UNIDAD REGLAS DE ORO PARA LA VIDA COTIDIANA
Por Omraam Mikhael Aivanhov
SOMOS LIBRES PARA ACEPTAR O RECHAZAR LAS INFLUENCIAS
Sabed que depende siempre de vosotros el aceptar una influencia. Ni tan siquiera los espíritus del mal tienen poder sobre vosotros si os cerráis a ellos.
Evidentemente, si no tenéis discernimiento, si no sabéis protegeros, si no tomáis precauciones, pueden arrastraros hacia el Infierno. Saben cómo deben tentaros con toda clase de cebos, y si os doblegáis, si mordéis el anzuelo, entonces caéis en la red, y después, suavemente, os llevan a vuestra perdición.
Dios les ha dado ese poder, pero sólo si sois débiles, si no estáis iluminados. Si rehusáis dejaros atraer en la dirección a la que quieren conduciros y os ponéis bajo la influencia de los espíritus luminosos, entonces escapáis y no tienen ningún poder sobre vosotros.
PURIFICAOS DE TODO LO QUE PUEDA ALIMENTAR A LOS INDESEABLES
Si dejáis en vuestra casa restos de comida, rápidamente aparecen toda clase de bichos; moscas , avispas, hormigas, ratones, etc., para alimentarse. La suciedad les atrae. Para hacerlos desaparecer, hay que limpiarlo todo. De lo contrario no hay nada que hacer. Tratar de ahuyentarlos o de matarlos no es suficiente para desembarazaros de ellos; mientras hayan desperdicios, tendréis bichos. Para ahuyentarlos definitivamente, limpiadlo todo, y entonces se irán a buscar su alimento a otra parte. De la misma forma, debéis saber que si aceptáis y conserváis en vosotros ciertos sentimientos, deseos o pensamientos que no son ni luminosos ni puros, enseguida llegan entidades tenebrosas a las que les gustan esas impurezas, y os acosan, os atormentan. Cualquier cosa que hagáis, mientras conservéis en vosotros elementos que fermentan, que se pudren, seréis las víctimas de estos indeseables. Para libraros de ellos, tenéis que vigilar vuestros pensamientos y vuestros sentimientos, trabajar con ellos para purificarlos, transformándolos en un alimento deleitable para los espíritus celestes.
LA CONSAGRACION A LOS ESPÍRITUS LUMINOSOS
El espacio está poblado por miles de millones de entidades maléficas que han jurado perder al género humano. Naturalmente está poblado también por innumerables entidades luminosas que están ahí para ayudarle y protegerle.
Sí, pero su ayuda y su protección no serán nunca verdaderamente eficaces si los hombres no hacen nada.
Si vuestro corazón, vuestra alma, vuestro espíritu permanecen abiertos a los cuatro vientos sin ser consagrados y rodeados de una barrera de luz, los espíritus tenebrosos, los indeseables tienen derecho a entrar, a causar desperfectos y a marcharse llevándose todos vuestros tesoros. No son ellos los culpables; vosotros tenéis que hacer lo que sea preciso para dejarlos a un lado, y atraer a los espíritus luminosos, diciendo cada día: «Señor, Madre Divina, Santísima Trinidad, Ángeles y Arcángeles, servidores de Dios, servidores de la luz, amigos celestes, todo mi ser os pertenece, instalaos en mí, servíos de mí, disponed de mí para la gloria de Dios, para que el Reino de Dios venga a la Tierra». Debéis repetirlo cada día. Si no lo hacéis, no os extrañéis que sean otros los que se instalen.
Si no os habéis acordado de invitar a las entidades celestiales, serán otros, -que nada tendrán de celestiales-, los que se instalen en vosotros. Vosotros debéis decidir por quién queréis ser « ocupados». Si no invitáis a los ángeles, no intentarán entrar dentro de vosotros; los diablos entrarán sin esperar vuestra invitación, pues no respetan nada .Si queréis que vengan los ángeles, tendréis que decidiros a pronunciar estas palabras mágicas: «Aquí soy yo el propietario, el dueño; así pues, venid, disponed de todo, es Vuestro». Cuando los seres luminosos sienten que ejecutan la voluntad del propietario, se vuelven muy audaces, se lanzan sobre los otros y los expulsan. Pero mientras que el dueño de la casa no ha pronunciado estas palabras, no hacen nada, respetan su voluntad. Sí, son reglas divinas.
PONEOS AL SERVICIO DEL CIELO PARA BENEFICIAROS DE SU PROTECCIÓN
Supongamos que sois un funcionario del Estado; él es quien os protege, y en principio nadie puede atacaros sin que seáis defendido por esta autoridad que vela por vosotros. Lo mismo le sucede a aquél que se vuelve servidor del Cielo y quiere trabajar por la Causa divina; se convierte en un « funcionario », sobre el que vela en lo sucesivo el mundo invisible. Los ángeles le protegen y cuidan de él, no se siente aislado en el desierto de la vida, pues es miembro de la gran familia divina. Si os ponéis al servicio del Cielo, para participar en la realización del Reino de Dios y su Justicia en la Tierra, entonces una gran protección se extenderá sobre vuestra vida y seres luminosos vendrán junto a vosotros para sosteneros e iluminaros.
UN VERDADERO TALISMÁN
Durante la guerra, para proteger los cristales del estrépito de las explosiones violentas que corrían el riesgo de hacerlos volar en pedazos, la gente colocaba en ellos pequeñas cintas de papel que neutralizaban las vibraciones.
Traspongamos este fenómeno a la vida interior: estamos expuestos a los ataques de pensamientos y sentimientos negativos que son como bombardeos, y estos bombardeos corren el riesgo de romper «los cristales». Pues bien, si colocáis tiras de papel, es decir, si tenéis en vuestro corazón la imagen de un santo, de un profeta o de Cristo y os concentráis en ella, al venerarla, al amarla, esta imagen se opone a todas las vibraciones caóticas, y entonces resistís.
En la cristiandad siempre han existido místicos que contemplaban y adoraban el rostro de Cristo y lo consideraban como un talismán muy poderoso para iluminarlos y protegerlos de todo mal. Si verdaderamente queréis poseer un talismán, elegid el rostro de un ser puro, luminoso, justo, sabio, un verdadero hijo de Dios o una verdadera hija de Dios, y contempladle cada día tratando de identificaros con él.
LA MEJOR PROTECCIÓN: EL AURA
Los hombres han sabido confeccionar diversos aparatos para protegerse y defenderse en el plano físico: mirad los cofres, los cerrojos, las puertas blindadas, las alarmas, sin hablar de las armas : cañones, tanques, cohetes, mísiles, etc. . . Pero en el plano espiritual son pobres, están desprovistos, expuestos a todas las agresiones. Y, sin embargo, existen medios y armas de todas clases. Todo lo que ha sido inventado en el plano físico tiene su equivalente en el plano espiritual. Los vestidos, por ejemplo, que nos protegen del frío, del calor, de los golpes, de la intemperie, de los insectos, están, en el plano espiritual, representados por el aura, que es una de las mejores protecciones.
El verdadero vestido del hombre es su aura, con todos los colores que representan sus cualidades y sus virtudes. Sí, el aura es el vestido espiritual que tejen las virtudes, y particularmente la pureza y la luz internas. En ese momento, los indeseables, que no tienen por qué acercarse, puesto que no encuentran alimento para ellos y no soportan la luz, os abandonan. El aura tiene un papel mágico, actúa sobre los espíritus del mundo invisible, atrayendo a las entidades luminosas y repeliendo a las entidades tenebrosas. Pensad en formar cada día, a vuestro alrededor, un círculo de luz, e imaginad en el centro de ese círculo una fuente luminosa que brota sin cesar y cuyas ondas benéficas se difunden sobre vosotros y a vuestro alrededor.
VUESTRO PUNTO DE EQUILIBRIO: EL SEÑOR
Si conseguís colocar al Señor a la cabeza de vuestra existencia, por encima de todos vuestros deseos, de todos vuestros intereses personales, se realizarán en vosotros grandes transformaciones y os convertiréis en un mundo organizado. Colocar a Dios a la cabeza del propio ser, es encontrar un punto de equilibrio inquebrantable. Cuando un objeto está suspendido sólidamente, podemos moverlo en todos los sentidos, y volverá automáticamente a su posición de equilibrio. Ocurre lo mismo con el ser humano. Mientras que no establezcáis vuestro punto de apoyo en Dios, os desequilibraréis por cualquier trastorno que acontezca en vuestra vida. Pero el día en que consigáis poner todo vuestro espíritu, toda vuestra fe, toda vuestra confianza, todo vuestro amor en manos del Creador, os mantendréis, pase lo que pase, sólidos y resistentes.
CONSAGRAD A DIOS VUESTRO CORAZÓN
Sólo podéis estar seguros entregándolo todo a Dios: vuestro espíritu, vuestra alma, vuestro cuerpo. . . Sí, e incluso vuestra casa y el dinero que poseéis, pues el Señor es el único capaz de aconsejaros cómo utilizarlo para el bien.
Pero, ante todo, debéis entregar vuestro corazón a Dios. El os lo pide. ¿Por qué? Porque en el corazón se introduce el Maligno. El corazón corresponde al plano astral, que está en contacto con el plano físico. Por eso las fuerzas oscuras del mundo subterráneo pueden influirle más fácilmente que al intelecto y al alma, y sobre todo al espíritu. Por muchas cosas que hagáis mal, nunca podréis arrastrar a vuestro espíritu. El espíritu es una chispa que no podrá nunca ser apagada o extinguida, porque está demasiado cerca de Dios.
El Señor os pide vuestro corazón, pero replicáis: « ¿y por qué Señor? Mi corazón es para tal o para cual… – Bueno, lo comprendo, está claro, dice el Señor, pero dámelo a pesar de todo, porque todas tus desgracias y tus sufrimientos te ocurren porque guardas tu corazón para ti, y entonces él puede jugarte malas pasadas».
Entregad pues vuestro corazón a Dios, y estará seguro. El, por lo menos, sabe cómo dirigirlo. No lo dejará caer, mientras que con aquél o aquélla que amáis, no podréis estar nunca seguros. Mientras que no consagréis vuestro corazón al Señor, estaréis expuestos siempre a grandes trastornos. ¡Cuántos seres excepcionales han sido arrastrados por su corazón a toda clase de desórdenes y de locuras! El corazón. . . nadie está al abrigo de los demonios que buscan apoderarse del corazón humano. Por eso siempre debéis buscar la protección celeste, entregando vuestro corazón a Dios. y Dios enviará ángeles que se instalarán en él y trabajarán para protegerlo.
TERMINA: Reglas de Oro para la Vida cotidiana de Omraam Mikhael Aivanhov
CONTINÚA: Los Esplendores de Tiphéret “EL SOL” del mismo autor.
Fuente: Textos recopilados de las páginas web Luz de Ilunum y Sieteluces, además de los canales de youtube Luz de ilunum y Editorial Sieteluces, textos propios y/o recopilados por el escritor e investigador José Antonio Iniesta Villanueva.