El semillero de la Luz V – Los héroes que se encarnan en la Tierra
José Antonio Iniesta
Cuando uno tiene el corazón tocado por el espíritu divino de la armonía ve vuelos de paloma en las pupilas de cuantos le rodean. Hay como un aire nuevo de primavera que le vincula indisolublemente a cada una de las personas que encuentra en su camino.
Sin que lo pretenda, se siente atraído de una forma misteriosa por ese otro yo al que le une un invisible cordón de luz que no ve, pero presiente.
Muchas veces, especialmente cuando observo a la gente que colectivamente disfruta de la música, porque se deja llevar libremente por el espíritu de la alegría, siento que sin que nadie lo diga, el mundo está deseando quitarse de encima sus cadenas, entregarse al abrazo de la felicidad compartida. El mundo no está perdido, nunca lo ha estado del todo, porque está poblado por seres de luz camuflados con las vestiduras de una vida que no es ni mucho menos fácil. Y el que más y el que menos se entrega a la defensa de sí mismo creando una fábrica de armaduras.
Cuando me alejo de la visión más primaria de un ser humano, y trasciendo la triste condición de la materia, descubro a un héroe, a una heroína, en cada una de las personas que sufren el tormento o lo provocan. Porque todos y cada uno de ellos han sido tan atrevidos como para elegir libremente encarnarse en este mundo y así librar, en la danza de la luz y la oscuridad, la dura batalla de la existencia.
La realidad de lo que vivimos, como diría una musa que me inspira, es múltiple y multiplicada, y podemos y debemos censurar la vileza de los actos, pero al mismo tiempo elevarnos y comprender que todo responde a un propósito divino. Tenemos el derecho y la obligación de combatir los ramalazos de oscuridad que flagelan sin piedad a nuestra sociedad, pero arropándonos de un manto de luz celestial podemos llegar a experimentar esa tolerancia de quienes llegan a comprender que todo es parte de un juego cósmico, que cada uno de nosotros somos los protagonistas, actores y actrices, de un drama y una comedia que se representan a cada momento, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos.
Ahora, en este instante, con la conciencia que va más allá de mi naturaleza humana, alabo, agradezco y honro la valentía de los seres de luz que han venido a la Tierra a experimentar cada una de las manifestaciones de la realidad, múltiple y multiplicada, que es sin duda, como diría Paramahansa Yogananda, la conciencia del Infinito…
Fuente: Textos recopilados de las páginas web Luz de Ilunum y Sieteluces, además de los canales de youtube Luz de ilunum y Editorial Sieteluces, textos propios y/o recopilados por el escritor e investigador José Antonio Iniesta Villanueva.