene España en la actualidad es el de sus políticos. Ellos y no otros han hundido este país, con el apoyo de banqueros y especuladores sin escrúpulos. Han saqueado las arcas de un país, de toda Europa, con sus excesos, llenándose los bolsillos entre unos y otros, y ahora tienen que llenarlas de nuevo vampirizando al pueblo. ¿Qué les importa a ellos el sufrimiento del pueblo? Nada… Hay que llenar de nuevo la hucha del cerdito para romperla a martillazos cuando haga falta y así mantener los privilegios, el status social, el buen nivel de vida.
Y si el pueblo se muere de hambre, que se muera… ¿Qué más les da a ellos si sólo viven para sí mismos? El trabajo que desarrollan, tan ineficiente, tan prepotente, siempre camuflado en la retórica, que de palabrería saben lo suyo, sólo es un medio para vivir a costa de los demás, de aquellos que apenas tienen fuerzas para sostenerse en una crisis que sólo la está pagando el pueblo llano, nunca sus dirigentes.
Y los políticos que perdieron su poder por ser sancionados en las urnas por el pueblo, y con ellos su propia élite de secuaces, dejan su puesto a otros que hacen o harán lo mismo en el futuro, pues como también dice el refranero popular: «Son los mismos perros con distintos collares».
Da igual las siglas que tenga un partido, todos se sostienen por mutuos acuerdos de lo que llaman democracia, una democracia que arroja la Constitución al cubo de la basura cuando no garantiza el derecho a un puesto de trabajo ni a una vivienda digna.
Con palabras claras lo digo: ladrones de guante blanco, usureros y vampiros del pueblo, traidores de la esperanza colectiva de una humanidad que no se merece ser gobernada por la lacra de unos políticos depravados. Y sálvese quien pueda, porque pocos pueden hacerlo, si es que hay alguno, levantar la cara con dignidad, limpio ante la complicidad más o menos manifiesta con la fuerza del poder que no sirve a sus ciudadanos, sino que se sirve de ellos.
Son ladrones de guante blanco, que nunca serán juzgados porque se hacen las leyes para perpetuarse en el poder, a través de pactos de silencio, de disciplina de partido, como virus con ansia de nutrirse a perpetuidad de cada una de las células de este organismo que es la sociedad, formada por toda clase de seres humanos, los sufrientes, las víctimas de la desmedida avaricia de la élite, siempre la minoría, siempre unos pocos, la de los indignos, frente a la mayoría, la de los indignados.
¿Hasta cuándo? Siempre la misma pregunta…
Fuente: Textos recopilados de las páginas web Luz de Ilunum y Sieteluces, además de los canales de youtube Luz de ilunum y Editorial Sieteluces, textos propios y/o recopilados por el escritor e investigador José Antonio Iniesta Villanueva.